¿Qué pasaría si tu cantante, celebridad o figura pública favorita no hubiese muerto? Esta es una pregunta que, hasta hace poco, no tenía respuesta. Pero la llegada de la Inteligencia Artificial revolucionó este escenario, pues son varias las empresas que consiguen revivir a quienes fallecieron y generar contenido con ello.
Así lo vimos hace unos pocos meses en Chile: un video de Felipe Camiroaga —una de las figuras más recordadas en el país—, que fue replicado por la empresa Deepmaster con la tecnología de deepfake y que, en forma de homenaje, logra “revivirlo” y crear una conversación que nunca existió con el humorista Estefan Kramer.
Las reacciones ante estos hechos son muy divididas: hay quienes creen que es una buena forma de homenajear y recordar a los fallecidos, mientras que hay otros que se preguntan si es ético o no utilizar la imagen de alguien que ya no está vivo. Este es el escenario de esa discusión.
¿Es ético revivir a personas con Inteligencia Artificial?
“No porque puedas hacerlo, debes hacerlo”, aseguró el sociólogo y coordinador de impacto del Centro de IA de la Universidad de Sao Paulo, Glauco Arbix, al medio BBC.
“Una cosa cosa es que guardes en el cajón una película de alguien que murió para verla unas cuantas veces y otra es recrear (su imagen) en nuevas condiciones, como si siguiera vivo”.
El experto declaró que la sociedad no está preparada para abordar este “desplazamiento espacial y circunstancial de las figuras fallecidas y, hacerlo, puede resultar ‘perturbador’ para algunas personas”.
Además, Abix reflexionó que esta tecnología puede ser utilizada con fines malintencionados, peligrosos, que distorsionen los hechos e incluso, en el peor de los casos, en la industria de pornografía o pedofilia.
“La persona puede ser objeto de una recreación que acabe destruyendo su nombre y reputación. Pero también plantea dudas desde el punto de vista de la integridad de la vida familiar”.
Incluso, en el campo médico, la discusión está latente, pues todavía no existe un consenso sobre los efectos psicológicos que puede provocar ver o incluso conversar a través de la IA con seres queridos que fallecieron.
“Hay quien dice que puede ayudar a mantener la memoria y reconfortar a la familia. Pero también hay quien está totalmente en contra”.
De hecho, algunas personas ya están dejando en su testamento una restricción al uso de su imagen, como el actor Robin Williams, que falleció el año 2014. Quería impedir que su figura se reprodujera con fines comerciales con hologramas u otras tecnologías similares.
“Incluso cuando mueren, las personas no son meras cosas con las que otros pueden hacer lo que quieran. Por eso nuestras sociedades consideran que está mal profanar o faltar al respeto a la memoria de los muertos”, aseguró Sara Suárez-Gonzalo, profesora de la Universidad Abierta de Cataluña.
“En otras palabras, tenemos ciertas obligaciones morales hacia los muertos, en la medida en que la muerte no implica necesariamente que las personas dejen de existir de forma moralmente relevante”, aseguró a The Conversation.