Este miércoles, el puerto de La Habana recibió unos invitados particulares: una flotilla de tres barcos de guerra y un submarino nuclear rusos arribaron a Cuba y permanecerán en el país durante cuatro días, anunció Rusia.
Se trata de una operación naval que “se corresponde con las históricas relaciones de amistad” y que “se produce en el marco de la cooperación internacional”, según explicaron ambos países en una nota de la BBC.
Sin embargo, esta peculiar situación se da justo cuando la tensión entre Moscú y Washington está aumentando por la guerra en Ucrania. Y es que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo esta semana que tomaría medidas si es que los países occidentales entregan armas de fuego a Ucrania para utilizarlas en territorio ruso.
De hecho, la flotilla rusa tuvo que pasar por la costa de Florida, Estados Unidos, para llegar a Cuba, por lo que ha sido monitoreada muy de cerca por naves aéreas y navales estadounidenses.
Entonces, ¿el submarino nuclear y los barcos de guerra significan algo más? ¿O es solo una propaganda y puesta en escena? Esto es lo que dicen los expertos.
Qué se sabe de la operación naval rusa que llegó a Cuba
Las naves de guerra rusas que llegaron a Cuba tienen las siguientes características: una es portadora de misiles de precisión de largo alcance, otro un buque cisterna de suministros, está el remolcador de rescate equipado con un helipuerto y, finalmente, el submarino nuclear que, según Rusia, no transporta armas nucleares en esta ocasión.
“Es interesante que Rusia recalcó esto, que no hay armas nucleares en esta flotilla. Es un indicio que manda el mensaje de que no tiene la intención de hacer una escalada armamentística”, le dijo a BBC Mundo el jefe del servicio ruso de la BBC, Famil Ismailov.
Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aseguró que la visita a Cuba se da en el contexto de que estaban haciendo ejercicios navales en el océano Atlántico, practicando el uso de armas de misiles de alta precisión y un entrenamiento para “repeler un ataque aéreo”, entre otros.
Y pese a la tensión, un funcionario de Estados Unidos informó al mismo medio que, aunque están monitoreando de cerca cada movimiento de la flotilla, el país no estaría preocupado ni siente que sea una amenaza que hayan llegado a La Habana.
“Los despliegues de Rusia son parte de una actividad naval de rutina, y no nos preocupan, no representan una amenaza directa para Estados Unidos”, dijo la fuente estadounidense a la BBC.
Aún así, para Ismailov, no es una coincidencia: “Es un claro movimiento de propaganda de Rusia para dejar claro algo: ‘Los apoyamos (a Cuba) en el patio trasero de Estados Unidos’”.
Y es que este movimiento habría sido planificado con anterioridad, tanto así que no sería una respuesta inmediata a la molestia de Putin con EE.UU. por autorizar el uso de armas contra objetivos en Rusia.
Además, es probable que la flotilla llegue a Venezuela, que es aliado y “un viejo amigo de Rusia”: “No es una amenaza en términos de fuerza naval, no está en posición de hacer amenazas a los intereses de Estados Unidos en la zona”, concluyó el experto.