Algunas personas que tienen demencia, suelen sentirse más confundidos al final de la tarde y por la noche. A esto se le conoce como síndrome vespertino, o crepuscular, donde los pacientes suelen sentir confusión, ansiedad, agitación, caminar de un lado a otro y seguir a otra persona en ese período de tiempo.
Según el psiquiatra y director de Servicios Clínicos de Dementia Support Australia, Steve Macfarlane, éste síndrome puede manifestarse de distintas formas, dependiendo del grado de demencia, la personalidad del individuo, sus patrones de comportamientos pasados y la presencia de desencadenantes específicos.
Pero, ¿por qué aparecen estos comportamientos alterados en un momento específico del día? ¿Qué debemos hacer cuando le ocurre a un ser querido?
Por qué las personas con demencia se sienten más confundidos en las tardes y noches
El psiquiatra explicó en The Conversation que todas las personas interpretamos el mundo, a través de la información que recibe nuestro cerebro con nuestros cinco sentidos. Los principales son la vista y el oído.
En esta línea, las personas con demencia son dependientes de la información sensorial para dar sentido e interpretar su entorno, por lo que —a medida que la luz se desvanece al final del día— su información sensorial se limita. Esto impacta directamente en su cerebro, por lo que puede tener un mayor grado de confusión y comportamientos inesperados.
Además, este trastorno provoca que se pierda la reserva cognitiva de la persona, por lo que debe hacer mucho más esfuerzo mental durante el día que una persona sana. Ese cansancio mental podría estar relacionado a que el paciente tenga comportamientos de irritabilidad en las tardes y noches.
¿Qué hacer si un ser querido tiene demencia y síndrome vespertino?
El psiquiatra recomendó que las casas o departamentos donde las personas con demencia viven deben estar bien iluminadas por la tarde y noche, para ayudarlas a integrar e interpretar la información sensorial.
También es buena idea que duerman una siesta corta después del almuerzo, para ayudar a aliviar la fatiga cognitiva y que el cerebro tenga la oportunidad de “recargarse”.
Además, es recomendable satisfacer las necesidades, como el hambre, sed, presencia de dolor, depresión, aburrimiento o soledad, pues pueden afectar al comportamiento, además de evitar estimulantes como la cafeína o el azúcar, si se consumen muy tarde en el día.