"Vendemos mucho pescado a China, Japón, Europa y EE.UU., ellos consumen mucho pescado chileno y, a la vez, el problema es que nosotros estamos importando pescado de baja calidad, como el pangasius, de Taiwán", dice Alejandro Pérez Matus, biólogo marino y académico de la U. Católica, sobre una de las razones por la que los chilenos no comen suficiente pescado y optan por otras alternativas, como la carne, que rinde más.
Según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2016-2017, apenas el 9,2% de los chilenos cumple con la recomendación de consumir este alimento al menos dos veces a la semana. La cifra representa un retroceso respecto de la ENS 2009-2010, en que llegó a 10,7%.
Este consumo llega a su nivel más bajo a medida que las personas tienen menos estudios. La encuesta revela que en 2017 llegó a 6,3% en quienes tienen menos de ocho años de estudios cursados y sube a 11,2% en los que superan los 12 años.
"En Chile, todos los diagnósticos han demostrado que el consumo de pescados y mariscos es bajo en comparación a la disponibilidad de productos del mar que nos dan los 4.000 km de costa que tenemos. Intentar buscar una sola razón para este diagnóstico es complejo, ya que hasta los consumidores entregan diferentes justificaciones, entre las que destacan el costo y la disponibilidad para acceder a pescados y mariscos", dice Osciel Velásquez, presidente de la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca).
Frente a esta realidad, dicen que como industria se han hecho cargo de este tema. "Desde hace algunos años, las empresas pesqueras están destinando mayor cantidad de sus desembarques para consumo humano, productos que antes se destinaban para produccir harina de pescado. Este es el caso, por ejemplo, de la anchoveta. En paralelo, la industria también ha innovado en nuevos formatos y presentaciones (como jurel congelado o salchichas de pescado), para impulsar el consumo", asegura Velásquez.
Consumo per cápita
El bajo consumo también ha sido constatado a través de otras investigaciones. El reporte Chile Saludable, publicado en 2016 por Fundación Chile, dice que el consumo per cápita al año en el país es de 13,2 kg, mientras en el mundo es de 19,7 kg, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que además de los pescados, considera algas, mariscos y crustáceos.
Desde la Subsecretaría de Pesca (Subpesca) señalan que frente a ese escenario diseñaron un plan denominado "Del mar a mi mesa", con el que pretenden alcanzar un consumo de 20 kg per cápita al año para el 2027.
Olaya Cambiaso, directora de desarrollo y negocios, alimentos y acuicultura de Fundación Chile, una de las instituciones que participan del proyecto de la Subpesca, señala que el plan para la próxima década se comenzará a implementar este año y que contempla, por ejemplo, llegar con más productos del mar a colegios a través de la Junaeb.
Cambiaso dice que han identificaron seis problemas para aumentar el consumo, entre ellos la percepción del precio. "Se piensa que el pescado es caro y nosotros identificamos con la industria y los pescadores artesanales que hay productos caros como la langosta y el salmón, pero que hay otros de precios razonables, como el jurel, la reineta y la jibia", señala.
Otra de las barreras para el consumo son las preferencias culturales por el pollo y la carne. De acuerdo a datos de la consultora Chile por cientos, solo el 4,73% del presupuesto de una familia de la Región Metropolitana se destina a pescado fresco, mientras que el 32,36% a carne y el 17,3% a pollo. Asimismo, el presupuesto que destinan las familias a pescado es dispar en Vitacura, que es de poco más de un 7%, mientras que en El Bosque apenas alcanza el 5%.
Cambiaso también advierte que se debe mejorar la distribución. Hoy, el 60% de los productos del mar pasan por el terminal pesquero de Santiago. "Si hoy compro una reineta en San Antonio, esa viene de Lebu, Octava Región, pero primero pasa por el terminal pesquero. Es absurdo".
Además de advertir que hay una baja en el consumo per cápita, el estudio de Fundación Chile también pone el acento en los beneficios nutricionales de los productos del mar, por su entrega de ácidos grasos omega 3. Para Pérez Matus, este componente "es esencial para el desarrollo neuronal", de ahí la importancia de fomentar el consumo de los productos del mar.