¿Son más inteligentes los perros o los gatos? Esto dice la ciencia
Según los expertos, los perros y gatos evolucionaron de manera distinta. Pero, ¿se podría decir que uno es más inteligente que otro?
Los perros y gatos son las mascotas más comunes en los hogares humanos. Y, según el apego hacia uno u otro, habrá quienes aseguran que los perros son más inteligentes que los gatos o viceversa. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre este debate?
Para ello, primero hay que definir qué es la inteligencia: los expertos explican que, por naturaleza, los animales nunca actuarán igual a los humanos, por lo que hay que desechar la creencia de que son “más inteligentes” mientras más se parezcan a nosotros.
El académico y psicólogo Javier López-Cepero le dijo a El País que hay que entender la inteligencia en las mascotas como “la habilidad para resolver problemas”.
“Cada animal está aclimatado a resolver los problemas que son propios a su entorno. Por ello, perros y gatos evolucionaron de modo diferente, para adaptarse a contextos diferentes”, aseguró López-Cepero, quien también es director del grupo HABIER que se dedica a estudiar la interacción humano-animal.
En esta línea, hay habilidades en las que los perros superan a los gatos. No obstante, los gatos también tienen aptitudes que los perros no han logrado desarrollar.
Estos son algunos ejemplos de aquello.
Perros y gatos: ¿Cuál es más inteligente?
Según explicó el experto, el perro lleva cerca de 40.000 años domesticado por el humano. Mucho, en comparación a los gatos, que solo llevan 5.000.
Esta diferencia habría provocado que los perros tengan más destrezas y adaptabilidades para desenvolverse mejor en un entorno humano. Es decir, los perros saben convivir con nosotros y son más sociables que los gatos.
No obstante, los gatos le ganan a los perros en las destrezas para sobrevivir en solitario. Es decir, es mucho más probable que un gato sobreviva en las calles que un perro.
Esto, porque tienen una visión muy desarrollada y porque son “depredadores y cazadores nocturnos”, aseguró a El País Stefania Pineda, especialista en medicina del comportamiento animal y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
Esto demuestra que la inteligencia de cada animal es distinta, pues tienen capacidades sensoriales únicas de su especie.
Sin embargo, tanto perros como gatos coinciden en ser muy inteligentes en cuanto a “lo espacial, porque son conscientes del lugar que ocupan en la naturaleza o en el ámbito doméstico donde viven”.
También en “la cinética, porque también son conscientes de su cuerpo (si tienen hambre o sed); lo emocional, porque por ejemplo, si un perro no hace lo que se espera de él cuando se le da una orden, se frustra”, dijo Pineda.
“¿Quién no ha visto relajarse y dormir plácidamente a su perro o gato cuando escucha música?”.
También está la capacidad lingüística, que no es nada parecida a la comunicación verbal humana. Sino que perros y gatos se comunican a través de “los sonidos, olores y gestos”.
Cómo hacer que tu mascota sea más inteligente
Habiendo explorado lo anterior, los expertos aseguraron que los tutores de animales pueden impulsar la inteligencia de sus mascotas, enriqueciendo su entorno con estímulos que estén de acuerdo con su propia naturaleza.
Por ejemplo, un juego de gato será muy distinto al de un perro: un rascador de gatos será poco atractivo para un can, mientras que el felino no apreciará la textura de algunos juguetes para masticar que utilizan los perros.
Según el psicólogo, una idea para enriquecer a las mascotas es “ponerles retos que se parezcan a los que encontrarían en su medio natural, como permitirles que huelan, persigan o cacen”.
“La idea es que los perros y los gatos desarrollen su naturaleza, no que actúen como las personas. No debemos esperar que hagan lo mismo que nosotros, al igual que tampoco podemos tener las mismas habilidades que ellos”.
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