Recibieron múltiples advertencias y críticas, no solo de otros gobiernos, sino incluso de sus propios ciudadanos. Sin embargo, Japón hizo oídos sordos y comenzó a verter en el Océano Pacífico las aguas residuales tratadas de su planta nuclear de Fukushima.

Esta instalación fue gravemente dañada durante el tsunami de 2011, lo que provocó la acumulación de más de un millón de toneladas de líquido contaminado. Por esto, el país asiático ideó un plan para comenzar a botarla en el océano.

Pero los ciudadanos y países vecinos no coincidieron con que era una buena idea. Por una parte, temen por una posible contaminación que afecte la pesca y a su economía, pues los consumidores pueden mostrarse reacios a comprar productos de mar.

Por otra, países como China acusaron a Japón de utilizar el océano como “su alcantarilla privada”.

Aunque no hay marcha atrás, muchos ansían saber las repercusiones del plan japonés.

Ciudadanos locales de Corea de Sur protestan contra el gobierno de Japón, después de que decidiera vertir agua residual de la planta nuclear de Fukushima al océano pacífico. Foto: REUTERS/Minwoo Park

¿Son peligrosas las aguas residuales que se están vertiendo en el océano desde Fukushima?

Ya son más de diez años desde el desastre en la planta nuclear de Fukushima. Desde entonces, la empresa propietaria, llamada Tepco, está bombeando agua para lograr enfriar los reactores nucleares.

La planta está produciendo a diario cerca de 100 metros cúbicos de agua contaminada al día, que se almacena en tanques gigantescos. Pero ésta solución, para Japón, no es sostenible, por lo que optaron por liberar el agua en el océano, acción que durará al menos 30 años.

Aunque no lo parezca, verter agua de una planta nuclear al océano es una práctica común en el rubro, pero el caso de Japón es distinto, dado que las aguas contaminadas de Fukushima son producto de un accidente y no un desecho nuclear típico.

¿Son peligrosas las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima, que Japón está vertiendo en el océano? Foto: REUTERS/Daewoung Kim

Y aunque están filtrando el agua a través de un sistema avanzado de procesamiento que reduce las sustancias radiactivas a estándares de seguridad “aceptables”, no pueden sacar el tritio y el carbono-14, formas radiactivas del hidrógeno y carbono que son muy difíciles de separar del agua.

Tepco aseguró que su sistema es muy seguro y que es imposible que se liberen aguas de desecho sin diluir, mientras que el gobierno japonés agregó que los niveles finales de tritio y carbono-14 cumplen con creces los estándares de seguridad internacionales.

Con estudios, declararon que el agua desechada presentará “poco riesgo” para los humanos y la vida marina.

Además, Japón cuenta con el respaldo del organismo de control nuclear de la ONU, la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), cuyo jefe, Rafael Grossi, afirmó que se trata de un “impacto radiológico insignificante en las personas y el medioambiente”.