La Nasa se apresta a poner en marcha su primera misión a Marte desde 2012 con el lanzamiento el sábado de la sonda InSight, que estudiará su actividad tectónica para desentrañar el misterio de la formación de los planetas rocosos.
El lanzamiento del vehículo bautizado Interior Exploration Using Seismic Investigations, Geodesy and Heat Transport (InSight) está previsto para las 11H05 GMT del sábado desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea estadounidense en California.
Originalmente estaba programado para 2016, pero el descubrimiento de fugas en uno de los instrumentos unos meses antes de la fecha forzó la postergación. Las ventanas de lanzamiento favorables para Marte se producen solo cada dos años.
Si todo se desarrolla de acuerdo con el plan esta vez, la sonda debería llegar a su destino el 26 de noviembre, cuando se convertiría en el primer aparato de la NASA en posarse en Marte desde que lo hizo el vehículo Curiosity en 2012.
Como la Tierra y Marte probablemente se formaron de forma similar hace 4.500 millones de años, la agencia espacial estadounidense espera que la misión ayude a comprender por qué ambos planetas son tan diferentes.
"Cómo llegamos de una bola de rocas con pocos relieves a un planeta que puede o no sostener la vida es una cuestión crucial en la ciencia planetaria", dijo Bruce Banerdt, el principal investigador de
InSight en el Jet Propulsion Laboratory de la Nasa en Pasadena, California.
"Nos gustaría poder entender qué sucedió", afirmó.
En la Tierra, esta evolución ha quedado oculta por miles de millones de años de terremotos y movimientos de rocas fundidas en el manto, explicó el científico.
Pero Marte, el cuarto planeta a partir del Sol que es más pequeño y menos activo geológicamente que nuestro planeta, podría albergar algunas pistas sobre el asunto.
InSight recogerá datos a través de tres instrumentos: un sismómetro, un dispositivo para localizar con precisión la sonda mientras Marte oscila sobre su eje de rotación y un sensor de flujo de calor
insertado a 5 metros en el subsuelo marciano.
Su misión será en primer lugar detectar los terremotos marcianos que, de acuerdo con la descripción de la NASA, son "como un flash que ilumina la estructura interna del planeta".
Los científicos esperan registrar hasta un centenar de "temblores de Marte" en el transcurso de la misión. La mayoría deberían ser inferiores a 6 en la escala abierta de Richter.
Estudiar la forma en que las ondas sísmicas se desplazan a través de la corteza, el manto y el núcleo del planeta rojo podría ayudarlos a saber más sobre cómo están constituidas las diferentes capas y qué grosor tienen.
El Seismic Experiment for Interior Structure (SEIS) fue diseñado por el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) de Francia, mientras que el detector de calor Heat Flow and Physical Properties Package (HP3) es una colaboración entre las agencias espaciales alemana, DLR, y polaca, CBK.
Las sondas Viking de la Nasa lanzadas a fines de la década de 1970 disponían de sismómetros, de los cuales solo uno había funcionado, pero era mucho menos sensible porque estaba fijado en la parte superior de la sonda.
Esta vez, el sismómetro de InSight se colocará directamente en el suelo gracias a un brazo robótico.