Soy psicólogo criminalista y estos son los 7 rasgos más comunes entre los asesinos seriales
Soy psicólogo criminalista y estos son los 7 rasgos más comunes entre los asesinos seriales

Soy psicólogo criminalista y estos son los 7 rasgos más comunes entre los asesinos seriales

Pese a que los casos son variables, se han identificado ciertas conductas y características comunes entre los criminales de este tipo.


A lo largo de la historia, especialistas de distintas áreas se han dedicado a estudiar los comportamientos y las conductas de los criminales más peligrosos.

Jeffrey Dahmer (también apodado “El caníbal de Milwaukee”), John Wayne Gacy (o “El payaso asesino”), Robert Hansen (“Carnicero panadero”) y Joe Metheny (“El hamburguesero”), son solo unos cuantos de los nombres que han protagonizado horribles asesinatos seriales.

Y en algunos de esos casos policiales, todavía se desconoce con exactitud el número de víctimas fatales, a años o incluso décadas de que realizaran sus agresiones.

Más recientemente, hace apenas unas semanas, la enfermera británica Lucy Letby fue condenada a cadena perpetua por matar a al menos siete bebés y por intentar hacerlo con otros seis.

Tales atentados la convirtieron en la asesina serial infantil más prolífica en la historia moderna de Reino Unido.

Si bien, se entiende a modo de premisa que no existe una sucesión específica de hechos que desencadene que una persona se convierta en un criminal de estas características, sí hay ciertas tendencias en común que los expertos han identificado tras estudiar múltiples casos.

En conversación con La Tercera, el comisario y psicólogo criminalista Gonzalo Luján -del Instituto de Criminología de la PDI- descifra cuáles son.

Asesino
¿Cuáles son los rasgos más comunes entre los asesinos seriales? Esto dice un experto. Foto: referencial.

Cuáles son los rasgos más comunes entre los asesinos seriales

Primero que todo, el especialista hace hincapié en que “cuando hablamos de un asesino en serie, hay que entender que nos referimos a un sujeto, a una forma de ser el mundo, a una subjetividad, que se desarrolla”.

“No es algo reactivo a una situación de vida concreta. No es que una persona pase por una situación adversa y se transforme en uno (automáticamente)”, añade Luján.

En este sentido, explica a LT que cuando se estudia en retrospectiva cada uno de los casos, factores como la infancia, la adolescencia y los vínculos —tanto en esferas cercanas como en la más externas— tienen un papel crucial en el análisis.

“Nos van a dar luces de quién podría ser esa persona en la adultez”.

1. Maltrato de animales

Dicho lo anterior, un factor común en numerosas situaciones de criminales es que en su niñez solían efectuar acciones dañinas hacia animales.

“En la infancia, el tema del maltrato animal es un indicador de peligro acerca de posteriores personalidades en la adultez. Es un dato no menor, que hay que considerar de manera relevante”, enfatiza el comisario del Instituto de Criminología de la PDI.

Por otro lado, pese a que un alto porcentaje de los asesinos seriales suele presentar rasgos psicopáticos, es importante recalcar que no todas las personas que los tienen necesariamente van a cometer crímenes. Esto, debido a lo que manifestaba el experto en un inicio.

“Cuando analizamos la conducta humana y dentro del campo de las ciencias sociales, no podemos tener respuestas categóricas definitivas. Siempre hablamos de probabilidades, en temas más orientativos”, aclara Luján.

2. Poca empatía

Uno de los puntos más habituales entre los asesinos seriales identificados, es que “desde la infancia ya tenemos un déficit importante en el desarrollo de la empatía”.

Aquello puede definirse como “una función psicológica que de alguna forma nos permite vivir en sociedad y regularnos hacia las normas y la autoridad”.

Es por eso que tanto en la socialización primaria (la que se da en un círculo más cercano y perdurable, como usualmente lo es con la familia) como en la secundaria (por ejemplo, la que ocurre en el colegio y posterior) es clave que los niños y adolescentes tengan “figuras que les puedan poner límites”, dice el experto.

“Porque en el fondo, estas características psicológicas se desarrollan. Por lo tanto, si tenemos (en el futuro) a un sujeto que no desarrolló la suficiente empatía, muy egocéntrico, con rasgos narcisistas, que no puede adaptarse con sus pares en términos de relaciones interpersonales y en distintos ámbitos de su vida (...) podemos pensar que ese individuo va entrando en un proceso de ensimismamiento, que lleva a que empiecen a aparecer fantasías en donde puede terminar adoptando este tipo de conductas criminales”.

En este contexto, esa misma carencia de empatía desfavorece a la capacidad que pueden tener para ajustarse a la normativa social.

3. Traumas

A ello se le suma, cuenta el comisario, que “en la mayoría de los casos podemos identificar que han tenido vidas traumáticas familiares en la primera infancia y en todo el desarrollo de la niñez y la adolescencia”.

Esto último puede hacer que desarrollen “una suerte de sed de venganza frente a la sociedad”.

Si sumamos todos estos condimentos, estamos llegando a un aumento de probabilidades de que el sujeto tenga conductas francamente desadaptativas y tan marcadas como, por ejemplo, llegar a cometer homicidios, violaciones o delitos de esa magnitud”.

Misterio
¿Cuáles son los rasgos más comunes entre los asesinos seriales? Esto dice un experto. Foto: referencial.

4. Juicio de realidad conservado

Es usual que muchos de ellos aparenten llevar una vida común y sin despertar mayores sospechas. Esto ocurre, según el experto, porque “estamos hablando de personalidades que tienen un juicio de realidad conservado”.

El concepto alude a que son conscientes de la realidad y de las normas sociales, por lo que saben que ciertas acciones pueden traerles consecuencias.

“Saben sortear o manejar —en la gran mayoría de los casos— estas circunstancias para no ser detectados y cometer actos ilícitos o conductas antisociales de forma silente, oculta. Muchas veces incluso tienen una familia, esposa, hijos, trabajos, etc. No obstante, detrás de eso hay otra vida, como una vida paralela, en donde dan rienda suelta a este lado más oscuro de la personalidad”.

5. Manipulación

Lo anterior lleva a otros de los rasgos más comunes: que tienden a ser manipuladores con su entorno y “utilizan la mentira como herramienta fundamental” para el convencimiento.

Sin embargo, también se han visto casos de asesinos seriales que en algún punto buscan transparentar con otras personas los crímenes que han cometido

A pesar de que las situaciones varían dependiendo de cada escenario, Luján comenta que aquello puede estar relacionado con “una búsqueda de reconocimiento”, ya que “son sujetos que a la base son bastante narcisos, egocéntricos, y por lo tanto desde su punto de vista, que se les reconozca por esos hechos los hace de alguna forma sentirse desde una autoestima un poco más valorada”.

“Pero hay otros más psicópatas que nunca van a reconocer sus acciones, porque en el fondo proyectan la responsabilidad siempre a los de afuera. En ese sentido, es un mal síntoma cuando tenemos estos individuos, cuando están los hechos evidentes frente a la mesa y no los reconocen”.

6. Imposición

Junto con ello, ocurre que estos criminales —a nivel general— “buscan imponerse y demostrar poder, una capacidad de control sobre el otro”.

Ese es un punto clave que los distingue de otro tipo de homicidas, como por ejemplo, quienes asesinan a cambio de dinero en redes de sicariato.

A diferencia de los últimos, el comisario recalca que “estos lo hacen por un tema de poder, de imponerse, porque también hay que tener en cuenta que estos sujetos, a partir de esta infancia o adolescencia traumática que mencionábamos (...) posteriormente entran en esto de los roles intercambiables, o sea, de pasar de ser víctima a después un victimario”.

A raíz de aquello, tienden a efectuar ataques “a modo de venganza” (desde su mirada), aunque no estrictamente contra un individuo o un grupo que conocen, sino que también hacia personas con las que no han tenido un vínculo previo, lo que reafirma la presencia de dicha visión, “pero ya hacia la sociedad”.

7. Historia vital

Bajo esta línea, el comisario del Instituto de Criminología de la PDI insiste que “no podemos saber a ciencia cierta cuánto influye el ambiente o lo hereditario, pero claramente hay una sucesión de factores de riesgo en la historia vital de un sujeto, mediante la cual podemos pensar que va a ser más vulnerable a presentar conductas desadaptativas”.

“Y es por eso también que es muy importante poner énfasis en que, para cualquier ser humano, es necesario tener un ambiente mínimamente adecuado para poder desarrollarse adaptativamente. Si no es así, todos podemos potencialmente ir desarrollándonos de una manera más desadaptativa, sin poder conocer a priori qué consecuencias podemos tener”, sentencia Luján.

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