En enero de 2010, Steve Jobs presentaba la primera versión de su iPad.
Tras la explosión del segmento, se multiplicaron las tabletas alternativas equipadas con Android, aunque la mayoría mostró problemas de usabilidad, que sumado a la irrupción de los smartphones, terminaron por con- traer a esta industria con un retroceso de 2,7% en las ventas en 2017, según la consultora IDC.
¿Por qué el segmento no despega? Maximiliano Quijada, product manager de Tablets de Samsung Chile, afirma que "la clave está en los cambios en el consumo de los usuarios; en una primera instancia, se comenzó a adoptar esta tecnología para satisfacer necesidades puntuales de entretención, y ahora el enfoque es renovar e invertir en dispositivos más potentes, que además permitan trabajar y se conecten a otros equipos", asegura.
En vista de los malos resultados y el desinterés de los usuarios, tanto Apple como otros fabricantes han apuntado al segmento educativo como una forma de reimpulsar el sector. Este martes, la empresa creadora del iPhone presentó un iPad de 9,7 pulgadas actualizado con un sensor táctil de más resolución, haciéndolo compatible con el lápiz inteligente Apple Pencil -originalmente disponible sólo en el iPad Pro-, y con un amplio catálogo de aplicaciones, como diseccionar una rana a través de la realidad aumentada, un sistema para que el profesor gestione los iPads en la clase, controlar los dispositivos de forma remota y ver lo que hacen los alumnos en pantalla, o retransmitir el contenido en Apple TV, entre muchos otros.
El iPad tendrá un precio de US$ 299 para las escuelas (US$ 329 para el público general) y el lápiz costará US$ 89. Estará disponible esta semana en más de 25 países, aunque no existe fecha de llegada para Latinoamérica.
Antigua idea
La idea de llevar las tabletas u otros aparatos tecnológicos al segmento educativo no es nueva. En 2014, Samsung inició el proyecto "Smart School", que actualmente contempla 35 escuelas en Santiago y regiones, a las que se les dotó no sólo con tabletas, sino con pantallas y lentes de realidad virtual, todo enfocado en escuelas de zonas vulnerables que permiten a alumnos de colegios municipales o rurales alcanzar mejores resultados, utilizando una nueva forma de aprendizaje.
"La idea es pasar de la clase tradicional, expositiva, unidireccional y aburrida a un modo de enseñanza donde la tecnología se integra en el proceso y el alumno se convierte en protagonista del aprendizaje", señala Trinidad Lacámara, gerenta de Ciudadanía Corporativa de Samsung.
En cuanto a los resultados, Lacámara explica que en estos cuatro años se ha evidenciado entre un 75% y 80% de tiempo de uso activo de las salas, además de mejoras en el clima del aula, los profesores logran pasar más materia, se disminuye la inasistencia y se reduce la repitencia.
El tradicional rival de Apple no es el único presente en el mercado. Google y sus chromebooks dominan ampliamente el área educativa. César Cid, gerente de Tecnología de Red de Colegios SIP, explica que existen diferencias entre las tabletas y los chromebooks: precio, batería y teclado.
"Los chromebooks no pesan más allá de un kilo, son orientados a alumnos y profesores, su precio parte en 200 dólares, su batería alcanza nueve horas y el sistema de almacenamiento en la nube permite una integración completa con las aplicaciones de Google, por lo que si el alumno es víctima de un robo, la información no se pierde", afirma.
De hecho, los chromebooks no suelen tener más de 32 GB de almacenamiento, por lo que es esencial estar conectado a internet para actualizar el contenido. Esto, además, impide la propagación de virus, ya que el sistema en la nube siempre está monitoreando el contenido.