"Yo no me creo inglesa, yo no nací aquí. Mi sangre es chilena y eso no me lo va a quitar nadie", afirma con convicción Talisa García (46) desde su casa en Londres. Vive en Inglaterra desde hace más de cuatro décadas; el inglés es su lengua nativa, pero maneja perfecto el castellano. La videollamada de esta mañana la muestra con el rostro sin maquillaje, las cejas definidas y una pulsera pandora en su mano derecha. Es una mujer extrovertida. Se ríe, se emociona con sus propias historias. Aunque las conoce de memoria, la impactan como si las oyera por primera vez.

Eso le pasará más adelante en esta conversación cuando, por ejemplo, recuerde que a los 13 años trató de suicidarse. Los ojos se le llenarán de lágrimas. Y dirá, conmovida: "Transexual es una persona que no puede estar en su cuerpo, no puede. No se puede vivir con lo que tienes, es como tener un tumor… y si no te lo quitas, te vas a morir. Eres tan infeliz". Lo explicará de esa manera, con ese desgarro, porque Talisa no siempre fue Talisa: antes ella fue José.

Por eso, no tardará en contar que para sacar "ese tumor" que según ella la condenaba a muerte, a los 18 años se sometió a una cirugía de reasignación de género. Para doblarle la mano a ese cuerpo masculino con el que nació y que siempre sintió ajeno.

Ese acto, en todo caso, sería más que un trámite de pabellón. Más que una simple, aunque compleja, operación. Fue un punto de inflexión en su vida. Porque una vez que sus papeles sostuvieron que ya era mujer, ella se lanzó con una carrera artística que hoy la tiene con la fama a sus pies.

Daniela Vega no es la única. Talisa García es otra actriz trans chilena que triunfa en el extranjero.

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Aunque su nombre aún pase inadvertido en Chile, Talisa García es un rostro que se conoce en los medios del Reino Unido. En 2004 apareció por primera vez en la televisión británica. Luego de su actuación en Silent Witness y Doctors, llegó a las oficinas de la BBC, canal donde tomó el papel de Kim Vogel en la serie Baptiste, drama policial que terminó a fines de marzo y que aún se aplaude en Inglaterra y otros países. En la pantalla, Kim es una rumana transexual que toma un protagonismo inesperado y lleva los secretos que desencadenan la trama de la historia que se transmitió todos los domingos por casi dos meses.

Los reconocidos periódicos ingleses The Sun y Telegraph fueron los primeros medios en entrevistarla. "Al igual que mi personaje, yo soy transexual", dijo entonces Talisa, reconociendo por primera vez públicamente su condición. En su cuenta de Twitter, escribió: "Debo decir que siento un gran peso menos en mis hombros. Finalmente puedo ser yo". Luego The Times y Daily Mail buscaron y publicaron su historia. Y fue nominada como actriz del año en los premios Diva Awards 2019, concurso organizado por una popular revista de la comunidad LGBTIQ en Inglaterra.

Esta exposición le abrió más puertas. Ya asistió a un casting en el National Theatre de Londres, y se rumorea que podría actuar en una película de Netflix. Cuenta que ahora se está preparando para dos audiciones, de las que no puede dar más detalles. Sólo adelanta que es un papel mucho más grande que el de Kim.

Talisa García siente que hoy está en la cúspide de su carrera.

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Pero antes de todas esas luces y esa fama, hay otra historia. Que ocurre en los años 70, en Santiago.

Fue en 1974. Talisa García no recuerda bien la fecha; y no podría hacerlo porque era muy pequeña. Un grupo de policías que caminaba por las calles de la capital chilena encontró a dos niños abandonados. El mayor tenía cuatro años; el menor apenas de unos ocho meses. Como parecían ser huérfanos, los trasladaron a un albergue, que estaba sobrepoblado. Esos son recuerdos que Talisa -que era ese bebé de escasos meses- ha construido con lo que le han contado. Nunca más supo del niño que la acompañaba. De sus padres biológicos no existe ni un solo registro.

"Había una pareja que quería adoptar y les contaron de mí, de que habían encontrado un niño en la calle", cuenta. Esa pareja -Talisa no quiere dar sus nombres- ya tenía un hijo. Pero al ver a este niño en el albergue se encariñaron con él y lo adoptaron. Lo llamaron José y aunque no sabían qué día nació, establecieron el 14 de mayo como su cumpleaños. La nueva madre era profesora de Ciencias Sociales. El nuevo padre era ingeniero civil y militante del Partido Socialista.

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Un retrato de Talisa cuando aún era un niño llamado José. (Crédito: Talisa García)[/caption]

"Mis padres eran de izquierda y adoraban a Allende -recuerda Talisa-. Tengo la imagen patente en Chile de cuando los militares venían a buscar a mi papá y se lo llevaban en un camión. Mi mamá nos escondía en un ropero y nos decía a mí y a mis hermanos que nos quedáramos calladitos y que no iba a pasar nada. Yo salí del ropero, miré por la ventana y vi a los militares con armas que se llevaban a mi papá. Estuvo en la cárcel un año y tanto, fue torturado. Mi madre también".

En 1978, el matrimonio decidió escapar de la dictadura y se fueron a Inglaterra. Se llevaron con ellos a los dos hijos. El menor, José, tenía entonces 4 años.

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"Mis primeros recuerdos en Chile ya tienen que ver con sentirme mujer", reconoce Talisa. Recuerda que a los tres o cuatro años le preguntaba a su madre por qué no podía usar vestidos para ir al jardín. "No lo pasaba mal, sólo preguntaba mucho", agrega. Según ella, los problemas comenzarían después, ya en Swansea, la ciudad inglesa a la que llegaron.

Dice que fue a los siete años, cuando se empezó a dar cuenta de la diferencia entre un niño y una niña. Hasta ese momento todos jugaban juntos, pero a esa edad en el colegio los compañeros se empezaron a dividir entre muñecas y pelotas de fútbol. José prefería las muñecas.

"Mis padres al principio pensaban que iba a ser gay, porque era muy afeminado y no me gustaba cortarme el pelo. Para cortarme el pelo era una pelea de seis meses. Entonces siempre lo tuve un poco más largo", recuerda Talisa.

La incomodidad fue creciendo, hasta que a los 13 años -con la familia ya instalada en Londres- vino ese intento de quitarse la vida. Ese recuerdo que a Talisa aún le hace estallar las lágrimas. "Yo dije 'no quiero estar más aquí', luego me corté las venas y tomé pastillas para dormir", dice y se le quiebra la voz. Pide disculpas por emocionarse. "Mi madre me encontró llena de sangre. Para ella fue un shock tremendo porque vio que me corté porque quería morir. Me llevaron al hospital, y me salvaron. Esa vez me encontraron viva, pero yo estaba decidida a matarme, porque tenía un problema muy serio y necesitaba un especialista".

Vino una internación en una clínica siquiátrica para menores, donde por primera vez les aclararon a todos que José era transexual. Ninguno entendía qué significaba ese término. El doctor les explicó: José había nacido en un cuerpo equivocado. Que había nacido hombre, pero que él se sentía y se identificaba como parte del género femenino.

Para Talisa, ese médico fue un santo. Dice que después de explicarle lo que pasaba, le regaló el libro I am a Woman: la historia de Caroline Cossey, una modelo transexual que había sido una chica Bond en el cine. "Lo leí y entendí que tenía lo mismo que yo. Fue una luz. Siempre había querido ser actor o actriz, y dije: 'Si ella lo puede hacer, lo voy a hacer yo también'", recuerda.

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A los 14 años, Talisa empezó a tomar hormonas a escondidas, sin supervisión médica. Tenía una amiga que estaba en tratamiento y que le pasaba hormonas femeninas. Y no sólo eso: se vestía como hombre, pero cuando salía con sus amigos llevaba ropa de mujer en un bolso. Ya a los 15 o 16 comenzó a usar faldas y vestidos dentro y fuera de su casa.

Fue inevitable la conversación con los padres. Recuerda Talisa: "Mi papá es bien hombre y tengo tres hermanos que son bien machotes. Son de la vieja escuela. Pero me acerqué y le dije 'mire papá, yo me voy a operar para ser mujer a los 18 años; y si no lo puede aceptar, me despido de usted ahora'. A mi mamá le dije lo mismo. Yo ya no podía vivir más así. Ellos me dijeron que no me preocupara, que siempre me iban a querer. Mi papá me dio un abrazo y me dijo 'tú vas a ser una mujer muy bella'. Uno no espera eso de este tipo de hombres, porque es machote y chileno. Los europeos son más abiertos, pero él había sido criado en Chile".

Después de un año de terapia hormonal, y justo un mes después de haber cumplido 18 años, Talisa se sometió a una operación de reasignación de sexo. En esos años, los 90, era una cirugía que duraba seis horas y era sumamente riesgosa. "Mi madre estaba preocupada, obviamente. Yo le dije 'mira, mamá, si me muero en la operación está bien, no te preocupes, porque si yo no me opero me voy a morir de todas maneras'. Esta cirugía fue lo mejor que hice", cuenta.

Eligió su nombre inspirada en la modelo y actriz puertorriqueña Talisa Soto, que fue una de las chicas Bond que actuó en la película Licencia para matar (1989). Luego de la cirugía, cómoda en su cuerpo, con nuevo nombre a cuestas, empezó a trabajar como modelo. Luego ingresó a la prestigiosa escuela Sylvia Young Theatre School, donde estudiaron actrices como Julie Andrews y cantantes como Amy Winehouse. En 2003 se graduó de Master of Arts de actuación en Arts Educational School London. "La actuación es como una picazón que no se te va y yo tenía siempre esa picazón", dice.

-Has ganado notoriedad con tu personaje en Baptiste. ¿Habías realizado antes otros papeles transexuales?

-Sí, en dos ocasiones.

-¿Te da miedo quedarte siempre en papeles trans?

-Yo soy actriz, no juzgo mi personaje. Una actriz nunca debería juzgar su personaje. En los castings no es un problema. Un papel es un papel. Si es de mujer o de trans y es una película mala, en los dos casos diría que no. También he representado mujeres biológicas en la televisión y en el teatro. Puedo hacer audiciones para las dos cosas, y cualquier mujer puede: si yo puedo hacer papeles de una mujer biológica, una mujer biológica también tiene el derecho a actuar de trans.

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En la serie Baptiste de la BBC, Talisa interpreta a una rumana transexual. (Crédito: BBC)[/caption]

Talisa tiene facciones finas, no alcanza el metro setenta y luce manos delicadas. Cuenta que, por lo mismo, la aceptación social ha sido más fácil. "Nosotros vivimos en un mundo que es muy especial. Cuando eres transexual y te ves como mujer en tu cuerpo, en tu cara y en tu voz, entonces te van a aceptar. Pero si eres transexual y tienes más rasgos de hombre, te van a tratar distinto", dice.

-¿Mientras más femenina, más te aceptan?

-Totalmente. Tengo amigas que también se trataron con hormonas y operaciones, pero tienen rasgos más masculinos. Miden un metro noventa, los hombros más grandes, las manos más grandes, la cara más tosca. Cuando yo era chica, todo el mundo le decía a mis padres "ay, que niña más bonita", y ellos les decían "no, es un niño". Yo tuve esa suerte de verme así, porque eso es suerte, es un juego de naipes.

Según la actriz, la gente se queda impactada cuando la ve. Dice que incluso ha tenido parejas que no saben de su cambio de género por muchos meses y que si ella no les hubiera contado, nunca sabrían. "En una entrevista en la tele me decían 'pero es que yo no veo nada, estoy alucinando, tú eres una mujer'. Claro, si ven a una mujer que parece un hombre con peluca la tratan diferente".

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Cuando en Chile regresó la democracia, algunos de los familiares de Talisa que vivían en Inglaterra volvieron a Chile. "Mi padre se fue primero, después mi madre y mi hermano mayor. Ellos querían que yo me fuera, pero mi vida está acá. Aquí todo el mundo sabe quién soy, tengo las puertas muy abiertas", dice.

Cuando su madre aún vivía en Chile, Talisa venía por lo menos una vez al año. "Me quedaba un mes en Santiago y me encantaba. Me iba al barrio Suecia a los bares y restaurantes, o salía al barrio Bellas Artes con mi mamá. Me fascina andar por ahí, pero para vivir allá y ser actriz tendría que empezar de cero".

La última vez que vino fue hace cinco años. Luego de eso su madre se mudó a Barcelona y Talisa no regresó nunca más, pese a que su padre y su hermano mayor aún viven en Santiago.

"Me encanta desde Atacama al sur -cuenta-. Chile es uno de los países más bellos que he visitado. Me gusta ser chilena, decir que nací en Chile, pero mi mentalidad es muy inglesa, totalmente diferente. Aquí en Inglaterra los hombres y las mujeres somos bastante iguales, entonces no estoy acostumbrada a esa discriminación. Aquí ya no tenemos ese tipo de problemas. Aunque debo reconocerlo: soy inglesa por papeles, pero chilena de sangre".

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Talisa cuenta que le encantaría trabajar con un director chileno. Su película nacional favorita es Una mujer fantástica. Reconoce el trabajo de Sebastián Lelio y destaca la actuación de Daniela Vega.

"Me gustó mucho Una mujer fantástica, porque es muy sincera y tocó el corazón de la gente. La encontré muy real, muy verdadera, y Chile fue el primer país en ganar un Oscar con una película así. Esa es una película mucho más avanzada de las que hacemos en Inglaterra, y que tocó un tema que se está hablando en todo el mundo. Lo tocó muy bien. Me sentí muy orgullosa", explica.

-¿Qué opinas de Daniela Vega?

-Me encanta. Encuentro que lo hizo muy bien.

-¿Te gustaría trabajar con ella?

-Me gustaría hacer una dupla con Daniela Vega. Me encantaría actuar con ella. Hay tantas ideas para eso. Dos chilenas trans que lo estamos haciendo bien entre el cine y la televisión. Estamos llevando la bandera.

-¿Sabes a lo que te expones? En Chile el tema de la diversidad está menos desarrollado que en Inglaterra; hay gente que ha sido muy dura con Daniela Vega.

-Aquí también me dicen cosas duras, pero uno no puede vivir pensando en lo que piensa la gente. En Instagram, cuando salió la serie, apareció gente que me decía: "Tú eres un hombre y siempre vas a ser hombre", o "ninguna operación te hará una mujer, porque eres hombre". Yo los ignoro. No los bloqueo ni nada. Si alguien se da el tiempo de abrir una cuenta especialmente para insultarme, ¿quién tiene el problema?

Más que en peleas, Talisa García prefiere inventir su tiempo es mirar hacia adelante. Proyectarse. Soñar. "Tengo metas. Me gustaría ser la primera transexual en ganar un BAFTA (premio de cine de la Academia Británica) y un Oscar a mejor actriz. En Chile me encantaría ser la primera transexual en muchas cosas. Me gustaría ser la primera trans chilena en salir en la portada de Vogue Latinoamérica, por ejemplo. También me gustaría saber si allá me aceptarían. Me gustaría ser la primera en hacer algo para abrir la puerta y que después otra gente pueda entrar".

-¿Algún mensaje a José, el chico desesperado que alguna vez habitó en ti?

-Le diría que todo va a estar bien. Que siga imaginándome como una mujer bella, como una actriz. Que los sueños se hacen realidad. Que no se dé por vencido, que luche por mis derechos, que siga adelante. Que se aferre al amor y a la vida.