Agitación, gritos, transpiración excesiva e incluso conductas violentas, todo mientras están completamente dormidos. Así son los terrores nocturnos que algunos niños experimentan, que no son pesadillas, sino una especie de trastorno del sueño que tiene una causa desconocida.

Una mamá chilena, Olivia García, le contó a la BBC cómo esto afectaba a su hijo Juan (4 años), que “se transformaba en otra persona, decía cosas inentendibles, gritando y llorando. Yo lo abrazaba, le trataba de dar amor, pero él estaba como poseído, con los ojos abiertos, las pupilas dilatadas. Era aterrador”.

Terrores nocturnos en niños: por qué ocurren, síntomas y cómo solucionarlos

¿Por qué ocurren los terrores nocturnos y cuáles son sus síntomas?

Según cifras de la Academia Americana de Medicina del Sueño, se ha reportado que la prevalencia de los terrores nocturnos en niños va entre el 1 y el 6,5%. Sin embargo, hay distintos estudios que hablan incluso de un 40%, como el de Clínica Mayo.

Este trastorno suele ocurrir en el primer tercio de la noche, en una etapa conocida como N3 que es el sueño profundo. Los niños suelen despertar abruptamente, sentarse en la cama o saltar, gritar por el miedo y tener expresiones asustadas.

“Ocasionalmente, el niño puede correr frenéticamente contra los muebles o las paredes en un aparente intento de evitar daño o escapar de un peligro invisible. El niño está confuso e incoherente, la verbalización está generalmente presente pero es desorganizada. El habla suele ser incomprensible y monosilábica”, explicó la neuróloga infantil, Tatiana Muñoz, a BBC Mundo.

A nivel físico, los niños pueden manifestar: taquicardia, taquipnea, sudoración, rubor facial, pupilas dilatadas, agitación, temblores y aumento del tono muscular. Además, suelen no acordarse de lo que pasó la mañana siguiente.

Esto suele durar entre cinco y 15 minutos, pero en algunos casos se puede alargar. Y aunque no se sabe con exactitud por qué sucede, hay factores que pueden contribuir a su aparición, como el cansancio extremo, las interrupciones del sueño y la fiebre alta.

Además, según Clínica Mayo, el factor genético tiene mucho que ver, pues los terrores nocturnos son más frecuentes si el niño o niña tiene familiares con antecedentes de haberlos sufrido.

Terrores nocturnos en niños: por qué ocurren, síntomas y cómo solucionarlos

¿Qué hacer si tu hijo o hija tiene terrores nocturnos?

Primero, mantener la calma, pues según los especialistas, los terrores nocturnos no suelen tener secuelas.

“Para decirlo de manera simple, es como un cortocircuito en el cerebro de característica benigna”, explicó Pablo Brockmann, médico experto en sueño de la Red de Salud UC Christus, a BBC Mundo.

“La inmensa mayoría de los terrores nocturnos no tienen una causa orgánica y no obedecen a ningún tipo de epilepsia o trastorno del niño, ni que tenga un problema. En el 90% de los casos se pasa solo y es mucho más común de lo que se cree”, indicó.

El experto en sueño afirmó que hay algunas técnicas para prevenir los terrores nocturnos, como no interrumpir el sueño durante la primera parte de la noche, evitar estímulos (como la televisión) antes de dormir y, en caso de que sea muy frecuente, visitar a un médico especialista.

Sin embargo, ante un episodio de terror nocturno, los padres no pueden hacer mucho más que acompañar a sus hijos.