La compañía fabricante de vehículos Tesla decidió retirar masivamente los vehículos en Estados Unidos que tenían instalados el sistema Full Self-Driving Beta o conducción autónoma total, a causa de los problemas que habían comenzado a presentar en su funcionamiento.
La decisión de Tesla se concretó luego de que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA en inglés) llegara a la conclusión que aquel sistema de conducción autónoma no estaba cumpliendo con las leyes del tránsito, lo que eventualmente conduciría a riesgos para la seguridad vial.
Además de eso, la entidad destacó que el software instalado podría provocar transgresiones a las leyes del tránsito “antes de que algunos conductores puedan intervenir”.
“El sistema FSD Beta puede permitir que el vehículo actúe de manera insegura alrededor de las intersecciones, como seguir derecho por una intersección mientras está en un carril exclusivo para girar, ingresar a una intersección controlada por señales de alto sin detenerse por completo, o proceder a una intersección durante una señal de tráfico amarilla constante sin la debida precaución”, argumentaron los reguladores federales en un aviso de su sitio web.
La NHTSA añadió que otro de los errores que surgieron en el sistema se vincularían “a los cambios en los límites de velocidad indicados”.
Actualmente, los vehículos que contaban con el sistema de conducción autónoma de Tesla podían manejarse por sí mismos, sin embargo, necesitaban la presencia de un conductor humano en todo momento en el caso de que se presentara algún tipo de error en los trayectos.
Debido a los riesgos para la seguridad vial mencionados, la compañía dirigida por Elon Musk se vio obligada a retirar poco más de 362.000 automóviles que contaban con el sistema en etapa experimental. Entre ellos están los modelos S y X (2016-2023), así como también los modelos 3 (2017-2023) e Y (2020-2023).
Qué respondió Elon Musk, dueño de Tesla
El fabricante de automóviles aseguró a los reguladores federales de Estados Unidos que entregarán una actualización de software inalámbrica a los vehículos en cuestión y así poder solucionar los errores identificados. Lo anterior sucedería dentro de las próximas semanas y tendría un costo de alrededor de 15 mil dólares para la compañía.
El aviso de la NHTSA también dejó ver que, según la versión de Tesla, solo se han presentado 18 reclamos de garantías por los vehículos con el sistema y que no tienen información de incidentes con lesiones o resultado de muerte.
Específicamente el CEO de Tesla, Elon Musk, todavía no se ha manifestado sobre la profundidad del problema que presentaron los vehículos de su empresa.
Sin embargo, la tarde del jueves dejó ver un pequeño malestar en su red social favorita y de la cual que también es dueño, Twitter. En respuesta a un comentario de otro usuario, Musk escribió: “¡La palabra ‘retiro’ para una actualización de software inalámbrica es anacrónica y simplemente incorrecta!”.