Karl Stanley, un experto en sumergibles, es una de las personas que pudo viajar por el océano dentro del Titán. En su caso lo hizo en abril de 2019, cuatro años antes de que el submarino se accidentara en el Océano Atlántico, cerca del naufragio del Titanic.
Stanley no tuvo que pasar mucho tiempo al interior de la embarcación para que se diera cuenta de que algo extraño le pasaba, consigna un artículo de The New York Times.
En todo el tiempo que duró del viaje el especialista sintió un potente sonido, similar a un crujido, que solo se fue agudizando a medida que pasaba el tiempo. Stanley maneja un sumergible turístico desde hace más de 20 años, por lo que pudo percatarse que eso no era algo normal.
El hecho ocurrió específicamente cuando estaban frente a las Bahamas.
La preocupación que planteó un experto al CEO de OceanGate por el Titán
Después del viaje, Stanley le mandó un correo a Stockton Rush, CEO de OceanGate. En su mensaje, el experto le expresó al piloto sus preocupaciones sobre las futuras inmersiones al Titanic y que lo mejor era no hacerlas.
“Imagínese que este proyecto fue autofinanciado y en su propio horario. ¿Considerarías llevar a docenas de otras personas al Titanic antes de que realmente supieras la fuente de esos sonidos?”, dice el correo, al cual tuvo acceso el medio estadounidense.
Según recuerda Stanley, Rush tenía muy claro que quería crear un submarino que fuera mucho más poderoso en comparación a otros que ya existían.
En una conferencia de vehículos marinos desarrollada en 2018, recuerda el experto en sumergibles, varios especialistas del área le hicieron saber a Rush sus inquietudes ante la nave de OceanGate.
Incluso, después del evento, le enviaron una carta de advertencia al piloto para que intentara obtener la certificación del sumergible. Rush parece haber hecho caso omiso a la misiva.
El correo que Stanley le envió a Rush en 2019 indicaba que, cuando bajaron al mar dentro del Titán, escuchó unos intensos crujidos que “sonaban como una falla/defecto en un área sobre la que actuaban las tremendas presiones y que estaba aplastada/dañada”, consigna el citado medio.
Para el especialista en sumergibles, eso era una señal de que había “un área del casco que se estaba rompiendo” y así se lo hizo ver al piloto.
Rush no contestó el mensaje, aunque sin decirlo, implementó algunas modificaciones en el submarino. También decidió no llevar a cabo las expediciones al Titanic que se habían agendado para el resto del año.
El Titán se extravió con cinco pasajeros el pasado 18 de junio, 1 hora y 45 minutos después de realizar la inmersión. El objetivo era llegar hasta los restos que quedan del barco transatlántico, un viaje por el cual sus tripulantes deben pagar 250 mil dólares.
La Guardia Costera de Estados Unidos aseguró el jueves que el sumergible tuvo una “implosión catastrófica”, luego de que un vehículo no tripulado hallara escombros en las cercanías del Titanic.
Aún es desconocido el momento exacto en que se produjo el incidente. Según un informó The Wall Street Journal, un sistema secreto de detección acústica de la Marina de Estados Unidos habría identificados ruidos asociados a una implosión, horas después de que el Titán bajara en el Océano Atlántico.
Las cinco víctimas del sumergible son Stockton Rush, CEO de OceanGate y piloto del Titán, el empresario Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, el especialista en buceo Paul-Henri Nargeolet y el empresario Hamish Harding.