Era el año 2017, cuando un objeto extraño pasó muy cerca de la Tierra. Pero no se trataba de un asteroide o cometa cualquiera, sino que tenía una forma demasiado inusual, lo que rápidamente despertó la alerta de los astrónomos de un observatorio en Hawái.
Los especialistas apreciaron que era un objeto cuya longitud era de al menos 10 veces superior a su anchura, algo como un lápiz cósmico gigante que se desplazaba por el vacío: “No hay nada como eso en nuestro sistema solar”, dijo Karen Meech, astrónoma de la Universidad de Hawái.
Pero a pesar de que pudieron mirar, tomar fotografías del objeto e ilustrarlo, nadie de la comunidad científica mundial supo qué era. Al menos hasta ahora, que unos científicos creen haber descubierto la verdad.
Un intruso estelar
No sabían qué era exactamente, pero le pusieron el nombre de Oumuamua, que en hawaiano significa “explorador”. Lo que sí pudieron comprobar es que se trataba de un objeto que venía de otro sistema solar, diferente al nuestro, gracias a su velocidad y trayectoria.
Pero este encuentro también desató muchas teorías, como que se trataba de una nave extraterrestre, principalmente porque parecía haber una “fuerza misteriosa” que hacía que se pudiera mover con mucha velocidad.
Y este año, una tesis publicada en la revista Nature explicó que lo más probable es que Oumuamua sea una especie de cometa inusual. El propulsor, que movió al objeto espacial, habría sido el hidrógeno que se liberaba a medida que se acercaba al sol.
La coautora del estudio, Jennifer Bergner, de la Universidad de Berkeley, desmintió así que se tratara de una visita extraterrestre al planeta y que cualquier teoría en ese sentido “va más allá de la imaginación”.
En esta línea, Marco Micheli, astrónomo de la Agencia Espacial Europea, compartió los resultados y opinó que este estudio “ofrece quizás la explicación más simple y físicamente realista de las peculiaridades de este objeto”.
La crítica a esta sencilla explicación
Antes de que se publicara este estudio, el astrofísico de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, había escrito sobre él en un libro llamado Extraterrestre: el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra, donde explicaba su teoría de que existe vida más allá de nuestro planeta y que Omuamua era la prueba de ello.
Y ahora que salió una explicación sencilla, el autor criticó la nueva teoría y dijo que hablar de un cometa que no tiene cola “es como decir que un elefante es una cebra sin rayas”, por lo que está decidido a sostener su hipótesis, a pesar del reciente estudio.