Para muchas personas, una mañana no puede iniciar de buena manera si no se toma una taza de café. Las razones que llevan a consumir esta bebida son múltiples: para sentir más energía, mejorar la concentración, sentir un poco más de temperatura en medio de una mañana muy fría, o simplemente por su sabor y aroma único.
El café, además, no distingue países ni culturas, pues es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo.
En los últimos años, diversos estudios científicos han explorado los beneficios que aporta su ingesta en la salud de los seres humanos. Se ha dicho que podría aumentar la esperanza de vida, disminuir el riesgo de contraer enfermedades, como algunos tipos de cáncer y diabetes 2, ayudar en la salud del corazón e incluso mejorar el estado de ánimo.
Si bien los hábitos del café pueden traer varios beneficios para el organismo, también hay que tener claro que al mismo tiempo conduce a varios riesgos para la salud si se consume en exceso, más allá de las dosis que sugieren los especialistas.
Los efectos en el cuerpo por beber demasiado café
Primero debemos saber que el café es una infusión que se obtiene de granos tostados, que a su vez provienen de una planta del mismo nombre. La cafeína, en tanto, es el compuesto químico que está presente en los granos de café y cacao, las hojas de té, entre otros. Es la cafeína la que actúa como estimulante del sistema nervioso central.
Marilyn Cornelis, académica de medicina preventiva de la Universidad Northwestern, explicó a The New York Times que uno de los problemas es que en la actualidad el café “es la mayor fuente de cafeína” en el caso de la población de Estados Unidos.
Algunas de las consecuencias que surgen luego de ingerir esta sustancia en exceso son la irritabilidad, dolor de cabeza, taquicardia, dificultades para dormir, acidez estomacal, temblores musculares, micción frecuente (ganas de orinar más de lo normal) y nerviosismo, indica Mayo Clinic.
Otros efectos que pueden aparecer son mareos, deshidratación e incluso dependencia, por lo que si alguien toma frecuentemente café en su vida y lo deja de forma súbita, podrían desatarse síntomas de abstinencia como somnolencia, náuseas y dificultades para concentrarse.
Cabe destacar que hay personas que podrían ser más sensibles a la ingesta de cafeína, aún si esta no se consume demasiado. Es sabido que eleva la presión arterial y la frecuencia cardiaca, por lo que los pacientes hipertensos deben ser muy cuidadosos con respecto a incorporar la cafeína en dosis mayores a las acostumbradas.
Adrienne Hughes, toxicóloga clínica y académica de medicina de urgencias en la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, explicó que usualmente los efectos peligrosos ocurren tras haberla ingerido en formato puro, es decir, a través de suplementos dietéticos o polvos.
Según la especialista, una persona tendría que beber 10.000 miligramos de cafeína “para que sea potencialmente mortal”.
Pero, ¿cómo saber cuánto es “demasiado café” en el día?
De acuerdo a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), para los adultos sanos la dosis sugerida es de 400 miligramos de cafeína diaria, lo que equivale a cuatro o cinco tazas de café.
Sin embargo, la agencia reguladora menciona que, dado que algunas personas pueden ser más sensibles a los efectos, se aconseja que en algunos casos el consumo de cafeína sea primero consultado con un especialista, como en mujeres embarazadas o que están amamantando.
La Academia de Pediatría Estadounidense no recomienda la ingesta de cafeína en niños, así como también de otros estimulantes.
Desde la FDA advierten que los peligros de beber demasiado cafeína son mayores “a medida que aumenta la concentración de cafeína en el producto”. Por ejemplo, una cucharada concentrada de cafeína pura puede equivaler a 28 tazas de café. Aquello podría generar no solo consecuencias en el organismo como las ya mencionadas, sino que incluso la muerte.