Puede que en algún momento te haya ocurrido que usaste una cantidad adicional de detergente para lavar tu ropa, pensando en que así quedaría mucho más limpia. Hasta que pasó lo contrario: las vestimentas quedaron más sucias de lo que estaban antes de lavarlas.
Pero, ¿por qué sucede eso?
En breve, esto se debe a que los componentes de los detergentes están pensados para poder funcionar con cantidades específicas. Y en caso de que la concentración sea mayor que la recomendada, es bastante probable que se terminen destruyendo los tejidos de la prenda.
El efecto del detergente en la ropa
Raquel Marcos, doctora en química y divulgadora científica, contó al medio El País cómo es que opera el detergente al entrar en contacto con la ropa.
“En el detergente encontramos sustancias químicas capaces de eliminar la suciedad gracias a su estructura química conocidos como tensioactivos. En su estructura encontramos dos partes: una afín a compuestos acuosos (hidrófila) y otra afín a compuestos grasos o liposolubles (lipófila). Esta dualidad es lo que permite la eliminación de diferentes manchas”, dijo Marcos.
“Cuando el tensioactivo entra en contacto con una sustancia, la rodea y la elimina, formando micelas. De manera más científica, lo que realmente está haciendo es reducir la tensión superficial de la mancha”, agrega la experta.
En el momento en que sucede esa tensión superficial, comienza a desaparecer la mancha.
También hay que tener en cuenta que las lavadoras vienen programadas para pensar que siempre se usará la cantidad específica de detergente. Por eso, cuando no pasa la concentración de agua que se requiere en el tejido, la prenda saldrá más grasienta de lo que ya estaba.
“Si usamos demasiada cantidad, o más de la señalada por el fabricante, podemos saturar los textiles y que no se aclaren de manera correcta. Al final el fabricante calcula la dosis en base a la cantidad de agua que se necesita en el aclarado”, explicó la científica.
Otro factor a considerar es que mientras más detergente utilices, más espuma se producirá al interior de la lavadora. Esto también puede resultar un problema a la hora de lavar nuestro vestuario, ya que la espuma adicional provoca que las prendas disminuyan el roce entre ellas.
Es precisamente esa fricción entre las mismas prendas, lo que permite que queden tan limpias como esperábamos.
Desde el American Cleaning Institute lo explicaron así: “La gente a menudo ha asociado la presencia de espuma en un ciclo de lavado con lo limpia que será la carga. Si bien los surfactantes hacen la mayor parte de la limpieza en un ciclo de lavado, la espuma que generan no indica necesariamente el nivel de limpieza”.
“En las lavadoras de alta eficiencia actuales, cualquier espuma que quede puede ser una señal de que se usó un tipo o nivel de detergente inapropiado”, añadieron.
La cantidad correcta de detergente
Si realmente buscas que tu ropa quede limpia, lo primero que debes hacer es leer y guiarte paso a paso con las indicaciones del detergente que estás utilizando.
Lo anterior, dado que los detergentes no son idénticos y pueden tener distintas medidas sugeridas u objetivos en los lavados.
“Encontrar el que más se ajuste a las necesidades es muy importante, porque no es lo mismo lavar ropa de adultos que la de un bebé o de personas que sufren de alergias e irritaciones cutáneas”, afirma el fabricante de detergente Fuzol.
En tanto, la compañía de detergente Ariel indica en su página web que a la hora de lavar se deben considerar los siguientes factores: niveles de mugre, el tamaño de la carga y la dureza del agua.
En ese sentido, la empresa enfatiza en que “es importante añadir la dosis correcta ya que una cantidad insuficiente podría no limpiar bien ni quitar las manchas”.
Ariel apunta que entre más sucia esté la ropa, más detergente se deberá usar en la carga. Eso sí, manteniendo los márgenes de las sugerencias del fabricante. “Esto ayuda a eliminar la mugre y evitar que regrese a tu ropa”, dicen.
Sobre el tamaño de la carga, recalcan que “la dosis del detergente se basa en el tamaño del tambor de una lavadora convencional. La mayoría de las lavadoras nuevas que hay actualmente en el mercado tienen tambores más grandes (5 a 7 kg). Las cargas de lavado más grandes implican más mugre, así que para obtener mejores resultados en cada lavado, también se necesita más detergente”.
Por último, aseguran que la dureza del agua va variando según cada zona geográfica: “Para obtener los mejores resultados, se debe usar más detergente en las áreas con agua dura”.