En mayo de este año el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre), anunció que los y las jóvenes trans podrán utilizar su nombre social en la rendición de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), que se efectuará el 26 y 27 de noviembre de 2018.

Durante el proceso de inscripción a la PSU, que se extiende hasta el viernes 3 de agosto, las y los jóvenes trans podrán señalar si coincide su género con el que le asignaron al nacer, es decir, el que está consignado en su cédula de identidad, e indicar el nombre por el cual se les reconoce. De ese modo, durante la rendición de la PSU podrán ser identificados por su nombre social.

Medidas como esas se han replicado en otras instituciones de educación en el país. Lo hizo la Universidad de Chile que estableció el derecho de las y los estudiantes trans a utilizar su nombre social en los registros, documentación y comunicaciones verbales y escritas para efectos internos, tanto en ámbitos curriculares como extracurriculares. También la Universidad de Las Américas, que firmó un decreto que reconoce a sus alumnos y alumnas trans el derecho de solicitar el uso de su nombre social en todos los documentos de la institución.

Todas esas iniciativas implican considerables beneficios para la salud mental de los jóvenes trans, establece un estudio realizado por investigadores de Universidades de Texas y de Nueva York (EE.UU.) y Columbia Británica (Canadá). El trabajo muestra que cuando los jóvenes transgénero pueden usar su nombre elegido en lugares como el trabajo, en la escuela y en el hogar, su riesgo de depresión y suicidio disminuye.

Los jóvenes trans representan aproximadamente el 1% de la población, señala el estudio, y no es un grupo fácil de estudiar, por lo cual los investigadores trabajaron con organizaciones comunitarias que apoyan a jóvenes LGBTI. Entrevistaron a 129 jóvenes trans de entre 15 y 21 años en tres ciudades de EE. UU., una en el noreste, el suroeste y la costa oeste, para contar con una muestra diversa.

A todos ellos, les preguntaron si podían usar el nombre que eligieron en la escuela, el hogar, el trabajo y con amigos. Los resultados indican, que en comparación los que no podían usar su nombre elegido en ningún contexto, los jóvenes que podían usar su nombre en las cuatro áreas experimentaron un 71% menos síntomas de depresión severa, además de un 34% de disminución en los pensamientos suicidas y un 65% de intento de suicidio.

Calidad de vida

Para Jaime Barrientos, psicólogo y académico de la Universidad Alberto Hurtado, esos resultados vuelven a afirmar la importancia que tiene el reconocimiento del nombre social de las personas trans y cómo ese reconocimiento constituye una afirmación importante de la propia identidad. "Desde ese punto de vista, una modificación que para algunos podría parecer menor como modificar el nombre social, iniciativa que han tomado varias universidades, es importante", destaca.

Este estudio muestra algo que no es menor, dice Barrientos, que los efectos del cambio se asocian a menores niveles de sintomatología de diverso tipo. "En ese sentido este estudio viene muy en la línea de los estudios que realiza Ilan Meyer, en el sentido de que el estigma, el prejuicio y la discriminación, sea del tipo que sea, en este caso la discriminación institucional que prohíbe el cambio de nombre, se asocian a efectos negativos en la salud", sostiene.

"Es importante que se realicen estudios como éste, ya que ratifican lo que vivenciamos en nuestra comunidad a diario", agrega Leonel Catoni, encargado de salud de Organizando Trans Diversidades (OTD Chile).

El nombre social de una persona trans, dice Catoni, se vincula directamente al reconocimiento de su identidad, lo que por consiguiente mejora el bienestar psicosocial al poder desenvolverse socialmente según su identidad de género, "es por esto que en el estudio se estableció como factor protector para riego suicida y depresión".

"Es importante que en la política pública nacional, cómo en la Ley de Identidad de Género se consideren estos estudios que en su mayoría afirman que las personas trans podemos realizar un proceso de transición social de manera fluida y  podemos tener una mejor calidad de vida al acceder a DD.HH básicos que hoy nos son negados, como la identidad", sostiene Catoni.