Tres emprendimientos para proveer la despensa de fin de año
Desde hoy, la cronista gastronómica Isidora Díaz pondrá en valor el gran universo de sabores y aromas producidos por mini y pequeños productores nacionales. En esta, la primera ruta, propone tres emprendimientos para proveer la despensa de fin de año sin tener que moverse de casa.
La pandemia cambió radicalmente la forma en que nos abastecemos de víveres y artículos para la casa. Compramos más, menos seguido, y ojalá con despacho a domicilio. Pareciera que a estas alturas ya todos tenemos nuestros datos regalones: la casera de las canastas de verduras o el amigo reinventado que reparte un pisco sour de clase mundial.
Que la pandemia termine –o que amaine, al menos– no significa, sin embargo, que tengamos que volver cien por ciento a como las cosas eran antes. Hay emprendimientos admirables que seguramente seguirán marcando la diferencia desde una mirada verde, circular, o simplemente desde el más profundo respeto por los alimentos y las personas que los producen.
Aquí, tres ejemplos como para encargar buena comida ahora ya. Y ni se moverán de sus escritorios (ahora que muchos y muchas teletrabajan).
Cholitas del cacao: amor por la comida buena
Justo antes del estallido se conocieron las ingenieras comerciales Paz Franco y Florentina Rogers. Al poco tiempo, y cansadas de Santiago, se arrancaron al campo, cerca de Curicó. De vuelta trajeron cerezas que vendieron a amistades y hasta en la calle. Les fue tan bien que decidieron armar canastas de vegetales para vender a domicilio.
Pero algo les incomodaba: no tenían idea de dónde venían las verduras, ni por qué en Lo Valledor los precios –siempre fluctuantes– no tenían relación con el valor real de trabajo que hay, por ejemplo, tras cada mata de apio. Así fue como rápidamente encontraron otros proveedores: hoy trabajan con más de una decena de productores agroecológicos de Santiago y la Quinta Región, más varios artesanos de la comida de Santiago y en Biobío.
Las Cholitas del Cacao ofrecen canastas de vegetales en dos tamaños y a precios justos; también productos apícolas, de todo para la despensa, pan y masas de pizza de masa madre, tortillas de maíz, café y buen chocolate; quesos de Eso es Queso, vinos naturales de Strange Grapes, cervezas de Hasta Pronto Brewing Company e incluso limpiadores, papel higiénico y champú ecológicos.
También tienen packs (como el “desayuno cholo”, que incluye un pan de masa madre, una docena de huevos de campo y kilo de palta de manejo sustentable), y cada semana ofrecen joyas estacionales como habitas tiernas, dulces arándanos orgánicos o ajo chileno nuevo. Para cada producto se especifica si es de producción agroecológica o convencional. Y por supuesto, los envases se hacen recircular.
Los pedidos se encargan vía www.cholitas.cl entre domingo y martes; las entregas son los días jueves. Puedes seguirlas en su cuenta de Instagram @cholitasdelcacao.
El Local: alimentos regionales únicos
Los socios Mauricio Krippel y Daniel Blanco tienen clarísimo su amor por la buena comida: ambos son cocineros profesionales y miembros de la organización Slow Food. De ahí la consecuencia y seriedad de este proyecto, que confirma que la comida natural y artesanal del campo chileno profundo sí se puede traer a la ciudad.
Como negocio adosado a una banquetera que ya viaja por Chile, Mauricio y Daniel aprovechan las rutas agendadas para hacerse de productos en cada parada. En intensos periplos visitan a productores y productoras en Salamanca, Coquimbo, Vilcún, Chiloé, Chanco y Frutillar, y van llenando un furgón tipo “pan de molde” con los sabores del territorio. Eso es lo que ofrecen en organizados y coloridos estantes en su acogedor local, en Metro Príncipe de Gales, y vía Whatsapp.
Tienen de todo: cochayuyo de cuatro colores y de orígenes diferentes; mieles de diversas flores y bosques, e incluso una urbana; charcutería de chancho y ciervo; varios quesos de vaca y de cabra; vinos naturales de la Cooperativa Marga Marga; legumbres y granos agroecológicos; condimentos, encurtidos y hierbas aromáticas.
Además, disponen de productos regionales únicos otrora imposibles de encontrar en Santiago: cuelgas de mariscos secos de Chiloé, guindas ácidas deshidratadas del Itata; tortitas de higo y nuez del Limarí, entre otras delicias.
Av. Diego de Almagro 5435 (Metro Príncipe de Gales). También los pueden seguir en su cuenta de Instagram @ellocal.cl.
Mi caleta: la unión hace la pesca
Con la pandemia nos hemos acostumbrado a comprar comida congelada y en cantidad suficiente para semanas. Sin embargo, el buen pescado –sustentable y variado– queda, por lo general, fuera de la ecuación. Tal es el problema que soluciona Mi Caleta, que desde Viña del Mar distribuye productos de la pesca artesanal (provenientes de todo Chile) a Quinta Región y a la Metropolitana.
¿Con qué es posible tentarse? La oferta va cambiando según las vedas y temporadas de la mar. Por estos días, por ejemplo, tienen cangrejo dorado y bacalao de Juan Fernández; pejerreyes de Duao; robalo y locos de Valdivia. También cuentan con la variedad completa de los ya famosos Ahumados Lucero Mora de Lebu: originales condimentos a base de mariscos deshidratados y algas, conservas de pescados ahumados y un sabroso snack de cochayuyo –de vicio–.
Mi Caleta no es un negocio ni una pyme; es una fundación sin fines de lucro creada por las ONG Future of Fish y Pesca Sustentable, con el fin de potenciar a organizaciones de la pesca artesanal y fortalecer sus capacidades de comercialización. La idea es promover el consumo responsable de pescados y mariscos, al mismo tiempo que se da apoyo comercial, legal y logístico a cooperativas, sindicatos y organizaciones de pescadores y algueras.
Los pedidos se hacen en micaleta.cl. En Santiago, reparten solamente los días miércoles. Los productos llegan en una preciosa caja limpios, fileteados, ultracongelados y sellados al vacío. Además, cada empaque incluye toda la información de trazabilidad alimentaria; un gran valor agregado para el consumidor ético.
En su cuenta de Instagram @mi.caleta puedes saber sobre nuevos productos y pescadores artesanales asociados.
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