Carlos Correa
Ingeniero civil industrial, MBA
El nuevo gabinete tiene tareas por doquier y no tiene tiempo. Si bien las declaraciones de la ahora ministra del Interior, cuando era simple ciudadana, apuntaban a seguir con el proceso constituyente, las exigencias de la sociedad serán otras y centradas en problemas concretos.
Todos los datos muestran que es altamente probable que voten más de 10 millones de personas en el acto plebiscitario. De ser así, habría al menos 1,8 millones de personas que nunca han participado en una contienda electoral, y cuyo comportamiento es bastante difícil de predecir.
¿Qué explica ese exceso de piel delicada ante la expresión de la ministra sobre golpes en la cabeza? Nadie lo tomó como un diagnóstico médico, sino que salieron en masa los diputados a victimizarse y provocarle un daño mortal al gobierno. Más allá de los cálculos políticos, hay en la personalidad de la doctora una cierta tendencia al desparpajo que molesta en el mundo político.
En la poscrisis política que viviremos después del 4 de septiembre podría resurgir la DC como el necesario buffer de la política chilena. Esa será la última oportunidad, o de lo contrario vendrá la dispersión que anunció el senador Huenchumilla.
La decisión de cerrar la fundición de Ventanas puede leerse como tragedia, pero es una tremenda oportunidad para el Presidente. Si se mantiene el timón firme, se cae esa especie de caricatura que hace la oposición de un Presidente sin capacidad de gobernar.
La derecha no tiene otra posibilidad que abrirse a cambiar la Constitución vigente, como lo ha dicho el senador Macaya en innumerables ocasiones. Es razonable la duda en tal convicción, pues con anterioridad la estrategia política ha sido simplemente bloquear todo cambio hasta donde sea posible.