Francisco Ortega, escritor: "El boom de la historia de Chile mató a la autoayuda"

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Andinia es su nueva novela, que narra una historia de judíos en Latinoamérica, y que cierra su trilogía luego del éxito de Logia.


Fundada en 1862, la Gran Logia de Chile ha congregado a la masonería en el país. Nacida como una sociedad secreta, en sus filas ha tenido a Presidentes como Pedro Aguirre Cerda y Salvador Allende. La semana pasada el escritor Francisco Ortega (Victoria, 1974) fue el principal orador en su sede de Santiago. Fue invitado para hablar de su novela Logia. Un thriller publicado hace dos años donde se refiere a la Logia Lautarina, que se transformó en un bestseller nacional con más de 40 mil ejemplares vendidos.

Ortega habló ante más de 150 personas. Luego firmó autógrafos a señores de terno y corbata que le pidieron una dedicatoria. "Me dijeron que mucha gente se está acercando a ellos por el libro", dice el autor sorprendido, sentado en un sillón de su hogar, rodeado de su biblioteca, donde destacan series de cómics, novelas de Stephen King y portaaviones a escala.

Hace una década Ortega publicó El número Kaifman, novela que aborda el misterio de las sociedades ocultas, ficciona aventuras sobre el oro nazi encontrado en el sur de Chile y aparece el protagonista de la saga, Elías Miele, quien también es el exitoso autor de Logia. El año pasado, Ortega amplió esa primera entrega con el libro El verbo Kaifman. Ahora es el turno de Andinia. La Catedral Antártica, que editorial Planeta pondrá la próxima semana en librerías. Es el cierre de la llamada Trilogía de los Césares.

"Bolívar se fue a la tumba obsesionado con la Patagonia", se lee en Andinia, que cuenta la historia de dos planes Andinia. "El nombre con el cual Simón Bolívar llamó a la recuperación, por la vía armada, de los territorios del Perú, Chile, Bolivia y Argentina", anota Ortega al inicio del ejemplar y agrega: "El llamado Plan Andinia planteado en 1971 por un periodista argentino como propaganda antisionista". Es el desarrollo de un Estado judío en el continente a lo largo de dos siglos.   q

La nueva novela se divide en 74 capítulos y arranca en Guayaquil, en 1822, con la presencia de José de San Martín. Tres páginas después las escenas transcurren en el presente, en Nueva York, EEUU. Así, diferentes paisajes y épocas se cruzarán, desde Elswick, Inglaterra, al Océano Pacífico al sur de Nueva Zelanda, donde balleneros japoneses se enfrentan a Greenpeace. Mientras, el escritor Alberto Edwards y Arturo Prat van en busca de la Catedral Antártica. Por otra parte, Rebecca Kaifman aparece muerta con una S tatuada en su cuerpo. La S de Superman es también la historia de los judíos en EEUU en Andinia.

Gran parte de la novela ocurre en Ciudad de México, las ciudades argentinas de Buenos Aires y La Plata, y el sur de Chile, donde Elías Miele intenta desentrañar misterios como un atentado a la Virgen de Guadalupe, que deja una veintena de muertos, y que tiene como sospechosos al Estado Islámico.

"De las tres novelas, con Andinia creo que es con la que mejor la pasé escribiendo", dice Ortega, quien el lunes comienza a firmar ejemplares de su nuevo libro en Santiago.

¿Andinia es su novela más ambiciosa?

La novela es un viaje y pasa en muchas partes y tuve que viajar a esos lugares. Por ejemplo, con Logia, la buena recepción de la gente con escenas de persecución en Toledo, España, era porque se sentían que estaban en Toledo. Y eso yo quise replicarlo con Ciudad de México y La Plata. Logia es una novela sobre Santiago de Chile y sus secretos. Andinia es una novela más latinoamericana y que tiene mucho que ver con la arquitectura, lo que se aprecia con las descripciones. Además, es una novela que recupera personajes de El número Kaifman y de Logia.

En Andinia se mezclan temas como la historia, la conspiración, el cómic, los jesuitas… ¿Es el libro que concentra todas sus obsesiones?

¡Claro! Aparece hasta Mocha Dick. Y una de las gracias de la novela es que aparece todo el universo de mi obra. Incluso El horror de Berkoff, una novela que muy poca gente ha leído. Hay cameos de gente real como Jorge Baradit y Carlos Basso. Sin duda en el libro está concentrado el universo de mis obsesiones. Creo que es una novela bien cerrada. Sabía dónde tenía que ir. Tenía claro que la novela tenía que tener un final y el epílogo en el Area 51, que es como el Walt Disney de toda la conspiranoia. Esta novela bebe de la novela histórica, del thriller de acción y mucho más de la mitología conspiranoica que las anteriores.

En el libro une en una travesía a Alberto Edwards y Arturo Prat… 

Alberto Edwards fue un personaje que recopiló un montón de novelas freak de principios del siglo XX. Va junto a Arturo Prat, que en la novela se plantea el hecho de que no murió en el Combate Naval de Iquique. Al tomar una conspiración, de temas históricos o religiosos, tomas también una opción política. Creo que Andinia es una novela que en sus códigos está en la misma línea de Ken Follett.

"Los ovnis son los nuevos ángeles y demonios, los nuevos viejos del saco", escribe. ¿Cree que para la literatura temas como los ovnis van quedando en el pasado? 

Es que yo creo que los ovnis se volvieron folclor contemporáneo o un tema religioso. Hace 100 años la gente creía en los ángeles y ahora en los ovnis. Es lo que abarco en mis tres novelas: la conspiración como una forma estética. Y también como parte del folclor. El problema es cuando alguien comienza a tomarlos en serio, como la ufología, que trata de ser científica y en rigor es un fenómeno sociológico, incluso literario.

Cita harto Logia en la nueva novela. ¿Cómo fue su recepción internacional?

En México tuvo muy buena recepción de prensa. Llamó la atención -me dijeron-, que alguien en Latinoamérica hiciera una novela de este tipo. Estuve una semana y di como 40 entrevistas en diarios, sitios web y televisión.

En Andinia cuando Elías Miele está en México habla de las críticas "jubilosas" en ese país, que no pasa en los diarios chilenos, "tema en el que no voy a ahondar (…) porque en el fondo me afecta", escribe. ¿Le afecta realmente?  

Es que bueno, es cierto que le fue bien en México. La trataron como una novela comercial y no artística, pero por llamarla de alguna manera, aunque esas convenciones son bien gratuitas. Hoy todo se cruza. Y yo me río en Andinia de la industria editorial, los escritores súper ventas, y hay más humor que en los otros libros. Es divertido hacerse cargo de eso también.

¿Pero le afecta la mala crítica?

Es que hay gente que desprecia gratuitamente. Incluso se produce una especie de bullying. Recuerdo que a partir de una entrevista que yo di, un crítico dijo en Twitter -no voy a dar nombres- que Logia no era una novela, sino un producto de entretención disfrazado como libro. Y yo le iba a contestar, pero es un súper buen piropo, porque mis novelas son un producto de entretención, de consumo masivo y me acomoda esa definición. Si alguien cree que es literatura está bien; si no cree que es literatura está bien igual. La entretención es un valor literario tan importante como la voz narrativa. Logia también es un libro que despertó la curiosidad por la historia de Chile. Si todo lo que vino después con el libro de Jorge Baradit y Carlos Basso con Código Chile y Masones y Libertadores (Waldo Parra), que han funcionado, de alguna manera tomaron la posta de Logia, que usó la historia de Chile como objeto de ficción.

¿Qué opina de los comentarios de historiadores contra los títulos de Jorge Baradit?

Creo que habla súper mal de ese grupo de historiadores, que entiendo son cuatro, y me parece sospechoso que esa controversia se produjo cuando se supo que el libro de Jorge llevaba 80 mil copias vendidas. Jorge se va a enojar por lo que voy a decir, pero hay muchos historiadores reconocidos de la academia que le envían cartas de apoyo. Historia secreta de Chile no es historiografía, es un libro de difusión histórica. Isaac Asimov era bioquímico y escribía libros de historia y astrofísica y que yo sepa nadie lo troleo. He estado con Jorge en programas de televisión con historiadores y pura buena onda. El fenómeno del libro de Jorge es indiscutible. El boom de la historia de Chile mató a la autoayuda. La autoayuda era el género que más se vendía en el país y ahora no.

¿Y qué le parecen los libros publicados por youtubers o que surgen de Wattpad?

Yo creo que el youtuber no hay que tomarlo tan en serio, pero tampoco tan a la ligera. Porque si hay tanto cabro buscando estos libros es por algo. Y parece que la gente que está sobre los 35 años no entiende. Yo no lo entiendo. Tengo sobrinos que están todo el día mirando como un tipo enseña a jugar videojuegos y luego escribe un libro, y luego ellos quieren tener ese libro. Y no creo que no sea literatura. Es comercial como el thriller, el terror y la ciencia ficción. Lo del Wattpad está recién empezando y creo que hay que ponerle ojo. Es el nuevo taller literario. La mayoría son de romance juvenil, pero tarde o temprano habrá sorpresas. Puede haber real calidad literaria. ¿Por qué no? Quizá puede aparecer el próximo Bolaño, Philip K. Dick o Borges.

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