"Es la cumbia": Bomba nuclear de Pedropiedra
Estas mismas canciones de Pedropiedra podrían tener una versión punk, bossa nova o para arrullar a un bebé. Ahora van envueltas de tecnocumbia. Da un poco lo mismo. Son las bondades del formato.
Nadie tiene tiempo para escuchar un álbum tradicional, dicen. En estos tiempos el camino es el EP. En Chile la modalidad ha tenido entusiastas. En marzo Oddó presentó Mala Suerte, asombrosa conversión del indie pop a la música urbana; López Vol.1 (2016) fue el debut de menos de media hora de los ex Bunkers, y ayer Nano Stern publicó un primer EP convencido de las cualidades de un formato que no exige tanto tiempo de trabajo y más fácil de conceptualizar. Pedropiedra (39) viene de Ocho (2016), álbum conciso y concentrado en la música de los 80 contenido en apenas 31 minutos. Bomba Nuclear registra apenas cuatro títulos de su catálogo reversionados en clave tecnocumbia y ritmos derivados.
Por supuesto, las suspicacias.
La cumbia goza de un arrastre impensado hace un par de décadas cuando aún era ninguneada por clasismo. Jorge González y Dandy Jack montaron Gonzalo Martínez y sus congas pensantes (1997) y ahora sabemos que fueron unos adelantados, pero en su momento se descifró como una extravagancia. Luego Chico Trujillo abrió las puertas y la escalada popular fue irrefrenable. Hoy bandas del género de esta generación repletan el teatro Caupolicán. El prejuicio susurra entonces cierto oportunismo. Al estrado Tropiflaite, banda donde Pedropiedra era miembro y que hace 15 años circulaba en fiestas acomodadas practicando funk y fusiones latinas, incluyendo algo de cumbia. Los ritmos sabrosones para bailar no son precisamente una novedad en su carrera.
Bomba Nuclear es material propicio para las comparaciones. En la primera canción, "Inteligencia dormida", del álbum debut de 2009 que solo lleva el nombre Pedropiedra -tema definitorio de su estética nostálgica de la infancia-, gana por un pelo la refacción, cumbia media narcótica que se mueve en cámara lenta.
"Para Ti", con bronces, vocoder y tiempo de bailanta reemplazan convincentemente los aires gitanillos del original. El efecto electrónico ayuda una enormidad a encarrilar la entonación siempre frágil de Pedropiedra. En Sol Mayor canta Jorge Delaselva (ex vocalista de Tropiflaite) protagonizando la mejor versión del EP según el manual de Los Auténticos Decadentes. El reggae de "Rayito/Olita" también se reconvierte en bailanta. Es la transformación más superficial del EP.
Estas mismas canciones de Pedropiedra podrían tener una versión punk, bossa nova o para arrullar a un bebé. Ahora van envueltas de tecnocumbia. Da un poco lo mismo. Son las bondades del formato. Apuestas elásticas, menos pretenciosas y pasajeras.
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