Lo mejor del año en series
Una selección de lo mejor que vimos en series 2017.
Mejor escena de crisis existencial: Ted Danson interpreta a una especie de ser inmortal cuyo trabajo es guiar a los humanos en la vida después de la muerte (eso es, sin dar spoilers); The Good Place es una serie sobre eternidad y consecuencias éticas a los actos diarios, y es también una comedia llena de chistes rápidos. Puede que no haya nada más original actualmente en TV -ya, bueno, Twin Peaks- y aunque no es perfecta, tiene flashazos de genialidad. Como cuando los humanos deben hacerle entender al personaje de Danson que nosotros vivimos con el conocimiento casi asfixiante de que la vida se termina, por lo que nada tiene sentido: la reacción de impacto, y consecuente posición fetal que adopta el protagonista, es quizás el mejor minuto de TV del año. Segundo lugar para el monólogo interior autodestructivo de BoJack Horseman en su temporada cuatro; quizás no haya mejor explicación a la mente de un depresivo que esa.
Mejor policía: Andri Olafsson (Ólafur Darri Ólafsson), Trapped. El fenómeno islandés de noir nos llegó tarde, pero valió la pena la espera. Un policía debe resolver un asesinato en medio de una tormenta de nieve que deja a su pueblo aislado, y a él atrapado con su ex mujer y su nueva pareja dentro. Andri, endémicamente superado por las circunstancias al mismo tiempo que bueno y confiable, es el hombre para el trabajo.
Peor policía: Holden Ford (Jonathan Groff), Mindhunter. La serie producida por Fincher se convirtió en un manjar televisivo para los fanáticos de historias sobre asesinos en serie (¿y quién podría no serlo?). El personaje de Groff es el más inteligente para analizar las conductas humanas que llevan al crimen, y también el más inepto para manejar su propia obsesión. El actor sólo se vuelve una elección perfecta a medida en que avanza la historia, y la incomodidad en su propia piel se transforma en ambición desmesurada. Mindhunter es una serie sobre ego masculino, y cómo este puede llevar a destruir o ser destruido.
Mejor regreso y mejor batalla: Game of Thrones. Hay pocas series hoy como la de Jon Snow y Daenerys Targaryen -el amor incestuoso más hot del año-, que convocan a masas frente a la pantalla. Esta penúltima temporada entregaron menos capítulos, pero con más carne: la batalla del episodio 7, que tuvo a la reina exiliada haciendo su entrada triunfal en dragón, amenazó la vida de Jamie Lannister y básicamente entregó cinco infartos al miocardio en una sola hora, está entre lo más apasionante del 2017. Game of Thrones es enorme, y se toma a sí misma en serio, para felicidad de los fans. También aportaron el mejor dragón de hielo del año, pero ahí no tenían tanta competencia.
Mejor crítica al mercado: Probablemente no haya serie más política en 2017 que The Deuce, la nueva obra de David Simon junto a George Pelecanos para HBO, sobre el comercio sexual en el Times Square de los años 70. Como siempre, el creador de The Wire arma perfectos micromundos, con sus éticas y sus reglas y sus maravillas de personajes. Que Maggie Gyllenhaal es una actriz que hipnotiza no es novedad, pero igualmente su rol de Candy, una prostituta con cerebro para los negocios que ve en la aparición del porno una manera de sacar más dividendos al trabajo sexual, es tan empoderada como frágil y merece todos los Emmy. Esta es una serie sobre el capitalismo y la mercantilización del cuerpo, sobre abuso y machismo, y sin nostalgia alguna por la Nueva York sucia de los 70.
Mejor homenaje al neorrealismo italiano: Aunque Lena Dunham tuvo una muy buena final temporada de Girls, es Aziz Ansari, el comediante y creador de Master of None, quien se queda con la corona de "voz de su generación". La segunda temporada de la serie abrió con su personaje, Dev, viviendo en Italia tras romper con su novia, aprendiendo a hacer pasta y convertido en homenaje vivo a De Sica. La serie sigue con sus reflexiones inteligentes sobre vivir y amar en la modernidad -el capítulo de primeras citas de Tinder o el de Acción de Gracias son joyas-, que aunque a veces peca de exceso de estilo, sigue teniendo algo que no se puede comprar y le falta a tanta serie, película, libro o hasta a humanos: tiene corazón.
Mejor equipo: Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Shailene Woodley y Zoe Kravitz son las mujeres maravilla de la TV este año. Big Little Lies, de HBO, no sólo era un vistazo fascinante a la vida de los muy ricos y muy bellos, sino que a sus fracturas, pequeñeces y alto consumo per cápita de vino. Lo que se podría haber convertido en una historia de vecinas aburridas, fue un adictivo drama-misterio que abordó desde la amistad femenina a la violencia intrafamiliar, temas generalmente llevados de manera más cliché en pantalla.
Mejor reflexión sobre el origen del mal. Definir si los 18 nuevos capítulos de Twin Peaks fueron satisfactorios o sólo confusos (¡tanto Douguie!), o si son una película o una serie, tomaría todas las páginas de este diario. Pero el capítulo ocho, con sus explosiones nucleares y simple belleza visual, pasará a la historia como una hora de creatividad televisiva pura, donde David Lynch y Marc Frost usan el crimen de Laura Palmer para explorar desde donde realmente emerge la maldad en el mundo. No es poco.
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