Rei momo: cuando David Byrne estuvo "loco de amor" por Celia Cruz
El escocés y la cubana se aliaron a mitad de los ochentas para grabar la canción de una película.
Es 1986 y el líder de Talking Heads se aburrió de su propia música. En aquella búsqueda, David Byrne acabó por entregarse al ritmo.
Durante años, el frontman de una banda que transitaba entre el new wave y el post punk, escuchó secretamente vinilos y cintas de música afrobrasileña y latina, ayudado favorablemente por la gran cantidad de migrantes con los que se topaba a diario en Nueva York.
"Hay tantos músicos del Caribe y de Sudamérica viviendo acá -cubanos, puertorriqueños, dominicanos, brasileños...- que no es necesario ir a ninguna otra parte para introducirse en la música latina", explicaba a El País a fines de los ochentas.
Entonces, aquella afición secreta se trasladaría a los clubes nocturnos y la "rumba" se tomaría la pista. Byrne también baila.
Cuando los productores de Something Wild ("Fin de semana salvaje" en Sudamérica) le encargaron una composición original para la película, la condición del músico fue clara: "Escribiré una canción sólo si puedo cantarla a dúo con Celia Cruz".
Sus deseos fueron órdenes.
Él y Johnny Pacheco -músico y productor dominicano que fue incesante colaborador de Celia- firmaron codo a codo la canción "Locos de amor".
"Escribimos algo que no era estrictamente salsa, o realmente afrocubano, pero tratamos de reelaborar esos surcos", precisaría años más tarde.
La experiencia fue tan reconfortante para Byrne que, tres años más tarde y en medio de un receso con su banda madre, dedicaría un disco completo para tributar el ritmo. Rei momo (1989), su debut como solista, incluyó la canción grabada con Cruz. Era casi un deber moral.
El que partió como un "experimento" de un músico de guitarras que enloqueció con el sabor, lo acercó a Sudamérica concretando su primera visita a Chile.
La bizarra participación del compositor en el estelar Martes 13 es recordada hasta hoy:
https://www.youtube.com/watch?v=7JV6yHFamcg
En julio de 2003, cuando la voz de la cubana se apagó definitivamente, David Byrne no pudo dejar de recordarla.
Con una carta abierta a los medios, el guitarrista dedicó estas significativas palabras a la que fuera su maestra:
Celia podía representarlo todo en una sola nota. En el sonido de su voz puedes sentir la cocina, el baile, la ropa, el humor y la tristeza de toda una cultura.
Su voz encarnaba sensualidad, placer, melancolía y espiritualidad simultáneamente. En esa única voz puedes escuchar millones.
Antes, mucho antes de su muerte, Cruz y Bryrne compartieron escenario en variadas ocasiones, la mayoría en clubes como el SOB's en New York. Incluso, se forjaron lazos con Talking Heads cuando el trompetista de Celia, Ángel Fernández, terminó grabando uno de sus arreglos en el último disco del cuarteto.
"Recuerdo la generosidad que tuvo al ayudar a un rockero gringo a encontrar su camino en la música. Ella no lo hacía para ella, porque ya era la reina, si no para cerrar las brechas culturales.
Desearía que más rockandrolleros pudiesen haber descubierto su intensidad, pasión y alma. Tal vez algún día. ¡Viva la reina!"
https://youtu.be/J21iwI9Le7g
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.