Elton John y Bernie Taupin: el adiós a los maestros

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Es impresionante la manera en que la calidad del material original de Elton John y Bernie Taupin permite diversas lecturas en distintas vertientes.


Elton John (71) supervisa el retiro a sus anchas. En enero anunció una gira de despedida con 300 fechas titulada Farewell Yellow brick road The final tour, el cierre a una trayectoria de más de medio siglo que lo instala incuestionablemente entre los más grandes en la historia del pop. Para las generaciones con más de cuatro décadas en el carné, Reginald Dwight ocupa espacio en la memoria. Las melodías delicadas y melancólicas, la voz, el piano y la alianza inquebrantable con el letrista Bernie Taupin, lo integraron al paisaje musical de los 70 con la misma persistencia de Led Zeppelin y ABBA. Un clásico como "Daniel", por ejemplo, define al soft rock. Extravagante para disimular su escaso atractivo y ganar seguridad, con el tiempo queda la duda si hacían falta esos trajes y lentes estrafalarios. Las canciones, por sí solas, eran joyas.

Este álbum tributo es un proyecto ambicioso dividido en dos partes. Revamp agrupa a artistas pop del momento seleccionados personalmente por Sir Elton, mientras Restoration, consagrado al country, corre por cuenta de Bernie Taupin. Son 26 canciones y el setlist completo en plataformas suma 52 cortes y casi cuatro horas de música con los correspondientes originales.

El saldo es favorable por completo. Figura y destaca Queens of the Stone Age haciendo maravillas con "Goodbye yellow brick road", seria candidata a la mejor pieza del cancionero del británico. La voz coquetea con link a Bowie y la gloriosa armonía que define al tema resuena igual de nostálgica. Se suman detalles en sintetizadores y una batería con aire Beatle para un tributo redondo. Caso similar, Miley Cyrus con "Don't let the sun go down on me". Lo da todo y reitera lo dicho por Wayne Coyne de The Flaming lips: la chica sabe cantar. Se apropia de los sufridos versos de Taupin - "me arriesgué para cambiar tu modo de vida, pero malinterpretaste mis intenciones cuando te conocí"-, y eleva la emotividad del corte con sobresaliente perfomance. Mumford & sons reviste de un tono más sombrío a "Someone saved my life tonight". Marcus Mumford es un gran cantante y los arreglos abarcan las dos vetas de la banda londinense, sonoridad acústica versus electricidad.

Los pasos en falso son excepcionales y ninguno un desastre, pero se espera más de Florence + the machine, Sam Smith y The Killers.

En el disco country, otro clásico en seria competencia por el título a la mejor canción del inglés como "Rocket man", queda en manos de Little big town, cuarteto de Alabama de larga trayectoria con acento en las armonías lustrosas. Apoyados en una inventiva percusión consiguen un giro más que interesante. Don Henley de Eagles y Vince Gill, estrella del género, reconvierten con gracia "Sacrifice".

Hay elecciones más oscuras y alejadas del éxito como "Border song", single de mediano alcance del segundo álbum que solo lleva el nombre de Elton John, publicado en 1970. Originalmente una composición en torno al góspel, el legendario Willie Nelson la adapta a un sonido desértico y pantanoso a la vez.

Como ejercicio total es impresionante la manera en que la calidad del material original permite diversas lecturas en distintas vertientes, y la elegancia del gesto de Elton John y Bernie Taupin de dar también las gracias a la música popular estadounidense, a través de los géneros que los inspiraron. Un gran adiós en un formato en general irregular como los discos tributo.

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