Crucifijos en llamas: cuando Madonna desafió a la iglesia con "Like a prayer"
En 1989 la actual reina del pop publicó su cuarto álbum de estudio con un sencillo promocional polémico. Los símbolos religiosos usados en el videoclip y la historia narrada despertaron el repudio del clero y los auspiciadores más conservadores.
Madonna, la cantante estadounidense que cumple 60 años, es considerada la reina del pop no solo por el alto éxito que tuvo en el género en la década de los 80, también porque ha sido capaz de renovarse en cada álbum y seguir vigente en sus más de 40 años de carrera musical.
No ha sido fácil. A fines de los ochenta, cuando lanzó su cuarto álbum de estudio Like a prayer, la cantante fue enjuiciada por la iglesia y los sectores más conservadores. El problema no era el disco completo, sino una canción en particular, y la letra tampoco era la que generaba conflicto, sino su video musical.
Madonna, luce un ajustado vestido escotado con un crucifijo al cuello, ocultado por un liviano abrigo que se quita a los pocos segundos desde que comenzó la canción. La escena inicial es una crítica no solo a la iglesia, también a la sociedad estadounidense al mostrar el asesinato de una mujer por parte de supremacistas blancos, y el posterior arresto de un hombre afroamericano inculpado injustamente.
El video está apenas comenzando. La joven artista se acerca a una figura religiosa de raza negra que derrama lágrimas, de pronto, un hombre afroamericano viste como el mesías y la seduce, intercalando las escenas de lujuria y pasión, con crucifijos en llamas que rememoran la ideología del Ku Klux Klan.
La influencia de la música afroamericana y católica es notoria. Madonna fue capaz de combinar el pop- rock con los estilos funk, góspel y soul, que reflejó con un coro en el mismo clip. Las letras nacieron de la misma Biblia con la incorporación de textos litúrgicos, pero cambió su contexto, ya que se pueden comprenderse tanto en el marco religioso como sexual.
El resultado fue que el video dirigido por Mary Lambert, fue condenado por el Vaticano, grupos conservadores se reunieron para protestar contra la emisión acusándola de blasfema y hereje, y la empresa Pepsi -que había cerrado contrato con la cantante- canceló el acuerdo de patrocinio que consistía en usar la canción en uno de sus comerciales.
Sin embargo, Madonna no pretendió burlarse ni oponerse a la Iglesia. Todo lo contrario, pues la artista tuvo una fuerte educación católica y lo que pretendía era cantar sobre su vida. Tal como hizo en otras canciones del mismo álbum como "Promise to try" y "Oh father" -en alusión a su relación con su padre-, "Keep it together" -sobre su familia- y "Express yourself" que habla de su adolescencia y el empoderamiento femenino.
Las críticas de las altas esferas conservadoras y el abandono comercial de Pepsi no detuvieron su éxito. "Like a prayer" se convirtió en el séptimo sencillo de Madonna que alcanzó el número 1 en el Billboard Hot 100 y lideró los ránkings musicales en Estados Unidos y Europa.
https://www.youtube.com/watch?v=79fzeNUqQbQ
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