Sonya Yoncheva, la soprano que cantaba boleros
Una de las mejores cantantes líricas del momento se presenta este viernes en el Teatro del Lago. Versátil en gustos, sólo lamenta no haber incluido canciones románticas en español en el recital.
Hace casi exactamente cuatro años, la soprano búlgara Sonya Yoncheva estuvo a la altura de los grandes. Le tocó salir a la cancha en último momento y dejó a la galería con la mandíbula abierta.
La cancha para ella se llama el Metropolitan Opera House de Nueva York y el partido era el siguiente: cantar La bohème de Puccini por primera vez en su vida, cinco meses después de dar a luz a su segundo hijo y con menos de un mes de ensayos. Empezó convenciendo desde el primer minuto como la tísica y enamoradiza Mimì, y tras dos horas de tragedia en la París de fines del siglo XIX, Sonya Yoncheva tenía al Met a sus pies.
Desde ese momento, a la soprano nacida en Plovdiv hace 36 años ya no la llaman desde el coliseo neoyorquino como reemplazo de última hora (en ese caso fue de la igualmente prestigiosa soprano letona Kristine Opolais), sino que entra por la puerta grande. En otros términos, Yoncheva es uno de los éxitos invencibles del teatro y cada ópera con ella significa tablero vuelto. Lo ha demostrado con Tosca, La bohème y La traviata, pero además ostenta la marca de ser la primera intérprete en aparecer durante un mismo año en tres roles protagónicos televisados por el Metropolitan: Tosca, Mimì en La Bohème y Luisa Miller.
Hoy su agenda tiene escaso espacio para las páginas en blanco. Hace un par de semanas cantaba, por ejemplo, la ópera Medée de Luigi Cherubini en la Staatsoper de Berlín que dirige Daniel Barenboim, y en menos de un mes estará de vuelta en el Metropolitan interpretando a Desdémona en Otello de Verdi. Ahí la conducirá Gustavo Dudamel, un amigo de la familia, compañero de estudios de Domingo Hindoyan, el director de orquesta venezolano con el que está casada hace cuatro años.
Entremedio, a modo de "descanso", la cantante da algunos recitales en el mundo. En México cantó este martes 13 en la sala Nezahualcóyotl del D.F. y repite hoy en el Teatro del Bicentenario de la ciudad de León. Entre ambos, el día miércoles asistió a uno de los conciertos que por estos días ofrece Luis Miguel en el imponente Auditorio Nacional de Ciudad de México. No es raro: le gusta la canción romántica en español, como demostró en la versión de Historia de un amor que colgó de su cuenta Instagram hace dos semanas.
"Adoro los boleros", dice por la línea telefónica desde Helsinki (Finlandia), donde pasaba unas breves vacaciones cuando se realizó esta entrevista, hace 15 días. "Los conozco un poco a través de mi esposo venezolano, pero también sabía antes de ellos, por supuesto. La verdad es que lo único que lamento es que no preparé ningún bolero para cantar en Chile esta vez. Tendrá que ser la próxima", comenta con una leve risa cómplice.
En busca de nuevos repertorios
De personalidad cálida y con constante inquietud por cantar nuevos y desconocidos repertorios, Sonya Yoncheva estará mañana en el Teatro del Lago de Frutillar a las 19.00 h. Su recital es parte del Festival Primavera que celebra el aniversario del recinto. Acompañada del destacado pianista francés Antoine Palloc abordará un repertorio eminentemente romántico, con arias de óperas de Jules Massenet y Giacomo Puccini, entre ellas La bohème, Madama Butterfly, Manon Lescaut, Don Quijote, El Cid y Thaïs.
"Para mí es muy natural cantar a Massenet y Puccini juntos. Son como hermanos musicales y escriben de similar manera para la voz humana. Son románticos y sensibles, tratan muy bien a la voz, armónicamente son increíbles y, a la larga, me parece que unirlos en un recital es algo natural", dice Yoncheva. Y argumenta: "Massenet influyó mucho a Puccini, que es mucho más popular. Puccini, que era amigo de Claude Debussy, intercambió varias cartas con él donde se ve la admiración de los dos hacia Massenet".
La curiosidad por rastrear, cantar y grabar obras poco conocidas es columna vertebral en la carrera de Sonya Yoncheva, que en 2010 ganó el concurso Operalia, la competencia de Plácido Domingo que se perfila como una de las más importantes del mundo. Pero también están los conocidos de siempre y la búlgara aborda con la facilidad de los mejores las obras de Verdi o el mencionado Puccini. Sus tres discos publicados hasta ahora por el sello Sony Classical dan cuenta de este eclecticismo en sus gustos: Paris, mon amour (dedicado a la ópera francesa), Handel (que indaga en el compositor barroco con el que comenzó antes de la fama) y The Verdi album, que trae extractos desde Otello y Don Carlos a El trovador.
De voz con natural inclinación al registro más oscuro y dramático ("antes de ser soprano, era contralto, que es la más grave de las voces femeninas", dice), Yoncheva ha brillado en los últimos años en las óperas Norma, Il pirata y Medée, tres de los títulos que justamente Maria Callas revivió en los años 50.
La comparación le hace algo de gracia en un principio, pero luego va directo al grano: "Es difícil vivir con la imagen de Maria Callas a las espaldas y el ejercicio más fácil es comparar a alguien con cantantes del pasado. Aún así bastó que sólo incluyera esas óperas en mi repertorio para que empezaran con lo de 'la nueva Callas' o cosas por el estilo. Para ser justos, creo que hay algo de falta de respeto hacia la propia Maria Callas, pero también no hay consideración al trabajo que uno puede hacer. A lo que uno puede aportar".
A pesar de que Bulgaria sólo tiene siete millones de habitantes, ha sido cuna de algunos de los mejores cantantes líricos de la historia, desde Boris Christoff hasta Raina Kavaibanska. Sonya Yoncheva lo explica así: "Mi país es un crisol de culturas, pueblos y religiones. Estamos muy lejos, entre Oriente y Occidente. Tenemos el cruce entre griegos, turcos y eslavos. A la larga, creo que esto se expresa en una producción de voces muy interesantes, diferentes".
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