Tim Maia: el verdadero gigante de Brasil

A Roberto Carlos no le causó ninguna gracia la película biográfica de Tim Maia estrenada en 2014. Desmintió la escena donde su viejo amigo le lanzaba unos sándwiches al darse cuenta que negociaba un show en televisión por cuenta propia cuando era miembro de The Sputniks, un conjunto vocal formado por un Maia quinceañero en 1957. También rechazó otra escena donde unos asistentes suyos le regalan a Maia un par de botas usadas y le arrojan unos billetes en una época de apuros. Roberto Carlos reconoció diferencias con su viejo amigo pero acusó "falta de ética" en el film.

The Sputniks no era el primer grupo de Sebastião Rodrigues Maia, nacido en el barrio de Tijuca al norte de Río de Janeiro en 1942 en medio de una familia numerosa y pobre. Componía melodías desde los ocho años y a los 14 fundó Os Tijucanos do ritmo como baterista. Dominaba también la guitarra y dio clases a un chico un año mayor, Roberto Carlos, con quien integraba una pandilla plagada de futuras estrellas de la música como Erasmo Carlos y Jorge Ben. A todos los unía la pasión por el naciente rock & roll. Cuando Maia vio a Roberto Carlos en televisión abandonó a The Sputniks y partió al mismo programa a exigir una oportunidad. En la televisión le hicieron una sugerencia: cambiar el nombre a Tim Maia.

The Sputniks no sobrevivió a las peleas de los dos cantantes y en 1959 Tim Maia ganó una beca para estudiar televisión en Estados Unidos. Primero residió en Tarrytown, Nueva York, para trasladarse más tarde a la Gran Manzana. Participó del grupo vocal The Ideals donde además tocaba guitarra y en 1963 se fue de viaje al sur con unos amigos en un auto robado cometiendo pequeños robos hasta que en Daytona beach lo detuvieron por posesión de marihuana. Pasó seis meses encarcelado y fue deportado a Brasil, donde también cayó preso por delitos menores.

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Maia buscó ayuda en Roberto Carlos y Erasmo Carlos, quienes la rompían en el programa de televisión La Joven Guardia en la segunda mitad de los 60. Aquí la historia se divide en versiones donde sus viejos amigos le dan la espalda en un comienzo y sólo logra el interés de Os Mutantes con quienes aparece en un programa, y otras donde tras insistir logra participar en La Joven Guardia interpretando "Georgia on my mind", famosa por Ray Charles. Más aún, Roberto Carlos dice que él le consiguió un contrato con CBS pero que no tuvo mayor éxito. Aún cuando escribió el hit "Não Vou Ficar" para Roberto Carlos, Tim Maia se dio cuenta que debía alejarse de sus antiguos camaradas. La próxima parada fue Sao Paulo.

En 1970 graba un primer álbum con sólo su nombre en la portada registrando tres éxitos que le mantienen durante 24 semanas en las listas. Siguió cosechando triunfos comerciales hasta Tim Maia vol. 4, siempre bajo una combinación de soul y sonidos típicos del Brasil incluyendo samba, baião y xaxado, mezcla definida por su voz pastosa. De hecho, cuando Barry White obtuvo éxito en Brasil fue promocionado como el Tim Maia estadounidense.

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Su música tuvo un particular impacto en las clases obreras al punto de convertirse en la banda sonora de un movimiento reivindicativo de las comunidades negras -Black Rio- que recogía elementos del Black Power y que alarmó a la dictadura brasileña preocupada del arrastre que tenían sus conciertos.

A mediados de los 70 Tim Maia fundó Seroma, su propia disquera, furioso por los royalties que se llevaban los sellos tradicionales. También experimenta en ese periodo un cambio radical cuando de visita en la casa de su amigo Tibério Gaspar descubre el libro Universo em desencanto que ahondaba en las creencias de la secta Cultura racional. Maia, que ya arrastraba un historial de sobrepeso y adicción a las drogas y el alcohol, se limpió completamente. Imbuido de su nueva creencia grabó Tim Maia racional, vols. 1 & 2. La idea original era editar con RCA Victor pero la disquera rechazó el material -hoy considerado de culto- que fue a dar al sello del músico. El contenido espiritual tampoco convenció a los fans. Desmotivado por los resultados Tim dejó Cultura racional e hizo acusaciones contra el gurú del movimiento, destruyó las copias restantes, y volvió a lo que llamaba su "triatlón" antes de los shows consistente en una buena dosis de cocaína, marihuana y whisky. Esta tradición de Maia tuvo consecuencias fatales en su reputación porque, tal como lo haría Axl Rose años más tarde, tomó la costumbre de iniciar sus conciertos con largos retrasos. Cuando ya estaba en el escenario, se adelantó a otro dudoso hábito que se convertiría en sinónimo de Luis Miguel en vivo: reclamar por el sonido.

Entre 1976 y 1979 Tim Maia editó álbumes con Polygram, Warner y EMI y tuvo un coqueteo con la música disco, siempre con mucho éxito, pero marcado por peleas con las disqueras al punto que EMI no promocionó su trabajo. La cadena O Globo también resistía su figura.

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En los 80 Maia se adelantó a una práctica hoy común, las colaboraciones con grandes artistas. En 1985 alcanzó el éxito internacional junto a Gal Costa con el single "Um dia de domingo", con generosa rotación en Chile.

Su vida personal fue tan azarosa como su carrera artística. Mantuvo una larga y a la vez intermitente relación con Geisa Gomes da Silva. Tuvieron dos hijos y Maia reconoció a otro que Geisa concibió en uno de los periodos de separación. Sus peleas estuvieron marcadas por los celos de la mujer y su deseo de controlar sus vicios y el manejo del dinero. En el corto periodo que Tim Maia estuvo ligado a Cultura racional las finanzas familiares se fueron al caño ante la costumbre del cantante de regalar sus posesiones a los pobres. Finalmente se separaron pero Tim y Geisa mantuvieron la amistad.

En los años 90 Tim Maia se acercó por primera vez al bossa nova mientras nuevos artistas lo citaban como influencia, pero el sobrepeso y las enfermedades asociadas incluyendo diabetes, hipertensión y embolia pulmonar más la costumbre por la "triatlón", complicaron notoriamente su salud. En 1997 se presentó como candidato a senador por el Partido Socialista porque, entre otras razones, no podía tolerar que los pobres votaran por la derecha. No alcanzó a llegar a la papeleta tras fallecer el 15 de marzo de 1998 luego que una semana antes intentara cantar en un show televisado en el teatro municipal de Niterói sin poder terminar el número. Tim Maia tenía 55 años y 144 kilos de humanidad.