Para contextualizar, hay que decir que Jorge y Enrique se conocieron en 1955, esto tras recibir el tercer y segundo lugar respectivamente en un concurso de poesía de la Universidad de Chile. El poeta de Lautaro, que en ese entonces cursaba estudios en el Instituto Pedagógico, brindó por su galardón junto al artista santiguino de la Facultad de Bellas Artes, formando el lazo que da inicio a nuestra historia.
Desde ahí formaron una intensa pero competitiva amistad. Teillier, desde un principio, se esforzó por ser parte de la escena poética, disfrutando el roce con su compañero Lihn. Pese a que en este tipo de competencia "solo uno sobrevive", según la biografía del nacido en Lautaro Nostalgia del futuro (2014, Del Aire Editores), Jorge estaba lejos de buscar ser el cabecilla de algo.
Uno de los primeros encuentros, según relata el novelista Jaime Valdivieso, se dio entre estos para saber quién podía nombrar más autores europeos de "tercer y cuarto orden", batalla que Lihn perdió, castigando su derrota golpeándose a cabezazos.
Si nos remontamos a sus orígenes, Enrique Lihn ha sido parte de un mundo artístico desde pequeño. Pese a no ser erudito a la literatura como Teillier, compensaba su falencia con el dibujo, la pintura, incluso la actuación y el canto. Fue en 1949, tras conocer a Nicanor Parra, que su mundo transitó directamente a lo literario.
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Por el otro lado, Teiller en 1956 publicó Para ángeles y gorriones (1956, Ediciones Puelche), con el cual daba inicio a la creación de la poesía lárica, quizás su mayor legado.
Si bien ambos eran intelectuales dedicados a las letras, el premio nacional de Literatura Armando Uribe, tenía claro que eran personalidades completamente distintas. Mientras que Teillier era " liviano de sangre, sencillo y auténtico", Uribe describía a Lihn como un personaje "pesado de sangre y bastante vanidoso".
1960 fue el año que esta disputa literaria pasó a las armas, llevados por el imprudente orgullo de un corazón destrozado.
Un amor violento
Entre octubre y noviembre de ese año, ambos artistas en un recital de poesía organizado por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, conocen a Beatriz Ortiz de Zárate, una estudiante de Pintura que, con tal sólo 17 años deja boquiabiertos a los escritores.
Lihn, quien con 31 años era el secretario del decano de su Facultad, da el primer paso para conocer a esta mujer, para luego entablar un pololeo, amor que finalmente se selló con la ceremonia de matrimonio.
Pero el destino quiso otro final a esta historia de amor. Enrique jamás supo que Beatriz y Teillier se veían a escondidas, estando profundamente enamorados. El gran 'pero' de este idilio romántico era que el poeta sureño era un hombre casado.
Para el 4 de septiembre de 1962, Jorge Teillier zarpó hacia Europa, específicamente a Italia, tras obtener una importante beca literaria. Ese viaje no duró más de un mes a causa de una depresión. Tras volver, este resolvió terminar con su relación y comprometerse con Beatriz. Mientras que Teillier le escribe una carta desde el viejo continente explicando el fin de su matrimonio, la joven estudiante de Pintura le informa a Lihn de su amor por el otro escritor.
Enrique, ardiendo de rabia, toma este acto como "alta traición", incluso llegando a tomar contacto con Sybila Arredondo, la esposa de Jorge, quien no tiene interés alguno de ayudar a acabar esa relación de amantes.
Desde el 3 de junio de 1963, cuando Jorge y Sybila anularon el matrimonio, pasaron cinco días para que el lautarino se casara con Beatriz. Mientras todo esto ocurría, Lihn, no desea venganza, más bien recuperar su orgullo que su 'pololeo' con esta joven, armando una guerra civil literaria,con dos corrientes, las cuales Luis Marín, co-escritor de la biografía, define como "larismo literario" y "metapoesía de Lihn".
Pero esto no iba a terminar con una simple discusión. Todo se definiría con sangre.
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Jorge Teillier y Beatriz Ortiz de Zárate (1964)[/caption]
Duelo a muerte
En 1963 tuvo lugar el duelo entre Jorge Teillier y Enrique Lihn, cuando este último fue a la casa del escritor Guillermo Atías, espacio en el que Teillier se encontraba. Mientras que Atías, molesto con la actitud de un borracho Lihn, le exige retirarse, este se niega hasta poder hablar con el poeta.
"Eres un traidor, un felón sal de inmediato de ahí y bátete a duelo conmigo, cobarde" le grita Enrique, mientras propina golpes contra la reja que le impide entrar. Este último, decidido a terminar con este problema, sale hacia el jardín y se dan manotazos a través del cerco.
Ambos acuerdan reunirse en la Quinta Normal, en un día y una hora establecida y batirse a pistola. Ambos contaron con un padrino para aquel encuentro, por lo que el oficial de Ejército expulsado Germán Marín protegería a Teillier y el dramaturgo Enrique Moletto estaría detrás de Lihn.
La anécdota indica que, cuando llegó la hora de acudir al parque, Teillier y Lihn no pudieron encontrarse, debido a la espesa niebla que azotaba a la ciudad. Según relató Marín a Nostalgia del futuro, Teillier se atribuyó el vencedor de este encuentro al ver que su enemigo no llegó, por lo que junto a su compañero fueron a beber para celebrar como buen escritor.
"El brabucón de Enrique no se presentó", explicó Teillier a Ortiz de Zárate, aunque años después Lihn le aseguraría a Beatriz en una exposición de arte, que sí había acudido a la cita.
Lo que vino después...
Lihn y Teillier, con la excepción de un encuentro en la Sociedad de Escritores Chilenos, donde el santiaguino acusó al otro poeta de lanzarle miguitas de pan, por lo que lo tomó de la corbata y lo insultó, dejarían de lado sus rencillas.
Ambos literatos estuvieron distanciados por 19 años, tiempo en el que aprovecharon de atacarse a través de "poemas, ensayos y maledicencias varias". No sería hasta noviembre de 1982 en la ciudad de Temuco, cuando declararon una especia de armisticio. Ante este episodio, en Conversaciones con Jorge Teillier (1993, Editorial Los Andes), el poeta de Lautaro se refirió a este conflicto que se extendió, ya que Lihn estaba resentido ante la felicidad del sureño. Pese a ello, en ese encuentro en La Araucanía, se abrazaron y volvieron a ser amigos.
Para esa época, Jorge y Beatriz Ortiz de Zárate se habían separado hace nueve años, por lo que la arrogancia ante este romance no tenía espacio.
Enrique Lihn siguió desarrollando su veta literaria hasta su muerte en 1988, a raíz de un cáncer fulminante que le permitió escribir hasta las últimas consecuencias. Jorge Teillier falleció ocho años más tarde, en 1996, producto de un alcoholismo que lo llevó a un derrame cerebral.
Pero estos detalles no opacan su contribución en este sector del mundo. Eso sí, sus vivencias nos demuestran que, independiente de la intelectualidad, un amor provoca actos que sorprenden la racionalidad humana.
Texto basado en la biografía de Jorge Teillier Nostalgia del futuro, escrito por Carlos Valverde y Luis Marín, este último fallecido el 2 de febrero del 2019.