Los Independent Spirit confirman su distancia del Oscar
El triunfo de If Beale Street could talk marcó diferencias entre los indies y la Academia de Hollywood, aun si Roma tuvo un lugar en ambas premiaciones.
Hace solo dos años, Luz de luna fue la mejor película de los Premios Independent Spirit y, 24 horas después, recibió el mismo reconocimiento en la noche de los Oscar: las premiaciones de los indies estadounidenses y de la Academia de Hollywood parecían estar singularmente alineadas.
La nueva edición de los Spirit, sin embargo, confirmó un escenario distinto: If Beale Street could talk, del mismo director de Luz de luna (Barry Jenkins), se alzó como la gran ganadora de una ceremonia donde ninguna de las nominadas en la categoría principal corría por la misma distinción en los premios de la Academia.
La adaptación de la obra homónima de James Baldwin brilló el sábado al llevarse los honores a mejor película, mejor dirección y mejor actriz de reparto (para Regina King). En tanto, Roma, de Alfonso Cuarón, se contentó con el premio a mejor película internacional (equivalente a mejor cinta en lengua extranjera), única categoría que la tuvo en carrera (frente a sus 10 nominaciones en los Oscar).
Los Spirit, siempre un relajado preámbulo a la noche de las estatuillas, incluyeron algunos elementos que los premios de la Academia no tendrán: una anfitriona (Aubrey Plaza) y directoras nominadas, incluidas Tamara Jenkins (Private life), Debra Granik (Leave no trace) y Lynne Ramsey (You were never really here).
Sin embargo, aunque gran parte de la velada le perteneció a las mujeres, el drama de época de Jenkins emergió, nuevamente, como el máximo ganador. Dada la competencia de este año, hasta el propio realizador pareció avergonzado. "No voy a mentir", dijo al recibir el premio a la mejor dirección: "Yo no quería ganar esto".
Jenkins usó su discurso para llamar a la realización de muchas más películas dirigidas por mujeres y le dio crédito específicamente a la escocesa Ramsey, quien lo alentó como un estudiante de cine, por la inspiración. "Este premio tiene tu ADN", le dijo Jenkins.
Eso sí, Leave no trace y You were never really here ganaron otros premios: mientras la segunda fue reconocida por su montaje, la cinta de Granik recibió el segundo premio anual Bonnie, que honra a directoras a mitad de carrera, y recibió una ovación de pie. "No me esperaba una bomba de amor tan grande", expresó, evidentemente conmovida, la también directora de Lazos de sangre (2010).
Otro caso es el de Glenn Close. Un día antes de los Premios de la Academia, en los que también compite, la destacada intérprete obtuvo el Spirit a mejor actriz por su trabajo en La esposa. El galardón fue presentado por la estrella mexicana de Roma, Yalitza Aparicio, también nominada al Oscar, y el actor español Javier Bardem.
El premio al mejor actor, en tanto, fue para Ethan Hawke por su trabajo en First reformed, de Paul Schrader. En su ausencia, la actriz Amanda Seyfried fue la encargada de recibir el trofeo.
Que este año hubiera menos candidatos al Oscar fue una oportunidad, como dijo Aubrey Plaza, para que los Spirit vuelvan a sus raíces y honren a "las películas que son demasiado buenas para ser vistas".
Estos premios limitan las nominaciones a películas con presupuestos que no excedan 20 millones de dólares, eliminando este año a contendientes como Black panther y Nace una estrella. También se enfocan en producciones estadounidenses, por lo que Roma y La favorita estaban postuladas a mejor cinta internacional.
Finalmente ¿Podrás perdonarme?, de Marielle Heller, se llevó los premios a mejor actor de reparto y mejor guion (respectivamente, para Richard E. Grant y para Nicole Holofcener y Jeff Witty).
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