Viña se congela en los 90: llegan los Backstreet Boys
Vinieron hace 21 años y sus fans de ayer, las mismas de hoy, esperan un furor similar, aunque más reposado. El grupo tenía pactado llegar esta mañana y se reunirá con sus seguidores antes del show.
Dino Gordillo triunfó el lunes en la Quinta y en el rating, y hoy llegan los Backstreet Boys. No es 1998, el Festival de Viña no se emite por Megavisión, Vodanovic ya no está en el escenario, Eli de Caso y Julito Videla tampoco aparecen en las primeras filas y en el hotel O'Higgins ya no duermen las estrellas.
Es 2019, pero todo pareciera como hace 21 años. Como antes, más que antes, como ayer: desde hoy, el certamen semejara una de esas señeras jornadas de los 90 donde la fiesta musical estaba más en las calles y los rincones de la Ciudad Jardín que en esa ambición global del festival latino más importante del mundo con alcance para 200 millones de personas.
El arribo de la boy band más representativa de la segunda mitad de los 90 -pactado para esta mañana en un vuelo comercial desde EE.UU.- seguramente reactivará esa tradicional histeria en las afueras de los hoteles, con cintillos, carteles, cojines, globos y estallidos de furor atorados en las rejas de seguridad. Un dato para justificar los pronósticos: la jornada de mañana, la que abrirá el quinteto norteamericano, ha sido la única que agotó sus entradas de manera veloz, prácticamente en un par de horas.
Karen Cano, una de las jefas de Weird World Chile, el más antiguo y vigente fans club de la agrupación en el país, cuenta que hoy todas sus integrantes superan los 30 años, que las imágenes de unos imberbes Brian, Nick, Kevin, AJ y Howie D los retrocede a los inicios de su adolescencia y que, pese a que difícilmente se replicará el descontrol del debut en Viña 1998, llegarán a las afueras del Sheraton Miramar para hacer guardia. Para ellas, se trata de un golpe generacional.
"Siempre hay aglomeraciones, porque hemos formado con el tiempo un grupo de amigas que los sigue a todas partes. Quizás no habrá desmayos como hace 20 años, pero sí expectativa".
Cano destaca otra cualidad que según ella tampoco ha sufrido grandes variaciones: la simpleza con la que se manejan. "No son de cosas exóticas", subraya ante cinco compañeros que llegarán en vuelo comercial, que luego se trasladarán en una serie de camionetas hacia Viña, para dar mañana su conferencia de prensa; una actividad a la que, por ejemplo, se negó Marc Anthony.
Además, aterrizarán en vuelos separados. Mientras cuatro de ellos lo hará hoy, el que resta se integrará horas antes de la presentación. Todo secundado por un importante operativo de seguridad -quizás donde esa "normalidad" se diluye- que incluye el guardia personal de cada uno y otros cinco facilitados por la producción local. Mañana también se reunirán con casi una cincuentena de fans que compraron un ticket para tener acceso a un meet and greet.
Hagan lo que hagan, se encontrarán con esto en el camarín: mantequilla de maní, mermelada de uva, pan de molde blanco, 24 botellas de agua, chicles de menta, botellas de jugo de arándano, un mix de frutos secos y un plato con vegetales. Nada estrafalario. Mermeladas, chicles y pan de molde. Parece que sí: son chicos simples.
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