Los narcocorridos llegan a Coachella: banda expulsada de Tijuana por presunta apología al narco debuta en la meca hipster

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Los Tucanes de Tijuana tienen prohibido tocar en la ciudad fronteriza que les dio el nombre, pero este viernes la agrupación mexicana de narcocorridos llega a la cuna hipster de la música anglo: el festival Coachella.


El grupo, uno de los máximos representantes de la música norteña mexicana, fue expulsado de Tijuana hace una década por órdenes del entonces jefe de la policía local, Julián Leyzaola, tras un supuesto saludo a dos reputados narcotraficantes durante un concierto en 2008.

Pero eso no ha impedido que los Tucanes sean invitados al festival californiano, uno de los más famosos del mundo, donde tocarán este viernes en el día inaugural.

"El narcocorrido, que solía hacer este registro de la clandestinidad violenta de los traficantes, ahora se consume en Coachella. No duden que algunos hipsters vayan disfrazados de narcos", dijo a AFP Oswaldo Zavala, autor del libro Los cárteles no existen: Narcotráfico y cultura en México.

https://www.youtube.com/watch?v=3es727JJxY8

Con 30 años de carrera y más de 15 millones de discos vendidos, Los Tucanes de Tijuana será el primer grupo norteño que actuará en Coachella, tras el éxito que obtuvo la agrupación mexicana de cumbia Los Ángeles Azules el año pasado.

Pero tienen una trayectoria polémica en México por sus homenajes a figuras como el traficante Joaquín "Chapo" Guzmán.

Leyzaola estableció durante su gestión en Tijuana (2008-2010) reglas contra la cultura del narcotráfico. Los músicos que daban conciertos en la ciudad debían firmar una cláusula donde aceptaban, entre otras cosas, la revocación de su pago si hacían mención a los capos.

Los Tucanes, cuyos integrantes curiosamente no son originarios de Tijuana, sino de Sinaloa -cuna de famosos capos de la droga- son uno de los exponentes más populares de los narcocorridos.

Este género relata vivencias de los narcotraficantes, muchas veces con "más ficción que realidad, mezcladas con elementos atractivos para el consumidor", según Zavala.

La agrupación, ganadora de un Latin Grammy, ha reclamado por años que sus canciones, señaladas por presunta apología del delito, son censuradas frecuentemente en emisoras mexicanas. Pero su popularidad, lejos de apagarse, ha crecido.

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De Sinaloa para el mundo

Llegar a Coachella -con las estrellas Ariana Grande y Childish Gambino como cabeza de cartel, y las chilenas Mon Laferte y Javiera Mena- es un hito para Los Tucanes, dice Zavala.

"Coachella es el espacio de mayor consumo hipster de la música (...) además está cruzada por marcadores de poder de raza y clase de la alta cultura consumista estadounidense", opinó.

Mario Quintero, líder de Los Tucanes, dijo que la invitación vino de la empresa organizadora Goldenvoice, que se acercó al grupo por el furor que despertó un reto viralizado en redes sociales donde suena "La Chona", una canción escrita por la banda hace 24 años.

https://www.youtube.com/watch?v=4gA5iaZ11lU

En el reto "La Chona Challenge" -la versión mexicana del "In My Feelings Challenge", creado en Estados Unidos por el comediante Shiggy- la persona debe bajarse de un auto en movimiento mientras baila la canción.

"La tecnología ha hecho que nuestra música trascienda, aunque en algunos lugares nos censuren", dijo Quintero.

El sueño fronterizo

Los Tucanes de Tijuana creen que con la llegada del izquierdista Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México hay esperanza de que les levanten el veto y vuelvan pronto a los escenarios de la ciudad donde debutaron en 1987, en el Bar Razza's.

Aunque sus primeras grabaciones fueron dedicadas al alcohol y al desamor, la agrupación luego escribió canciones en honor a capos como "el Chapo" y Ramón Arellano Félix, uno de los líderes del cártel que azotó el estado de Baja California, donde está ubicada Tijuana, en la década de 1980.

"Me gustaría saber cuál es el motivo por el cual se nos prohíbe tocar ahí, yo creo que es anticonstitucional, pero igual somos personas disciplinadas que tampoco nos gusta discutir", dijo Quintero.

Según el vocalista, en varias ocasiones desde aquel polémico saludo, Los Tucanes intentaron dar conciertos en la ciudad fronteriza, pero las autoridades locales les negaron el permiso.

La violencia en Tijuana ha menguado desde principios de 2010, aunque persisten algunos episodios. En 2008, cuando Leyzaola comandaba la policía local, la ciudad vivía el clímax de la guerra territorial entre narcotraficantes.

"En aquellos años, las policías podían hacer estas cosas (prohibir los narcocorridos), sin duda (...) hubo un control militar tan fuerte que sí creo que pudiera existir un veto para Los Tucanes", señaló Zavala.

Sin embargo, "me parece inverosímil que en 2019, bajo el gobierno de López Obrador, esa prohibición siga", añadió.

El escritor mexicano Élmer Mendoza, representante de la llamada "narcoliteratura", comentó que un regreso de Los Tucanes a Tijuana sería un acierto del gobierno, en tiempos de cambios sociales y políticos en México.

"¡Qué bueno que Los Tucanes toquen en Coachella que, por cierto, está muy cerca de la tierra anhelada, Tijuana", dijo.

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