Bastidas y Vadell, la dupla detrás del fenómeno de Viejos de Mierda

dupla

Desde su estreno en 2016, la obra con Coco Legrand, Tomás Vidiella y el propio Vadell ha sido vista por 450 mil personas y reportado ganancias de $ 180 millones para sus autores. "Es la más exitosa de los últimos 50 años", dicen.


"Tengo una idea que podría interesarte", le dijo por teléfono el actor y guionista Rodrigo Bastidas (58) a Jaime Vadell (83). Era mediados de 2016, y el también fundador del Teatro Aparte quería escribir una obra para el experimentado intérprete, quien lo había dirigido en La república de Jauja (1980) del Teatro La Feria. Se reunieron en el Tavelli de Providencia, y en semanas apareció el texto de Viejos de mierda, la comedia estrenada en septiembre de ese año en el San Ginés y uno de los fenómenos más inusitados del teatro chileno reciente.

En el foyer del teatro Nescafé de las Artes, donde hoy y mañana se presenta la comedia con Coco Legrand, Tomás Vidiella y el propio Vadell, sus autores intentan poner sobre la mesa las claves de un éxito que, dicen, no se esperaban.

"A este se le ocurrió", dice Vadell, apuntando a Bastidas. "La obra es un 70% del Rodrigo y un 30% mío. Además, a él se le ocurrió armar este elenco, que nos pareció atípico, una mezcla de actores con un comediante", añade. "Era una devuelta de mano sentimental, acompañada de esta idea de hacer una obra sobre y para los viejos, que era un público bastante guacho", le sigue Bastidas.

A ambos les parecía curioso que el teatro local no se hubiera hecho cargo de la tercera edad ni de sus problemas, aspiraciones y maneras de ver la vida. Bastidas piensa, incluso, que a los adultos mayores se les jubila antes de tiempo en Chile: "Esa era mi premisa sociológica. En Europa he visto cómo la gente anda con pareja a sus 80 u 85 años, viajando por el mundo con mochila y zapatillas. Acá no. Con toda esa rabia, sentía que había que dignificarlos y hacer una obra que dijera momentito: yo no soy viejo ni huevón ni estoy de más en esta vida".

A Vadell, en tanto, le hizo sentido que el texto fuese una comedia: "Los viejos son personajes muy divertidos. Se les olvidan las cosas y hablan huevadas que solo ellos entienden. Ese tema era potencialmente divertido, pero además interesante de plantear porque no estaba probado en el público, que aún se ríe de las mismas cosas de antes. Sobre todo de sus debilidades".

¿Futuro clásico?

Un manifiesto de la tercera edad, en la voz de tres hombres que se encuentran en una oficina municipal para repasar el abandono y el sistema de pensiones, es la historia que, según ambos, ya ha sido vista por casi 450 mil personas en todo el país. Un hito para la escena local.

"Son datos impactantes", dice Vadell. "Yo al menos no tengo memoria de un éxito como este. Las obras que se podrían comparar, al menos en número, son La pérgola de las flores o La Negra Ester, pero la mirada tan divertida que propone esta obra ha hecho que el público se desplace y aleje cada vez más de los clásicos", agrega.

Bastidas asiente. "Cuando se estudien estas obras en 10 o 20 años, Viejos de mierda será reconocida no solo como la más exitosa de su época, sino de los últimos 50 años, con la mayor cantidad de público y más dinero recaudado", dice. "También por el dinero ganado por sus actores", interrumpe Vadell. Ambos se largan a reír.

Este último comentario no es al voleo. Según cifras de la Sociedad de Directores Audiovisuales, Guionistas y Dramaturgos (ATN), entre septiembre de 2016 y fines de 2018, Viejos de mierda les reportó a ambos ingresos por derechos de autor de más de $ 183 millones, correspondientes al 10% del total de la recaudación. Muy por encima de La pérgola de las flores de Isidora Aguirre y Francisco Flores del Campo, o La Negra Ester de Roberto Parra y Andrés Pérez, que según los mismos registros, en seis años ganaron $ 31 y $ 26 millones por copyright, respectivamente.

¿Cómo les cae la etiqueta del "teatro comercial"?

"Es puro cinismo", dice Vadell, "porque todo el mundo que empieza a ensayar una obra tiene la ilusión de que se le llene el teatro. Además, es un pensamiento muy antiguo, de cuando el teatro lo tomaron las universidades en los 40. Lo que hicieron fue rodearlo de una aureola intocable y aparentemente intelectual, y así se fue apartando el teatro de la gente", opina.

"A mí me encanta", dispara Bastidas, también coautor de Viejas de mierda (junto a Magdalena Max-Neef) e Hijos de su madre, el más reciente trabajo del Teatro Aparte. Ambas obras son las de mayor recaudación en lo que va del año, con $ 21 y $ 18 millones por derechos de autor.

"El teatro comercial no tiene que ver con la obra ni el contenido. Tiene que ver con la gestión", apunta. "Aquí somos un poco ignorantes al respecto y se piensa que por hacer una comedia estás haciendo teatro comercial, y no. Todo lo que se hace en Broadway, así hagas un Arthur Miller, es teatro comercial", agrega.

A los Viejos de mierda les queda cuerda para rato, cuentan. Tras las funciones de este sábado y mañana en el teatro de Manuel Montt, la obra volverá entre el 17 y 22 de septiembre al mismo escenario, para Fiestas Patrias. "¿Y no se va a presentar La Negra Ester?", ironiza Vadell. Bastidas agrega: "Tengo otra obra pensada para hacer con estos tres señores, una historia distinta e igual de divertida, y hasta estoy escribiendo el guion de la película de Viejos de mierda, que también tenemos pensada hacer, ¡pero esta obra no termina nunca! ¿Tú no estás aburrido, Jaime?", le pregunta.

El actor responde de un tirón: "Para nada. La estoy pasando tan bien como el primer día".

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