Los trozos de luna que se quedaron en Chile
En 1966, los astronautas Neil Armstrong y Richard F. Gordon estuvieron de paso por Santiago y se reunieron con el presidente Eduardo Frei Montalva. Un año después de la exitosa misión espacial de julio de 1969 comandada por Armstrong, Gordon trajo una bandera chilena junto a cuatro pequeñas piedras que fueron extraídas desde la superficie lunar, y que hasta hoy son exhibidas en la Casa Museo Frei Montalva.
Saludaron desde un auto descapotable a los incrédulos transeúntes que los vieron pasar a plena luz del día por las calles del centro de Santiago. También se les vio en una recepción en el Hotel Carrera (actual Ministerio de Relaciones Exteriores), y bebiendo chicha en cacho y montando a caballo con poncho y chupalla de huaso junto al presidente Eduardo Frei Montalva, en Cerro Castillo. Hasta dieron el vamos a un partido entre Colo Colo y Club Deportivo Ferrobádminton, en el Estadio Nacional, donde fueron recibidos y ovacionados por 50 mil almas.
El 27 de octubre de 1966, tres años antes de pronunciar una de las más célebres frases del siglo XX ("Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad"), Neil Armstrong estuvo en Santiago en el marco de una gira por Sudamérica planificada por el entonces presidente norteamericano Lyndon B. Johnson. Estados Unidos y la Nasa agradecieron con esa fugaz visita el apoyo chileno por la instalación de estaciones de rastreo satelital en Antofagasta y Peldehue, en la comuna de Colina. El comandante de la futura misión Apolo 11 estaba acompañado del oficial Richard F. Gordon, quien en noviembre de 1969 participó en el segundo viaje a la Luna en la misión Apolo 12.
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Neil Armstrong y su primera esposa Janet Shearon, durante su visita a Chile en 1966.[/caption]
Debido a un fuerte resfrío, el mandatario chileno tuvo que recibir a sus ilustres invitados en su casa en el número 683 de la calle Hindenburg, en Providencia, y no en La Moneda. Armstrong, quien por entonces tenía 36 años, se convertiría en el primer hombre en pisar la Luna el 21 de julio de 1969, junto a Buzz Aldrin y Michael Collins. Un año después de su recordada hazaña, en febrero de 1970, los tripulantes del Apolo 12 viajaron nuevamente a Santiago, esta vez con un regalo extraído desde la superficie lunar.
El 21 de febrero de ese año, Richard F. Gordon y sus compañeros Alan Bean y Charles Conrad, le entregaron al presidente Frei Montalva un pedestal en Cerro Castillo. En su interior, y encapsuladas en una esfera hecha de vidrio, había cuatro pequeñas piedras lunares de unos 5 milímetros cada una, aproximadamente, y una bandera chilena que acompañó a la tripulación encabezada por Armstrong un año antes.
"Esta bandera de vuestra nación fue llevada a la Luna y traída de vuelta por el Apolo 11, y este fragmento de la superficie lunar fue traído a la Tierra por la tripulación de ese primer aterrizaje lunar" dice la placa que acompaña los regalos, que hasta hoy son exhibidos en la sala de condecoraciones de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, en la comuna de Providencia, como parte de su colección permanente.
"Neil Armstrong estuvo tres o cuatro días en Santiago, y su visita fue sumamente distendida y llena de anécdotas", cuenta Maite Gallego, subdirectora de la Casa Museo Frei Montalva. "Cuentan que cuando Armstrong visitó al presidente Frei en su casa, se quedó varios minutos detenido mirando las rosas del jardín y tuvo que esperar al menos 40 minutos para que don Eduardo Frei lo atendiera, pues justo estaba reunido con otro mandatario", agrega.
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El pedestal que protege la bandera y los fragmentos lunares en la Casa Museo Eduardo Frei Montalva.[/caption]
Video con algunos registros de la visita de Armstrong y Gordon a Chile, en 1966:
https://www.youtube.com/watch?v=zb0h2gaViLg
Escándalo en el Bellas Artes
A fines de 1970, el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Nemesio Antúnez, puso el grito en el cielo: durante tres días expuso en el edificio en medio del Parque Forestal esos fragmentos lunares que no pesaban más de 19 gramos, y que previamente habían sido exhibidos en el Museo de Historia Natural, en la Quinta Normal. Su decisión, que apuntaba a atraer a la mayor cantidad de público posible, le valió algunas críticas de parte de sectores conservadores.
"Los niños de la era espacial no se perdieron el espectáculo, deseosos de satisfacer su imaginación desbordante. Pero fueron los mayores los más sugestionados con la antigua historia de monstruosas figuras extraterrestres (…). Como dijo una anónima y asustada ciudadana: 'Por favor, saquen de allí esa cosa monstruosa'", se lee en la prensa de la época.
Las de la Casa Museo Eduardo Frei Montalva no son, sin embargo, las únicas piedras lunares que hay en Chile. El Museo Nacional de Historia Natural conserva desde 1975 un fragmento de roca extraído en la última misión a la Luna, el Apolo 17, que llevó al espacio a Eugene A. Cernan, Ronald E. Evans y Harrison H. Schmitt. Este último fue el único geólogo en pisar la Luna, y quien recogió además muestras para entregarlas a todos los países miembros de las Naciones Unidas. Quien oficiaba de embajador de Estados Unidos en Chile para la época, David Popper, fue el encargado de recibir este nuevo obsequio espacial que aún permanece a disposición del público en el edificio de Quinta Normal.
A medio siglo de la expedición del Apolo 11, la Casa Museo Eduardo Frei Montalva tendrá este fin de semana la actividad 50 años de una odisea, serie de talleres en torno al viaje a la luna, dirigida a niños y adultos. Los próximos 24 y 25 de julio tendrá lugar Luna de papel, jornada de tres horas de duración (entre las 15.00 y 18.00 horas) para niños entre los 5 y 12 años. Además de una charla educativa y anecdótica sobre el satélite, los talleristas podrán elaborar sus propias lunas en miniatura.
Viajando a la Luna, en cambio, los próximos 26 y 27 de julio (de 15.00 a 18.00 horas), es una actividad para jóvenes y adultos de más de 15 años, y consiste también en una charla científica sobre la carrera espacial, con especial énfasis en la tecnología y el equipamiento que utilizaron las misiones Apolo para llegar a la Luna.
"Cualquier persona puede venir a ver los fragmentos lunares. En la Sala de Condecoraciones -antigua la habitación donde dormían las hijas del presidente-, que es donde están las distinciones europeas y latinoamericanas, además del frac del mandatario y su banda presidencial, está la vitrina especial que exhibe el pedestal durante todos los días del año", cuenta Maite Gallego.
Inscripciones: contacto@casamuseoeduardofrei.cl o al 22-8818674.
Más información: www.casamuseoeduardofrei.cl.
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