Wagner Moura: "Patricio Guzmán es un gigante del cine latinoamericano"
El actor brasileño y protagonista de la serie Narcos, quien ayer inauguró la 15° edición de Sanfic con su película Marighella, conversó esta mañana con Culto / La Tercera sobre su interés y compromiso artístico con la historia reciente y la política actual de su país. También habló de su cercanía y gusto por el cine chileno, y de su admiración por el documentalista y director de La batalla de Chile.
Desde el año 2003, cada 20 de noviembre se celebra en Brasil el Día de la Conciencia Negra. La fecha coincide con la muerte en 1695 de Zumbi de los Palmares, uno de los últimos líderes guerreros de los esclavos negros del nordeste de Brasil y famoso por resistir en el Quilombo dos Palmares, territorio libre de esclavitud hasta 1710. Conmemorada a nivel nacional, este año la fecha añadirá también un hito personal en la vida del actor brasileño Wagner Moura (1976): ese día debutará en salas de su país su ópera prima como director, Marighella.
"Aún no hemos podido estrenarla en Brasil, pero hacerlo ayer y aquí fue un gran honor. Emocionante, además, porque Chile sabe muy bien lo que es una dictadura militar y creo que la reacción de la gente con la que hablé ayer fue completamente diferente a todas las reacciones que hemos recibido con la misma", dijo esta mañana en una conferencia de prensa en el cine Hoyts Parque Arauco el también director, uno de los invitados estelares de la 15° versión del Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic), junto al mexicano Gael García Bernal.
"Brasil está completamente dividido, polarizado y de una manera muy estúpida. Yo sé que allá hay gente que quiere ver la película ahora y con esta narrativa, pero igual habrá mucha otra que no. La cosa está tan fea que es probable que haya gente gritando en la sala, impidiendo su proyección. Todo tipo de cosas pueden pasar, pero yo estoy muy listo para todo ese debate. La película fue hecha para eso", añadió.
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Marighella fue estrenada este año en Berlín y el 20 de noviembre debuta en Brasil.[/caption]
Estrenada en la última Berlinale, Marighella tuvo anoche su debut en Latinoamérica en la inauguración del certamen organizado por Fundación CorpArtes y Storyboard Media. El filme arranca la noche del 31 de marzo de 1964, cuando militares derrocaron el gobierno de João Goulart, dando inicio a la dictadura brasilera. La historia narrada por Moura, sin embargo, recae en los hombros del diputado, poeta y guerrillero Carlos Marighella, quien fue baleado el 4 de noviembre de 1969 por defender activamente los derechos de la comunidad negra en dicho país.
Venerado y al mismo tiempo resistido por muchos, el arribo de Marighella a la ficción no ha estado exento de polémicas y "boicots", contó también esta mañana el actor y protagonista de la serie Narcos de Netflix, donde encarnó al narcotraficante colombiano Pablo Escobar.
"Cuando la empezamos a rodar en 2013, la idea no era nunca confrontar a un gobierno. La película es mucho más que eso. Para nosotros era importante contar esta historia que fue borrada del pasado", señaló Moura. "Hoy se habla en Brasil de cambiar los libros, y decirle a la gente y a los niños en las escuelas que la dictadura fue un movimiento para salvar al país del comunismo. Entonces, hay una guerra en la narrativa muy fuerte. Aunque la película no la hicimos para eso, sí la hicimos para que habláramos del pasado y sí está, de hecho, en completa oposición al gobierno brasileño actual. Por eso tuvimos todos los tipos posibles de boicots para hacerla. La estrenamos en Berlín en febrero y hace poco tuvimos la fecha de estreno en Brasil, el 20 de noviembre, una fecha hermosa", agregó.
¿A qué 'boicots' se refiere?
Primeramente, fue muy difícil conseguir la plata para hacer la película. Ninguna empresa grande quería estar metida con eso, porque la verdad es que Marighella es un personaje maldito en la historia del país, un personaje que fue borrado de ella. Y cuando empezamos la película era para eso, para devolverle a la gente la idea de este hombre que hizo parte de la historia del país. Fue muy difícil y finalmente lo logramos por Globo, por el fondo sectorial de apoyo al cine brasileño, que ahora es algo que (Jair) Bolsonaro quiere acabar.
Tras su estreno en cines, Marighella se convertirá en una miniserie para televisión que será también emitida por Globo. "Filmamos mucho para la película. El corte final tenía 4 horas y ahora 2 horas con 35 minutos", cuenta Moura. "Yo mismo haré una edición con cosas que no entraron", añadió.
En conversación con Culto / La Tercera, Moura repasó en fluido español además su paso por el periodismo, que estudió en la Universidad Federal de Bahía, donde nació, y de cómo resolvió dedicarse a la actuación.
"La verdad es que antes de estudiar periodismo yo ya trabajaba como actor. Empecé muy temprano, tenía como 15 años. Seguí haciendo teatro mientras estaba en la escuela de Periodismo, trabajé en un periódico por mucho tiempo, pero me llegó un momento en el que tuve que escoger qué quería hacer. Y creo que yo soy actor, me dije", cuenta. "La escuela de periodismo me enseñó muchas cosas, incluso para mi trabajo como intérprete. Las cosas que leíamos ahí, de teoría de la comunicación sobre todo, la escuela de Frankfurt, (Walter) Benjamin, (Herbert) Marcuse. Todas esas lecturas me abrieron un universo intelectual que me permitió entender el arte y su sentido. Al igual que el periodismo, tiene mucho que ver con lo que hacemos, porque estamos lidiando con el día a día, la noticia, y eso para un actor o quien sea es muy necesario.
Usted actuó también en la premiada película Tropa de élite (2007) de José Paldilha, que también se hace cargo de la violencia en Brasil, a manos de la policía militar de Río de Janeiro. ¿Qué tan político es el cine que le gusta hacer?
El arte en todas sus formas es político. Aunque sea una comedia, una cosa ligera, para mí es siempre político. Y claro, cuando a uno le gusta la política, lo que uno hace va a hacer va a tener también una carga política mucho más fuerte. A mí me molesta mucho la idea de que todos los artistas tengan que posicionarse políticamente y hablar de todo. No tienen por qué. Por eso los regímenes fascistas lo primero que quieren destruir es el arte y a los artistas, porque hacen que la gente empiece a pensar de manera diferente, sobre sí mismos y el mundo, sobre lo que ve, su realidad. El arte es siempre político.
Reencuentro con Chile
No es primera vez que Moura visita Chile. Hace tres años celebró su cumpleaños número 40 en San Pedro de Atacama, cuenta, pero su vínculo con el país venía desde mucho antes, a través del cine. "Cómo uno no va a querer trabajar con (Pablo) Larraín. Encantado vendría a trabajar a Chile", comentó ayer a la prensa. "Tuve también la oportunidad de conocer a Sebastián Lelio en Berlín, hablé con él y me pareció una persona muy amable, y sus películas son muy lindas. Además, yo tengo tres amigos chilenos, tres gigantes: (Luis) Gnecco, Alfredo Castro y Paulina García, que para mí es una de las grandes actrices del mundo", agregó.
Moura, quien a las 17.00 horas de hoy participará en un conversatorio abierto a público, también en el teatro de la Fundación CorpArtes, cuenta además que ya hay conversaciones para emprender un proyecto en Chile del que no puede entregar mayor detalle. No obstante, sí tuvo palabras y elogios para el documentalista Patricio Guzmán, a quien señala como uno de sus grandes referentes.
"Marighella es una mezcla de géneros. Es un thriller, un drama histórico, pero igual tiene mucho del cine de acción. Yo le decía al equipo, imagínense que los hermanos Dardenne van a dirigir una película de acción, que es una cosa muy pretenciosa pero era eso lo que yo quería. Los Dardenne son una referencia muy grande para mí", dijo. "También lo es Patricio Guzmán. Nostalgia de la luz es una obra de arte absoluta, y claro, para hacer una película como Marighella uno tiene que ver La batalla de Chile millones de veces. Guzmán es un gigante del cine latinoamericano", concluyó.
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