La industria mira con atención la llegada de Rock in Rio
Músicos, productores y autoridades locales analizan el desembarco en Chile de la franquicia, cuya expansión global tiene a Santiago en la mira para 2021.
"Estamos hablando ahora la posibilidad de hacerlo en Chile y, si continuamos, vamos a hacer un lanzamiento que tiene que ser una bomba".
Con esas palabras, Roberto Medina, creador de Rock in Rio, confirmaba el domingo en Culto las gestiones para que el megafestival que estrenó en 1985 aterrice en Santiago en octubre de 2021. Un anuncio que da señales concretas de conversaciones que se extienden hace años, y que busca convertir a Chile en la segunda plaza sudamericana que acoge a uno de los mayores eventos musicales del mundo, así como la quinta a nivel planetario junto a Las Vegas, Lisboa y Madrid.
Si bien queda camino por recorrer, el propio Medina entrega algunas luces sobre el desembarco de su franquicia en Chile: el destino que corre con ventaja es Santiago y para ello iniciará en los próximos días los acercamientos con los potenciales patrocinadores locales. La fecha, en tanto, se proyecta para la semana siguiente a su versión carioca -que generalmente finaliza a inicios de octubre- y ya se evalúa un parque de grandes dimensiones que pueda albergar el evento. Una "Ciudad del Rock" criolla, erigida con apoyo del gobierno para que quede disponible para otros eventos, tal como ha hecho en Barra da Tijuca (Río de Janeiro), Arganda del Rey (Madrid) y el Parque da Bela Vista de Lisboa.
"Como gremio, celebramos todo lo que sea oportunidades y opciones de crecer en el mercado, así como celebramos las intenciones del gobierno de crear nuevos recintos donde realizar ciertos espectáculos de mediana y alta convocatoria", comenta Jorge Ramírez, gerente general de AGEPEC, la asociación gremial que reúne a los productores de espectáculos en Chile.
"Durante muchos años se ha trabajado a nivel de industria la posibilidad de tener un Rock in Rio, tomando en cuenta la proximidad y las condiciones del mercado local, así que ojalá se materialice. Porque todo lo que robustezca a la industria es importante", agrega.
Desde la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes musicales (SCD), entidad de gestión colectiva que además de velar por los derechos de los músicos nacionales se encarga de recaudar los derechos generados por artistas extranjeros en el país, el aterrizaje de Rock in Rio también es visto como una oportunidad.
"En general, desde la SCD, todo aquello que pueda tener un impacto y signifique una vitrina para los artistas nacionales es una algo que vemos muy positivamente", comenta Horacio Salinas, presidente de la sociedad. "Nosotros apostamos porque la música circule y seguimos este tema con atención, porque consideramos que es algo importante siempre y cuando llegue para interactuar con la música chilena", añade.
En ese sentido, ¿cuánta representación nacional debiera tener el Rock in Rio de Santiago? A la luz de sus otras réplicas en Portugal y España, cada versión deja un espacio destacado para los artistas locales, aunque acotado. A diferencia de un evento como Lollapalooza, cuya programación se extiende por tres jornadas en días completos y suma cerca de 140 artistas, Rock in Rio apuesta por carteles más reducidos, divididos en dos fines de semana seguidos, centrado en nombres estelares y con tres a cinco exponentes nacionales por año.
Se abre el tablero
El aterrizaje de la franquicia supone otro movimiento importante para la industria del espectáculo chilena: consolidado -junto a las tres ediciones de Lollapalooza en la región- como el mayor evento musical de Sudamérica, buena parte de la cartelera nacional del segundo semestre de cada año se arma a partir los invitados de turno en el Rock in Rio brasileño. Incluso, festivales completos se han construido en Santiago aprovechando la bajada de nombres de la primera línea del pop o el rock anglo.
"Muchos artistas vienen porque están en Rock in Rio y otros no vienen aun estando en Rock in Rio", dice Ramírez sobre el nuevo escenario que abre la llegada de la marca al país. "Es prematuro, pero creo que lo que hace es aumentar la jugada del tablero. Antes podían venir algunos y ahora está la posibilidad de que puedan venir todos".
Desde la Intendencia Metropolitana, en tanto, también ven con buenos ojos el anuncio. "Todo espectáculo, principalmente si es un evento masivo y al alcance de todos los santiaguinos, que contribuya a hacer de nuestra capital un foco cultural y una ciudad más cosmopolita, será bien recibido por nuestro Gobierno", comenta la intendenta Karla Rubilar.
"Sabemos la importancia que tiene el Rock in Rio en la historia de la música y creemos que la realización de un espectáculo de esas características en Santiago, además de ser factible, es una contribución a la cultura y al turismo del país", cierra.
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