Harry Potter, retirado de una escuela católica en EEUU por "conjurar espíritus malignos"
El pastor de la escuela secundaria St. Edward de Nashville, Tennessee, tomó la decisión de retirar la saga de J. K. Rowling de la biblioteca del establecimiento tras consultar "a varios exorcistas de EE.UU. y Roma". Acusa a la exitosa serie, que ha vendido más de 160 millones de ejemplares en el mundo, de "incitar a la brujería" y "contener hechizos reales".
Nada ocurrió. Incluso tras la publicación en inglés del último tomo de la saga, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (2007), la serie de la autora británica de 54 años había vendido más de 160 millones de ejemplares en todo el mundo, sin contar los más de 300 millones de espectadores de las películas protagonizadas por Daniel Radcliffe. No conforme, luego fue estrenada y publicada la obra Harry Potter y el legado maldito (2016), y este año fue anunciada una nueva colección de libros inspirada en las lecciones de magia que Harry y sus amigos recibían en la escuela de Hogwarts. Alimento de sobra para la Pottermanía.
Ahora, sin embargo, el mago más famoso del mundo parece estar teniendo problemas en EEUU: la escuela secundaria católica St. Edward de Nashville, en el estado de Tennessee, ha retirado de su biblioteca los siete tomos de la saga. "Estos libros presentan la magia como buena y mala, lo cual no es cierto, pero en realidad es un engaño inteligente", respondió vía mail el pastor y director del establecimiento, Dan Reehil, al periódico The Tennessean. "Las maldiciones y hechizos utilizados en los libros son maldiciones y hechizos reales; que, cuando los lee un ser humano, corre el riesgo de conjurar espíritus malignos en la presencia de la persona que lee el texto ", agregó.
[caption id="attachment_97412" align="aligncenter" width="787"]
La saga publicada por J. K. Rowling entre 1997 y 2007, ha vendido más de 160 millones de ejemplares en el mundo.[/caption]
Reehil informó por escrito a los apoderados del colegio que, antes del retiro de los libros, consultó con "diferentes exorcistas de Estados Unidos y de Roma". Son ellos, ha dicho, quienes le aconsejaron eliminar todo rastro de la saga. Cabe resaltar que a pesar de ser una burbuja progresista en el conservador estado Tennessee y cuna de la música country, Nashville posee la editorial cristiana Thomas Nelson, la mayor del mundo en su rubro.
Sin santos en la corte
Sin contar las ya citadas palabras de Benedicto XVI, la Iglesia Católica nunca se ha manifestado oficialmente al respecto, pero sí se sabe que los libros han generado discrepancias al interior de algunos círculos religiosos. En 1999, Harry Potter y la piedra filosofal (1997) fue el título más objetado en EEUU. "Glorifican la magia y lo oculto, confunden a los niños y los llevan a intentar emular los hechizos y las maldiciones", sostuvo en 2001 un pastor de la Christ Community Church de Alamogordo, Nuevo México, quien supervisó la quema de varios ejemplares de la saga.
Los recientes dichos, así como la drástica medida tomada por Reehil, hizo que la superintendente de escuelas católicas de la Diócesis de Nashville, Rebecca Hammel, saliera también a dar explicaciones. Cada pastor, señaló, "tiene autoridad canónica" para tomar este tipo de decisiones dentro de su parroquia, y aseguró que los libros continúan en las bibliotecas de otros establecimientos pertenecientes a la congregación.
Hammel añadió que, si los padres consideran que las historias "son apropiadas" para sus hijos, espera que sean ellos quienes los guíen para "comprender el contenido a través del lente de nuestra fe", y descartó las acusaciones de censura: "Realmente no entramos en la censura en tales selecciones, solo nos aseguramos de que lo que ponemos en nuestras bibliotecas escolares sean materiales apropiados para la edad de nuestras aulas".
J. K. Rowling, por su parte, se ha mantenido al margen y en silencio. Aunque suele reaccionar frente a estos temas en redes sociales, su cuenta de Twitter, seguida por más de 14 millones de personas, no registra actividad alguna desde marzo pasado.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.