BoJack Horseman: todo va a estar bien
Partió como una comedia y de a poco se fue nublando. Terminará como un drama, con probabilidades de llanto. La última temporada de Bojack Horseman se estrenará en dos partes, el 25 de octubre y el 31 de enero.
En los 90 estaba en un show de televisión muy famoso. Es un caballo pero camina en dos piernas, se viste y actúa como un ser humano. Un humano amargado, deprimido, angustiado, adicto y ególatra.
BoJack Horseman puede ser muchas cosas, todas al mismo tiempo. En su ADN tiene un poco de Roger Rabbit, Animaniacs, La garrapata, Pixar, South Park y Los Simpson. La idea inicial era que este ser mitad caballo mitad humano viviera en un reino animal de perros, pingüinos, ballenas, insectos, ratones que se enamoran de gatos y matrimonios inter-especies.
Raphael Bob-Waksberg había visto que su amiga Lisa Hanawalt dibujaba criaturas que desde el cuello hacia abajo eran más o menos humanos, pero tenían cabezas de animales. Le fascinó ver a estas criaturas que eran una mezcla absurda de especies, y pensó que quizás sería interesante darles también la posibilidad de hablar.
Netflix posicionó la serie en la categoría de Comedia, y sí, pero está siempre moviéndose en el espectro. En lo absurdo es cómico, pero incluso así, puede ser sincero, oscuro, y muchas veces trágico.
BoJack es un caballo que se hizo famoso —muy famoso— en los 90. Era la estrella de una sitcom en que adoptaba a tres huérfanos y los criaba como a sus hijos.
Del estrellato quedan los restos. Sus quince minutos ya pasaron y un ególatra como él no puede soportar que la gente en la calle ya no lo reconozca. Pasa los días sintiendo lástima por sí mismo, ahogando sus penas en el alcohol y viendo repeticiones de su show y admirándose de lo bien que estaba en ese entonces.
Que viva en el pasado, alcohólico y deprimido es arquetípico. En las primeros capítulos, BoJack hacía cosas desagradables, estaba borracho todo el tiempo y era malo con las únicas personas que a pesar de eso seguían queriéndolo. Era errático y por eso era gracioso, pero no podía ser así para siempre. Su creador estaba consciente de que podrían estar glamorizando la maldad y, con el pasar de los capítulos, BoJack empezó a mostrar su verdadera personalidad.
"Creo que fue más por el intento de tomarlo en serio. La idea era tomar este personaje lleno de lugares comunes, quizás un poco arquetípico o algo que ya hemos visto pero realmente creer en el, ser honestos y respetuosos con él", dijo su creador Raphael Bob-Waksberg a Bustle.
A veces BoJack va demasiado lejos. Sus chistes llegan a ser xenofóbicos, sexistas y todo lo insensibles que pueden ser, pero aún así es difícil decidir si es alguien detestable o con el que se puede empatizar. Primero cruza la línea de lo aceptable, y después se muestra profundamente arrepentido, pero después la vuelve a cruzar y se vuelve a arrepentir. Todo el tiempo.
Hace cosas que están mal, pero de manera gradual, en flashbacks y situaciones humanamente reales, va mostrando sus vulnerabilidades, su infancia y su historia familiar. No es como Don Draper, Walter White, ni Tony Soprano. No es alguien que a pesar de todo lo malo uno llegue a aceptar y admirar. "Quería que fuera más una figura de advertencia que alguien que aspiras ser", señaló Bob-Waksberg a la revista Vice.
La excusa para partir la serie son las memorias de BoJack. Una editorial (dirigida por un pingüino) le ofrece publicar un libro autobiográfico y él acepta básicamente por el pago. Para poder escribir cualquier cosa, obviamente tendría que revivir su pasado, así que lo va posponiendo hasta que se hace insostenible. Acepta que una escritora invisible lo haga por él y aparece Diane, que solo se dedica a hacerle preguntas sobre su vida, pero termina convirtiéndose en su terapeuta.
Que su madre haya tenido expectativas definitivamente irrealistas sobre él, que su ídolo de infancia se suicidara y el haber abandonado a su mejor amigo cuando más lo necesitaba son cosas con las que tiene que aprender a vivir. "Tienes que vivir con lo que hiciste por el resto de tu vida", le reclama su amigo agonizante. La dura verdad de que hay daños que nos se pueden reparar.
No tiene la voluntad ni la habilidad de sanar sus traumas y fracasos y eso es lo que más daña a la gente a su alrededor, pero ese no es el problema. Ya está consciente de todo eso, pero salir de ahí es la verdadera batalla. Una lucha que duró 6 temporadas.
A fines de septiembre, Netflix presentó el tráiler y anunció que la serie llegaría al final. El caballo antropomórfico siempre ha sido el foco, pero además de Diane, Princess Carolyn (una gata rosada), Mr. Peanutt Butter (un perro excesivamente enérgico) y Todd (un humano asexual) lo han acompañado siempre y de alguna forma, todos los problemas de BoJack se les han contagiado. Han tenido sus propios desarrollos y mientras él va hacia arriba, los otros tienen que tratar de no tocar fondo.
[embed]https://www.youtube.com/watch?v=ZOGxOQxXjdo[/embed]
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.