París celebra el arte rupturista de Jodorowsky

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A los 90 años, el artista chileno recibe el reconocimiento de la ciudad a la que llegó en 1953. Sus cómics vuelven a librerías, la Cinemateca Francesa le dedica un ciclo de homenaje y estrena su nuevo filme, Psicomagia.


A 45 años de su estreno en la Cinemateca Francesa, donde presentó La montaña sagrada, Alejandro Jodorowsky regresa a la institución más prestigiosa del cine en ese país. Con 90 años cumplidos el 17 de febrero, el artista recibe el reconocimiento de París, la ciudad a la que llegó hace más de medio siglo: el director es el protagonista de un ciclo de homenaje dedicado a su cine y, además, estrena su nueva película, el documental Psicomagia: un arte que sana.

El 90 aniversario de Jodorowsky le ha brindado una presencia activa en Francia, en diferentes géneros. En enero publicó su libro Psicomagia. La agrupación Los Humanoides Asociados ha vuelto a editar sus cómics en 12 volúmenes comenzando por los que hizo junto a Jean Giraud, Moebius, entre 1978 y 1988 (El Incal, Los ojos del gato y En el corazón del increíble meta búnker). A su vez, el sello Glénat editó el segundo álbum de Los hijos del Topo.

Su hijo Brontis presenta actualmente en teatro con muy buena crítica El gorila, basada en Informe para una academia de Kafka y adaptada por su padre. Y su película El ladrón del arco iris de 1991 fue proyectada en el Étrange Festival en París. Además, hoy llega a salas Psicomagia, documental que presenta casos reales de éxito de esta terapia que creó hace 50 años.

Acaso como guinda de la torta la Cinemateca de París inauguró el lunes una retrospectiva en su homenaje, que presentará las nueve obras de la filmografía del chileno, un "anticonformista, fascinante e impresionante artista pluriforme" que ha dedicado su vida a "transgredir las reglas del arte para encontrar la iluminación", según la presentación que hizo el crítico de Cahiers du Cinéma, Stéphane de Mesnildot.

El programa presenta una versión restaurada de su primera película, Fando y Lis, adaptación de un texto del español Fernando Arrabal, con quien formó el grupo de activismo Pánico en 1962 al poco de llegar a Francia, como crítica al "aburguesamiento" de los surrealistas. El mismo Jodorowsky recuerda que durante el estreno en el XI Festival de Cine de Acapulco en 1968, el público se indignó ante las imágenes provocativas. El director salió escoltado para evitar que "lo lincharan" mientras el realizador de cine Emilio Fernández, presente en la proyección, lanzaba amenazas en su contra. Debido al escándalo el festival fue cancelado y la cinta sólo se estrenó comercialmente en México en 1972, luego de cosechar buenas críticas en el extranjero y con el apoyo de Roman Polanski, presente en Acapulco, John Lennon y Yoko Ono.

Jodorowsky tuvo una relación "siempre complicada con la crítica, sobre todo en sus inicios porque la gente no entendía su universo", explica Bernard Payen, programador del ciclo en la Cinemateca parisina. Según él, la anécdota mexicana fue "una manera de anunciar que su recorrido no iba a ser fácil pero al mismo tiempo único porque no hay dos Jodorowskys. Además, él no busca caer en el consenso, su singularidad está también en no ser consensual".

Cine y coherencia

La retrospectiva incluye versiones restauradas de El topo (1970), La montaña sagrada (1973) y un nuevo corte de El ladrón del arco iris (1991), considerada por Jodorowsky como uno de sus mayores fracasos. Aunque estaba protagonizada por Omar Sharif y Peter O'Toole, según el realizador la película no funcionó debido a las presiones de la compañía del productor. La nueva versión corresponde a una edición hecha por el propio tocopillano. "Volvió a trabajar en esta película y en una nueva versión de Tusk (1980), los dos filmes con los que no quedó satisfecho", dice Payen.

La Cinemateca exhibirá también el documental Jodorowsky's Dune, del estadounidense Frank Pavich, que cuenta la historia del mayor proyecto de cine jamás realizado por el chileno.

Además, presenta Psicomagia, filme que según Bernard Payen "es muy coherente con toda su obra porque incluye extractos de sus películas más antiguas, hay una verdadera relación con lo que vimos antes. La danza de la realidad, por ejemplo; me parece que la película misma es un acto de psicomagia de Jodorowsky para sanarse de su infancia o de su familia y del dolor vinculado a su padre".

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