Martin Scorsese y las películas de Marvel: “No las veo, eso no es cine”

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Martin Scorsese.

El director de Taxi driver, Buenos muchachos y próximo a estrenar The irishman, dio una entrevista a la revista Empire donde atacó duramente al universo cinematográfico Marvel.


"No las veo. Lo intenté, ¿sabes? Pero eso no es cine", responde Martin Scorsese cuando casi al final de la entrevista que le dio a la revista Empire de noviembre le preguntan por el Universo Cinematográfico Marvel. "Honestamente, lo más cerca que puedo pensar de ellas, tan bien hechas como están, con los actores haciendo lo mejor que pueden bajo las circunstancias, son los parques temáticos. No es el cine de seres humanos tratando de transmitir experiencias emocionales y psicológicas a otro ser humano", agregó el director ganador del Oscar y considerado el mejor cineasta estadounidense de las últimas décadas.

El hombre tras Taxi driver, Toro salvaje, Buenos muchachos o El aviador, por estos días está en promoción de The irishman —que debuta en Netflix el 27 de noviembre y los críticos ya perfilan como favorita para los premios Oscar—, encendió la polémica justo en tiempos donde el cine de superhéroes domina las salas, la taquilla y las páginas de los medios de comunicación. Bajo el título de "Fire me, shoot me, kill me" ("Despídeme, dispárame, mátame"), la entrevista de Empire —que se realizó en el rodaje de The irishman— repasa las influencias que ha tenido Scorsese para su cine de las últimas tres décadas (Ozu, Mizoguchi, Renoir, Bruce Beresford).

En ese contexto, el ítalo-americano conversa sobre el uso de la tecnología en el cine y se menciona el trabajo en 3D que hizo para Hugo. "Lo haré de nuevo", dice entusiasmado, pero sin dar más detalles. Y la nota menciona cómo logró crear un elefante ficticio, hecho totalmente por computadora, para Pandillas de Nueva York, y del trabajo en técnicas de envejecimiento que logró para The irishman.

"El riesgo asusta, pero no tuve alternativa", dice sobre el trabajo apoyándose de técnicas computacionales y también es efusivo para elogiar Midsommar, el filme de terror de Ari Aster (El legado del diablo). "La edición, el movimiento de cámaras glorioso. ¡Y la imagen de ella en las flores? ¡Mi Dios!". Su entusiasmo decrece precisamente cuando habla de la evolución de la tecnología en las cintas de superhéroes y particularmente sobre Marvel, que es puntualmente donde el periodista le consulta y él señala que eso no es cine.

Con 76 años, el director reconoce a Empire: "Pensé unos años atrás que podría parar (dejar el cine), pero ya no lo creo". Luego bromea con el periodista de la revista: "¿Qué quieres que haga? ¿Tener 100 años y hacer Roosevelt? ¡Tú vas a tener que venir a verme y traerme oxígeno mientras esté filmando!". Y recuerda una anécdota sabrosa, que le da título a la entrevista: en 2005, mientras filmaba Los infiltrados con Leonardo DiCaprio, Matt Damon y Jack Nicholson, fue literalmente perseguido por ejecutivos de los estudios Warner para que mostrara el corte final del filme, que aún no veían y los tenía nerviosos, porque ya había terminado el período acordado de montaje del filme y quería fechar su debut en salas.

“Durante seis semanas, hubo literalmente personas por ahí tocando puertas”, dice Scorsese riendo. “No le íbamos a responder (incluye que era él y su habitual editora). Estaban realmente enojados con nosotros. Realmente lo estaban. Dije: ‘Despídeme, dispárame, mátame, vamos a luchar contra eso”, mientras él revisaba el metraje en una sala privada de un edificio en Nueva York.

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