Lobos, violencia y cultura pop: el nuevo libro de Thomas Harris

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Thomas Harris.

El vate oriundo de La Serena acaba de lanzar Gesta de lobos, donde vuelve a los tópicos que ha desarrollado en su carrera. En entrevista con Culto se refiere a esto y a su trabajo como editor en Ediciones Biblioteca Nacional, con el que ha logrado el rescate de títulos imprescindibles de la literatura nacional.


¿A quién no le contaron el cuento de Caperucita roja cuando niños?, ¿O el de Pedrito y el lobo?, ¿O el de los tres cerditos? En todos ellos el antagonista es el mismo. El lobo. El cánido salvaje oriundo de Europa ha sido asociado a la imaginería popular como un animal salvaje y malvado. Sin embargo, el poeta chileno Thomas Harris (La Serena, 1956) no lo cree así. Por eso, su último libro, el poemario Gesta de lobos (LOM Ediciones) tiene como personajes líricos a dos lobos.

"El lobo es un animal que cuando mata lo hace por necesidad y todo ese imaginario obedece a cosas más bien míticas, ¿no? Para mi, la imagen del lobo es la del gran rebelde, que se opone a la institucionalidad y al poder", cuenta Harris. Esto mismo lo desarrolló en su anterior libro Lobo (LOM, 2007), por lo que esta Gesta vendría siendo una especie de segunda parte.

Los lobos, asegura Harris, son el vehículo que utiliza para tratar sobre lo que ocurre en Latinoamérica. "Mantienen ciertas vinculaciones, metáforas de una Latinoamérica que está viviendo una de sus peores crisis en mucho tiempo, desde el punto de los gobiernos, la corrupción, la violencia, la persecución a los pueblos indígenas", agrega.

En el fondo, gracias a esta metáfora, Harris –como lo hicieran en su minuto Enrique Lihn y Gonzalo Millán- trata un tema crucial para la historia de esta parte del mundo. La violencia. "Quise retomar un viaje del lobo desde Europa a Latinoamérica como una suerte de venganza, porque en el primer libro al lobo le matan a la loba, pero ese es una suerte de pretexto para situar a los lobos acá en América como haciendo cierta justicia dentro de un contexto en que aúna el tiempo actual con los orígenes, descubrimiento y conquista Latinoamericana como un gran puente cuyo arco tardío ha sido el de la violencia", explica.

También hay una carga de erotismo y de deseo, debido a "la imagen del lobo que busca una loba ausente y va recorriendo distintas etapas".

Pero como todo autor, nada en su obra es elegido al azar. Tal como lo hacía el grupo Congreso en el plano musical, Harris se interesó por el tema de la conquista y descubrimiento de América debido a que le resultaba apropiado para describir de manera metafórica la conflictuada realidad en la que se encontraba. "Este interés mío surge desde mi primer libro, Cipango (1992), el cual se escribió durante la dictadura cívico-militar, y había que dar cuenta de alguna forma de lo que estaba pasando, uno no podía mirar para el lado y tampoco podía escribir poemas panfletarios".

-¿Por qué eligió este período de la historia?

-Me pareció interesante la idea de remitirme a los orígenes de la violencia. Los orígenes de la violencia en América -siguiendo a Todorov y otros autores- son justamente por este desencuentro que se produjo entre los conquistadores españoles y los pueblos originarios o aborígenes, porque no hubo un reconocimiento de un otro al que se puede comprender, acercarse y dialogar. Todo lo contrario. Entonces, creí que se podía dar cuenta de la violencia de la dictadura a través de la violencia original.

Cultura pop, lecturas, cervezas, la vida misma

Al leer las páginas de Gesta de lobos llama la atención la presencia de elementos de la cultura pop entre medio de los lobos, la violencia y el erotismo. Aparecen mencionados –entre otros- el jazzista John Coltrane, el caballero medieval Antonius Block (personaje protagonista del clásico film de Ingmar Bergman El séptimo sello, de 1957), David Bowie, el actor Lon Chaney Jr., los cineastas Quentin Tarantino, Robert Rodríguez.; y por supuesto escritores: Franz Kafka, Manuel Rojas, José Santos González Vera, José Domingo Gómez Rojas, el poeta William Blake y hasta el personaje histórico sir Walter Raleigh, convertido en ícono pop por John Lennon en su canción "I'm so tired", del White álbum (1968).

Además, salen mencionadas las cervezas Heineken, Escudo y Paceña.

-¿Por qué esta decisión de meter elementos de la cultura pop?

-El poeta toma de todo aquello que vive, que constituye su experiencia, sea leída, oída, vivida, etc. creo que las intertextualidades no solo son literarias, para mi son importantes el cine arte, el cine pop, o el cine B. También la música, el soul. Por eso esas referencias, han estado permanentemente en mi vida, y claro, obviamente van cambiando, no sigo pegado siempre con la misma música.

-¿Qué nombres han marcado su poesía?

-Para mí, hay un gran poeta que es César Vallejo. En lengua española, en lengua inglesa, en la que sea, creo que no lo han superado. Vallejo, para mi, es una cima muy alta, algo de su poesía se cuela en mis textos, porque uno lo lee y queda imbuido.

-¿Y chilenos?

-Hablando de los del siglo XX, me gustan Enrique Lihn y Gonzalo Millán. De mi generación, de los ochentas, me quedo con Diego Maquieira, creo que es uno de los poetas que revolucionó de forma notable el lenguaje de nuestro tiempo. Ahora, hay un libro fundamental que es Residencia en la tierra (1933), de Pablo Neruda, que es un libro ineludible para todos los poetas, no solamente los poetas chilenos.

-¿Cómo llegó a la poesía?

-Uno empieza a escribir poesía casi por contagio, uno lee, y quiere escribir. Tuve cierto influjo por un tío y mi mamá. Tuve familia lectora, donde se encontraban libros. Eso no es condición inevitable porque hay familias donde no se lee nunca y salen grandes poetas de ahí. En la universidad -estudié Pedagogía en castellano en la U. de Concepción- ahí te encuentras con amigos que también están tratando de ser poetas, y ahí uno intercambia lecturas, libros que no ha tenido, como Octavio Paz, los poetas malditos: Rimbaud, Ginsberg, etc. Te vas formando en ese ambiente y quieres emular a los que te emocionaron.

Biblioteca al rescate

Pero ni siquiera el hombre imaginario vive solo de poesía. Thomas Harris alterna su actividad como poeta con su trabajo a cargo de las Ediciones Biblioteca Nacional. Esta editorial depende de la Biblioteca Nacional. "Fue una idea que tuvo Pedro Pablo Zegers, el actual director de la BN. Pensó que tuviésemos como BN un catálogo de ediciones, fundamentalmente, de material patrimonial que esta biblioteca conserva, que es su función", relata Harris. Esto comenzó en 2014.

Por razones presupuestarias, el sello saca pocas ediciones anuales, entre tres y cuatro. "Más no podemos porque no somos una editorial", cuenta Harris. Hay títulos como El amigo piedra, de Pablo de Rohka; País blanco y negro, de Rosamel del Valle; A. de Gilbert, biografía de Pedro Balmaceda, de Rubén Darío; El paraíso de América, de Domingo Pontigo o Viaje de Antón Páez a la Ciudad de los Césares, de Pedro Prado. ¿Cómo se eligen los nombres? "Con un comité editorial vemos los títulos. Son libros que pensamos que los lectores merecen conocerlos, no solo a los grandes autores de nuestra literatura", explica Harris.

"Esto sirve para rescatar autores o ediciones que si no lo hacemos nosotros creo que no serían. La idea es recuperar para poner este material en manos de los lectores, porque las grandes editoriales no lo van a hacer. Hay editoriales más pequeñas que sí lo están haciendo, las de La Furia, La Primavera del libro, pero dependen de los concursos, entonces a veces no van a poder sacar sus proyectos porque no se los van a aprobar. Entonces una editorial estatal, porque la nuestra es una editorial estatal, tiene cada año un fondo específico para poder rescatar este material patrimonial literario con un presupuesto razonable", explica Thomas Harris.

-Llama la atención lo económicos que son los precios de los libros. 4 mil, 6 mil pesos.

-Sí, esa la idea, que sean accesibles al público. Por ejemplo, País blanco y negro, que tiene 130 páginas, cuesta 4 mil pesos. La idea nuestra es mantenerlos a precio costo dado que por ser un organismo público no podemos lucrar, pero sí hay fines de difusión. Los libros están carísimos, nosotros no vamos a lograr paliar aquello, pero al menos hacer ese aporte.

-¿Puede adelantarnos algunos títulos que vendrán?

-Este año ya no hay más porque ya está ejecutado el presupuesto. Para el próximo año vienen los escritos venezolanos de Martín Cerda. Cuando estuvo allá escribió mucho, sobre los orígenes del ensayo, autores de derecha que había que leer y por qué, autores franceses como Merleau-Ponty, Drieu La Rochelle, literatura chilena e hispanoamericana y también una línea de política más contingente. Esos se publicaron allá y acá nunca se publicaron. Daniela Schütte González estuvo allá recogiendo y compilando ese material y el próximo año lo vamos a lanzar. Además, unas Obras Completas de Antonio Acevedo Hernández, el autor de Chañarcillo, quien era un dramaturgo bastante marginal y contestatario.

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