Fausto cierra era Chambert en medio de la contingencia

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La ópera de Gounod en el Teatro Municipal coincide con la salida de su director la próxima semana y programa horarios nuevos y funciones libres para acomodarse al momento.


Es difícil despedirse con una obra alegre cuando el universo de posibilidades es más bien todo lo contrario. Es lo que acostumbra a pasar con el catálogo de la ópera, donde la tragedia de La traviata, Carmen o La bohème cotiza más alto que las bufonerías de El barbero de Sevilla o Las bodas de Fígaro. No es raro entonces que a Andrés Rodríguez le haya tocado de banda sonora el díptico dramático de Cavalleria Rusticana e I Pagliacci. al dejar el Teatro Municipal a fines de 2015.

Las obras de Pietro Mascagni y Ruggero Leoncavallo fueron a la larga una despedida coherente para un director que estudió canto en Italia. Desde el próximo sábado, la presencia de Fausto, cumbre de la llamada "grand opera" francesa, parece sincronizar proféticamente con los últimos días de Frédéric Chambert en el Teatro Municipal: la creación de Charles Gounod se dará hasta el sábado 16 de noviembre, dos días después de que el ejecutivo galo haya dejado su puesto como director general del coliseo de Agustinas.

Es más, Fausto verá ya instalada como nueva máxima autoridad a Carmen Gloria Larenas, quien asume el viernes 15 de noviembre. Aunque en rigor la temporada del 2020 y parte de la del año 2021 también fue diseñada por Frédéric Chambert, este cambio de mando es en términos simbólicos y prácticos el fin de una era iniciada en enero del 2016.

La obra maestra de Charles Gounod es uno de los ejemplos fundamentales de la grand opera, estilo de producción grandilocuente, generalmente ambientado en tiempos remotos y con historias de marcado sello romántico. Acá es nada menos que la adaptación del Fausto de Goethe, un clásico de clásicos que se toma muy en serio la parábola del hombre que le vende el alma al diablo.

La puesta en escena del brasileño André Heller-Lopes viajó directamente desde el Amazonas, donde el año pasado se presentó en el histórico Teatro Amazonas de Manaos, un hito de la arquitectura que alguna vez salió en el filme Fitzcarraldo de Werner Herzog. En Chile la dirige musicalmente Pedro-Pablo Prudencio en seis funciones que van el sábado 9, lunes 11, miércoles 13, jueves 14, viernes 15 y sábado 16. Desmarcándose de su tradición de las 19.00 horas, el sábado la producción es a las 15.00 horas, básicamente para adecuar los horarios a la contingencia social y política del país.

Además, hoy y el martes 12 hay presentaciones gratuitas a las 11.00 para personas e instituciones, previa compra en boletería o inscripción en la página web del Teatro Municipal. Según explica el gerente general del recinto, Leonardo Pozo, la decisión de seguir con la ópera y de dar funciones abiertas se tomó en conjunto con toda la comunidad del Municipal, desde los trabajadores a los máximos ejecutivos. La razón de fondo es estar a la altura de los hechos del país.

"Considerando el contexto en que se ofrece esta ópera en el país, se ha decidido que los ensayos que normalmente se ofrecen a los trabajadores sean abiertos a todo el público", dice Leonardo Pozo. "Nos hace sentido ir un paso más allá y abrir el teatro, aunque en realidad nosotros tenemos muchísimas actividades en todo el país que hacemos gratis, pero que no se conocen", se explaya.

Sobre la decisión de continuar con su temporada lírica considerando que hay otros espectáculos clásicos que se han suspendido en los últimos días en Chile, el ejecutivo explica: "Es una opción muy clara por querer contribuir con lo que el teatro puede dar al país. Creemos que es nuestra obligación".

Desde la tierra de Pavarotti

Uno de los cantantes protagonistas de Fausto de Charles Gounod será el tenor Juan Pablo Dupré. Nacido en Santiago hace 38 años, Dupré vive actualmente entre Italia y España, donde se presenta con regularidad.

En las llamadas funciones de "elenco estelar" (es decir, chileno), Dupré interpreta a Fausto, mientras que en las de "elenco internacional" lo hace su par ruso Sergey Romanovsky. En la ópera estrenada en 1859, Fausto parte anciano, cansado y, sobre todo, frustrado por haber tenido una vida sabia, pero vacía de amor romántico. En esa encrucijada aparece Mefistófeles, el enviado del infierno que le ofrece un nuevo pacto: su alma a cambio del amor de la bella y joven Margarita.

"Es una ópera muy apasionada, pero al mismo tiempo sutil y con matices", explica Juan Pablo Dupré. "No es tan directa como Verdi, por ejemplo. Tiene más rubato", sostiene refiriéndose a que permite más inflexiones vocales que una clásica ópera italiana.

Probablemente Dupré sabe de lo que habla cuando se refiere a la lírica en el país de Pavarotti: hace años reside en Módena, la ciudad natal del legendario tenor y también la urbe de Mirella Freni, la gran soprano con quien se formó Dupré en Italia.

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