Stephen King ha tenido buena fortuna con las adaptaciones que se han hecho de sus novelas para el cine (Cuenta conmigo, El resplandor, Carrie, La zona muerta, Christine, Misery, por nombrar seis), pero la televisión no le ha hecho justicia, a excepción de It. Es bueno dejar en claro que la vara está bajita para hablar de The outsider, la serie de HBO que el domingo 12 debutó con los dos primeros capítulos de los 10 capítulos.

The outsider, el libro, fue publicado recién en 2018 y su éxito provocó que HBO comprara los derechos y Jason Bateman decidiera ser el productor y reservarse el papel de Terry, un entrenador de béisbol infantil, casado, con dos hijas, muy querido en el pueblo, pero que es acusado del salvaje asesinato, violación y mutilación de un niño de 11 años. Hay pruebas de sangre, de huellas dactilares, cámaras de video y testigos que incriminan sin duda a Terry como el asesino, pero la policía descubre que a la misma hora del crimen, el hombre estaba a 100 kilómetros de distancia y también hay huellas, videos y testigos que lo corroboran. ¿Cómo Terry pudo estar en dos lugares diferentes? En esa investigación, Ben Mandelsohn toma el rol principal, aunque él sufre también por la reciente muerte de su propio hijo.

La miniserie se toma su tiempo para ir contando la historia, no hay muchos recursos artificiales (más allá de ruidos o uso de música para recalcar una escena de tensión), los policías no utilizan tecnología deslumbrante tipo CSI y cada interrogatorio es en persona y sin giros gratuitos, aunque a momentos uno se pierde con saltos de tiempo y cuesta entender en qué momento estás.

The outsider cuenta con un elenco sólido y una historia con la que es muy fácil enganchar. Probablemente, a algunos les hará perder la paciencia y para quienes esperen acción o escenas explícitas se van a sentir defraudados. En ese sentido, su narración busca a un público adulto más clásico, donde se sugiere mucho y se espera que el espectador también rellene lo que no se dice explícitamente y juegue a descubrir qué ha sucedido sin tratarlo como un estúpido. En parte, es gracias al novelista y guionista Richard Price (El color del dinero, The wire), quien imprime acá su sello y deja caer de a poco lo que quiere contar, con implicancias incluso a la actual realidad política de Estados Unidos.

El sello de HBO —que en 2019 tuvo un gran año— luce desde el primer minuto, no solo en la cuidada estética y fotografía, sino también en el tono que suele tener su ficción: los parlamentos importan, la tensión va en aumento y los personajes no son unidimensionales, quizás el mayor problema de la adaptación televisiva de novelas de Stephen King. Lo que logra The outsider, al menos en sus dos primeros capítulos, no es menor: el suspenso está muy bien manejado, la historia provoca ganas de seguir viéndola y es un gusto ver a Jason Bateman en un rol complejo del modo distinto a Ozark, por ejemplo.

Gracias al relato y al tono, incluso su imagen más bien oscura deja de ser un problema mayor. Es real que hay que hacerle ajustes al televisor, que hay momentos donde todo se vuelve más negro de lo ideal, pero en The outsider hay definitivamente muchos puntos a favor y, de seguir el camino, promete ser una reivindicación esperada para Stephen King, que falta que hacía.