M. E. Orellana sobre el conservadurismo de Roger Scruton y el sonambulismo de la academia
"Un humanista al estilo de los clásicos", lo llamó Mario Vargas Llosa en su elogio donde también lo llamaba reaccionario. El filósofo conservador británico, muerto recientemente, tuvo un alumno chileno, Miguel Orellana, quien esta semana participó en un homenaje a Scruton con una exposición en el Club de la Unión y acaba de sacar un libro sobre la institución universitaria: las universidades no son ni han sido lo que se dice de ellas.
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Miguel Orellana Benado.[/caption]
Utopías
Scruton escribió una gran cantidad de libros, con temas sumamente variados. Algunos eran introducciones a la filosofía en sentido técnico, como Filosofía moderna (1994, Cuatro Vientos, 1999), pero también gustaba del enfrentamiento. Locos, impostores y agitadores (2015; FPP, 2019) fue la revisión de una versión previa publicada en 1985 con otro título, que entonces lo llevó "a ser conocido entre los intelectuales de izquierda británicos como un destacado opositor de su causa, que era la causa de la gente decente". Cuenta que ese libro fue recibido con burla e indignación y su publicación fue el principio del fin de su carrera universitaria. Pero también lo describe como "una provocación": su ajuste de cuentas con los más famosos intelectuales izquierdistas, con cambios en los autores analizados (saca unos y agrega otros), en diferentes lugares y disciplinas, desde Inglaterra a Francia y desde Norteamérica a Alemania: Hobsbawm, Thompson, Galbraith, Sartre, Foucault, Habermas, Badiou o Zizek.
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Andrés Bello no fue el primer rector de la Universidad de Chile.[/caption]
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"Locos, impostores y agitadores", de Roger Scruton (Fundación para el progreso, 2019)[/caption]
Tradiciones
Tuve el incomparable privilegio de que fuera mi primer supervisor en Oxford y, años después amigo, Sir Peter Strawson, como pasó a ser conocido cuando la Reina lo hizo caballero. Él era también conservador, pero en la versión anterior a Sir Roger. De joven refutó la principal teoría filosófica de Russell (la teoría de las descripciones definidas), que fue el comienzo de su fama. No sé a qué otros filósofos trató Scruton. Pero al menos una vez escribió con pica de mi primer supervisor en Oxford. Cita a Strawson y comenta con mala leche: esta tesis "even when freed from condescencion ('incluso cuando se libera de la condescendencia'", blá, blá...
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"Las bondades del pesimismo y el peligro de la falsa esperanza", de Roger Scruton (Fundación para el progreso, 2018)[/caption]
Balliol también figura en la portada de su libro La academia sonámbula. ¿Alguna razón? En el texto menciona también a Adam Smith, quien estudió allí, como un filósofo intrigado por los cambios en el proceso de creación de riqueza material…
La universidad y la historia
Por ejemplo, ignorar que estamos viviendo la era digital, un tiempo histórico distinto a la modernidad. S. E. partió a presidir el cumpleaños de un nieto en un restaurante en Vitacura sin que nadie de su equipo le advirtiera del riesgo que corría, ni del enorme costo que tendría esta decisión cuando las imágenes de la fiesta se viralizaran en las redes sociales. Todo esto al inicio de una hoguera que, tres meses más tarde, no parece querer morir. Otro ejemplo, en las universidades, la remuneración de los profesores es función de las disciplinas que enseñan, como si el valor de una ciencia se midiera en dinero. ¿Cómo lo hacen? Remunerando a los profesores según los ingresos que obtendrán sus estudiantes al graduarse, al salir de la universidad, y desempeñarse en las distintas profesiones en el "mundo real". Es decir, la lógica comercial, que tiene su lugar en la sociedad fuera del ámbito educacional, ha penetrado hasta las universidades. Creer que el valor de una disciplina lo determina el dinero que ganan quienes, formados en ella, se desempeñan en una profesión es una demostración de ignorancia supina, y una bofetada en la cara de filósofos, historiadores y de un larguísimo etcétera.
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"La academia sonámbula", de M. E. Orellana (Orjikh, 2019)[/caption]
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