Festival cambia protocolos de seguridad y baja el perfil a críticas por emisión en TV

Fue el día después del huracán. Luego de una jornada debut el domingo marcada por los incidentes en distintas zonas de Viña y, sobre todo, por los enfrentamientos entre manifestantes y carabineros en las afueras del hotel O'Higgins, ayer llegó el minuto de analizar y reparar.

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Entre las medidas más extremas e inéditas estuvo la decisión de cerrar el emblemático recinto, que exhibía su frontis destrozado y que en la mañana ya había sufrido la salida de 250 pasajeros de los cerca de 380 que habían alojados desde el fin de semana, gran parte de ellos vinculados a actividades más anexas del certamen, como medios de prensa, bailarines y músicos que participarían en la obertura, y los cantantes de las competencias. De hecho, estos útimos fueron reubicados casi de inmediato en otros recintos.

Por lo demás, los gerentes del O'Higgins deslizaron cierto "abandono" del hotel en términos de seguridad, lo que habría facilitado los ataques del fin de semana, al contrario de la Quinta Vergara, que estaba fuertemente custodiada. "Nosotros lo solicitamos de manera formal (el refuerzo de seguridad) y con la entidad que corresponde. Nadie nos resguardó", dijo Marcela Figueroa, gerente comercial del lugar.

Un poco antes, la alcaldesa Virginia Reginato, en reunión con los medios, emplazó al presidente Sebastián Piñera ante el caos del debut: "Ayer (el domingo) Viña fue brutalmente atacada por la delincuencia y es por eso que yo hoy día llamé al Ministerio del Interior porque quiero que se hagan cargo de la seguridad de la ciudad. Y también mandar un mensaje al presidente de la República, yo creo que la delincuencia ya no puede seguir". Luego se reunió con el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, para analizar el escenario y de ahí surgieron una serie de medidas que apuntaron a cambiar algunos protocolos de seguridad.

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Por ejemplo, se ampliaron los perímetros de cierre en las calles de la ciudad y se aumentó la cantidad de carabineros: hasta el domingo había 700 efectivos, pero ayer desde Santiago viajaron 300 uniformados para apoyar las labores preventivas y de orden público. De hecho, el general de Carabineros, Sergio Yáñez, Director Nacional de Orden y Seguridad, reconoció que durante el día de los desórdenes "les faltó personal". También se reforzó la reacción de carabineros: o sea, frente a cualquier concentración, aunque sea pequeña, y sobre todo si sucede en lugares cercanos a los puntos vulnerables, se dispondrá un inmediato operativo en el lugar.

Otra de las situaciones que ayer se analizaba guardaba relación con el traslado de los artistas. El domingo, en el tramo entre el Shearton Miramar y la Quinta, fueron apedreadas las camionetas que transportaban a Ricky Martin y Stefan Kramer. Por tanto, los organizadores tenían en mente montar otra clase de operativos en este ítem, menos expuestos y en otros horarios, pensando en casos como los de Maroon 5.

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Jorge Ramírez, director de Multimúsica y productor de la visita del puertorriqueño, reflexiona: "Lo de Ricky Martin fue un episodio de vergüenza para Chile que nada ni nadie puede validar para ningún efecto y que de no controlarse perderá el país completo. Atacar a mansalva a un artista que sólo trajo sensatez y coraje nos dice que el límite se ha sobrepasado. Impresionante el aplomo del artista, cualquier otra persona simplemente se da media vuelta y se va. La comitiva a la Quinta fue atacada por una turba, tumbando carabineros y sus motos, y lanzando a mansalva todo tipo de proyectiles al staff. Carabineros evitó lo que pudo ser una tragedia mundial".

Por otro lado, la organización también decidió cancelar de forma definitiva la obertura anunciada para el primer día -con miembros de Tiro de Gracia y el cantante Jordan- y no reprogramarla en otra noche.

Además, el día después del arranque, una de las críticas que circuló mayormente en redes sociales apuntó hacia la emisión televisiva, resaltando los problemas de audio en el show de Ricky Martin y menos apariciones en primer plano del público en las tomas. De hecho, en buena parte del show de Martin, se privilegiaron los planos generales y más panorámicos, tanto del escenario como de los espectadores. También corrieron especulaciones acerca del sonido ambiente: muchos acusaron que la reacción del público podría haber estado "manipulada" para la TV y con aplausos "grabados".

Consultados por este medio, desde la organización aseguran que no existió intervención en lo que salió al aire en TV y que se trabajó con el mismo número de cámaras y tecnología usada en ediciones anteriores.

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