A medio vivir: apuntes del Ricky Martin noventero y romántico

Ricky Martin encontró la fama planetaria haciendo que las caderas del mundo se movieran al ritmo de "Livin' la vida loca", pero los latinos siempre supimos que el puertorriqueño tenía una faceta romántica con canciones donde el amor nunca era fácil.

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De hecho, su sencillo debut, que a la vez era la primera canción de su primer disco (Ricky Martin de 1991), fue una balada que todos conocemos: "Fuego contra fuego".

El ansia juvenil con la que Ricky interpretaba "Fuego contra fuego", cuando su voz tenía mucho menos cuerpo que ahora, con los años se haría fácil de asociar a su entonces secreta homosexualidad. Cuando salió del closet, casi dos décadas después de lanzar el single, la periodista y escritora argentina Mariana Enríquez, en una columna de Página/12 titulada "Cantó todo", sugirió que, a pesar de no escribir sus letras, los autores que le hacían canciones a medida al boricua ya estaban deslizando la verdad oculta.

El choque de dos fuegos "es amar", canta Ricky, para luego confesar que esa fogosidad le resulta inescapable. "No le busco explicación, lo nuestro es puro amor", remata en el coro. Melenudo y espléndido, pero sobre todo solitario, en el video aparece como una versión latina de Fabio, el modelo de portada de novelas románticas, bañándose en jeans con el torso desnudo en un río luego de andar a caballo y correr por el campo. Lo que entra por los oídos también busca ser sensual: un saxo, instrumento erótico por excelencia en el lenguaje pop.

"Donde nadie oye mi voz/ ahí te espero yo", dice la letra de "Fuego contra fuego", en una de sus líneas más fáciles de interpretar como un mensaje acerca de lo que Ricky escondía sobre su vida privada.

https://www.youtube.com/watch?v=PStfvI1u0d8

En el video, vemos su camino hacia ese lugar secreto del que habla en el coro, un espacio metafórico que estaría buscando durante los próximos 19 años mientras los rumores y especulaciones se acumulaban igual que la pasión descrita en el clásico sencillo.

Siempre hay un bloque romántico en los shows de Ricky Martin. Su arsenal de baladas exitosas le permite regodearse y hacer que algunas entren y salgan de los sets, pero otras son inamovibles y su ausencia sería casi un sacrilegio para los fanáticos . Entre ellas aparece "Te extraño, te olvido, te amo", el primer destacado del disco A medio vivir (1996), donde el amor no es nuevo como en "Fuego contra fuego", sino que está desgastado, agónico casi.

En "Te extraño, te olvido, te amo", ya hubo una relación, pero el lugar desde el que Ricky canta es el mismo de siempre: la soledad de un hombre con las manos vacías que sufre por su destino. El tema fue promocionado con un video donde el sujeto de su afecto es una chica sacada de una pasarela que posa en la playa con la actitud profesionalmente sensual de una supermodelo y se mete al mar en cámara en lenta como las salvavidas de Baywatch.

https://www.youtube.com/watch?v=7IPVe1oywh0

Frente a las cámaras, la interacción entre ambos es casi nula, con un par de flashbacks de artificiales recuerdos estilizados como para un comercial de perfume. El resto del tiempo, Ricky la mira cual voyeurista con sus binoculares, desde lejos en señal de distancia, o simplemente la recuerda mientras se pasea como alma en pena derramando lágrimas de lujo en un hotel cinco estrellas con vista a una playa paradisíaca, antes de quedar abandonado cuando ella finalmente lo deja a toda velocidad en un auto deportivo rojo.

Otra que no puede faltar es "Vuelve", del disco homónimo de 1998, una balada que arranca sinuosa, con la cadencia de un striptease, para luego develar a un Ricky mucho más maduro vocalmente.

https://www.youtube.com/watch?v=p7QYo-9SlP0

Cargando soledad en los bolsillos como si fuese una secuela de "Te extraño, te olvido, te amo", la canción tenía un video que retomaba la fórmula de "Fuego contra fuego" para mostrarlo descalzo y vulnerable en un palacio para finalizar con una escena de lluvia, acaso una suerte de purificación, mientras suena un coro gospel que refuerza el pedido del coro: "Vuelve, que sin ti la vida se me va/ Vuelve, que me falta el aire si tú no estás".

En el cancionero de amor de Ricky, la joya de la corona es "Fuego de noche, nieve de día" (1996), lejos el artefacto cultural más interesante de su discografía romántica, un sencillo que resiste múltiples interpretaciones. Por estar envasado en formato de balada latina, sabemos que habla de los vaivenes de un amor turbulento, pero bien podría rozar temáticas más allá de los fuertes altos y bajos propios de las relaciones intensas entre personas jóvenes.

Retomando el punto de Mariana Enríquez, la letra parece otro indicio del anuncio que llegaría el 2010. La lógica de la autora se apoya en estas líneas: "Debes comprender que entre los dos/ Todo ha sido puro y natural". De su columna, una pregunta al respecto: "¿Por qué hay que aclarar que todo ha sido puro y natural si no existiera el miedo de que fuera lo contrario?".

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Sumando capas significados al tema, el video de "Fuego de noche, nieve de día" es un objeto de culto en sí mismo. Con la famosa actriz mexicana Kate Del Castillo como protagonista, el clip narra la desventura de una mujer que padece una enfermedad mental indeterminada, aunque las opciones más seguras son esquizofrenia o bipolaridad. Su pareja, Ricky, sufre mientras ella se trata en un hospital psiquiátrico con caricaturescos pacientes exhibidos en un plano holandés para exagerar su inestabilidad.

El fuego nocturno y la nieve diurna, entonces, podrían ser una metáfora acerca de un delicado problema de salud mental, como grafican las imágenes de violencia doméstica en las que del Castillo lanza platos como proyectiles mientras Ricky se protege, una pelea coronada por la estrella de teleseries cortándose las venas y sangrando en el suelo. Simbólico, un caballo de mar hace varias apariciones en pantalla, en referencia al hipocampo del cerebro.

https://www.youtube.com/watch?v=c0Ey7nVhdrU

El conflicto la hace recalar en el hospital psiquiátrico, donde Ricky la visita, pero es rechazado por ella, quien lo desconoce, alienada por el tratamiento y por el inhóspito lugar, filmado con filtros similares a los que luego se harían populares en los videos de aggrometal. La historia deja de ser triste luego de que la protagonista pelea con otra interna en el patio. A partir de ese momento, "Fuego de noche, nieve de día" se vuelve terror psicológico.

Ante un espantado Ricky, que intenta salvarla, Kate del Castillo es amarrada en una camilla por malévolos doctores ¡que le aplican electroshock! Solamente por un instante, al minuto cuatro con 56 del video en YouTube, se aprecia la máquina que descarga la corriente. Detalle brutal: tiene los amperes al máximo. Al final, ella muere y Ricky, cargándola en brazos en una playa, entra al mar suicidándose. Tragedia en clave de pop latino y otra más en la lista de canciones de amor complicado que el puertorriqueño nunca podrá dejar de entonar.

https://culto.latercera.com/2019/12/26/programacion-vina-2020/