Luciano Pereyra, romanticismo y oficio

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En el cierre de la cuarta jornada del Festival de Viña, el cantautor argentino presentó un show correcto en que hizo gala de un repertorio rico en variaciones estilísticas, el que fue seguido por la audiencia, que poco antes había solicitado a gritos el regreso de Fusión Humor.


Si por años, el cancionero romántico dominó el repertorio del Festival de Viña, la cuarta noche del Festival de Viña, pareció una ventana del estilo en el presente. El debut del argentino Luciano Pereyra, en el cierre de la jornada, presentó una aproximación desde los ritmos latinoamericanos en lenguaje pop, tal como ya se ha visto en otras oportunidades en la Quinta, en la voz de figuras como Soledad Pastorutti.

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Las tres primeras canciones del repertorio, seguidas por parte del público que pasadas las dos de la mañana permaneció en la Quinta Vergara, revelan la versatilidad del músico. Desde la fantasía folclórica de "Quédate conmigo", a la romántica "Sin testigos", y la balada de tintes épicos "Enséñame a vivir sin ti". Tal diversidad, hilvanada con inteligencia, permitió sostener un espectáculo sólido, sin demasiado aspaviento, cimentado en sus 20 años de trayectoria.

Pasan algunos de sus temas más conocidos como "Te estás enamorando de mi", el que consigue hacer bailar a parte de la gente que rato antes manifestó con pifias su molestia ante la salida del escenario del cuarteto humorístico Fusión Humor, lo que mantuvo la tensión en alto durante el segmento de las competencias. Sin embargo, dicha situación no puso en riesgo el show del argentino -quien días atrás participó en la obertura homenaje a Camilo Sesto junto a Denise Rosenthal y Jordan-, el que pudo comenzar sin mayor problema.

Pereyra, nuevamente en el jurado -tal como en 2005-, es un artista que consigue la simpatía del público, merced a un cancionero pensado para la audiencia popular que esa noche ha ido a escuchar su veta romántica. Por ello pasan composiciones como "Si no es muy tarde", o "Es mi culpa", seguidas con entusiasmo por su fanaticada.

Para el final, tras la entrega de la Gaviota de Plata- y posteriormente la de oro-, el público le dirigió cánticos al animador Martín Cárcamo, acaso como un recordatorio de la decisión de la organización para con los Fusión Humor. Ajeno a todo el embrollo, Pereyra deja para el final algunos de sus temas más clásicos como "Quiero tu voz" o "Porque aún te amo", los que son más identificados por buena parte de la audiencia que a esa hora todavía se da maña para corear y hasta arrancar alguna expresión sentimental, a un músico experimentado y talentoso.

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