La cuarentena involuntaria del cine chileno
Para una película chilena, correr fecha de estreno no es algo así como un resfrío común. Se trata más bien de una gripe a cuidar.
Tres días antes de que Patricio Guzmán emprendiera viaje a Chile el pasado 10 de marzo, su productora comprendió que aquel vuelo no tenía sentido. El autor de La batalla de Chile iba a permanecer al menos un mes en el país hasta el estreno de su nuevo documental, La cordillera de los sueños (2019), programado para el 2 de abril, y en el mejor de los casos se iba a tener que quedar en el país sin poder volver a Francia debido a la pandemia del coronavirus. En el peor, quedaría atrapado entre una emergencia chilena y una europea, con el estreno postergado hasta nuevo aviso.
Alexandra Galvis, que formó parte de la producción del documental premiado en el Festival de Cannes, tuvo suerte y anuló los boletos desde París a Santiago de Chile.
Todo fue antes de que en el país cerraran los malls y los multicines la semana pasada. Desde la distribuidora Market Chile, que también maneja Galvis, ya habían hecho sacrificios: la película Lina de Lima, de María Paz González, suspendió su estreno del 19 de marzo. Con la clausura temporal de las multisalas tampoco hubiera alcanzado a estar demasiadas horas en cartelera.
Para una película chilena, correr fecha de estreno no es algo así como un resfrío común. Se trata más bien de una gripe a cuidar. Hay gastos asociados que ya se han hecho y una larga planificación previa que por alguna razón determinó que marzo era lo mejor para Lina de Lima y abril lo óptimo para La cordillera de los sueños.
"De alguna manera al cine chileno le tocó una prueba en octubre pasado, con el estallido social. En ese momento hubo que postergar varias estrenos", explica Alexandra Galvis, quien desde la distribuidora y productora Market Chile maneja varios filmes locales al año. "Debimos correr Mujeres arriba desde octubre del 2019 a febrero del 2020. Y nos fue bien", dice sobre la comedia protagonizada por Natalia Valdebenito que llevó 90 mil espectadores.
En el catálogo de filmes que Market Chile manejaba para el primer semestre asomaban El agente topo, de Maite Alberdi, y Algunas bestias, de Jorge Riquelme. El primero es el elogiado documental, ambientado en un asilo de ancianos, de la directora de La once , y el segundo es un largometraje con Alfredo Castro y Paulina García que venía de ser premiado en el Festival de San Sebastián. Según Galvis, es casi seguro que ambos quedarán para el segundo semestre.
Caídos en combate
También para el segundo tramo del año, cuando históricamente se concentran los estrenos locales, estaba programada la llegada de Tengo miedo torero, la cinta de Rodrigo Sepúlveda (Aurora) basada en la novela de Pedro Lemebel, y donde Alfredo Castro asume el rol de La loca del Frente. Las expectativas por ver la versión fílmica de la historia de Lemebel son altas, pero ahora el escenario es incierto y la segunda mitad del año puede ser un calendario interminable de estrenos locales que se quiten público entre sí.
"E incluso no sabemos si va a existir suficiente público", comenta Florencia Larrea, socia de Forastero, la productora detrás de Tengo miedo torero. "Si hipotéticamente ya no hubiera epidemia de coronavirus en el segundo semestre, ¿cómo sabremos si la gente va a volver en masa a las salas? Lo más probable es que exista mucha cautela por volver a reunirse", puntualiza, añadiendo que el plan original era exhibir la película en agosto, pero ya nada está claro.
La compañía de Florencia Larrea y Gregorio González ya sufrió una baja hace unos meses con la suspensión del rodaje de La práctica, cinta del cineasta argentino Martín Rejtman, que era una coproducción con Argentina y otros países. "Nosotros somos tan pymes como un restaurante u otro negocio. Es por lo mismo que me parece que al menos se debería agilizar algún fondo estatal para mantener en rodaje a todos los que en este momento quedaron parados", dice la productora.
En dimensiones diferentes a Forastero se mueve una compañía como Fábula, la mayor de las factorías audiovisuales del país, detrás de la filmografía de Pablo Larraín y de buena parte de la obra de Sebastián Lelio. Trabajan con HBO, Netflix y Apple TV +, pero una epidemia no distingue nada. Hace dos semanas Hollywood paralizó sus rodajes y entre los damnificados está Lisey's Story, la serie que Pablo Larraín realiza para Apple TV+.
En la producción escrita por Stephen King a partir de su novela homónima actúa Julianne Moore, y Fábula también tiene participación. El mismo destino corrió en la otra punta de América, o sea en Chile, la serie Los Espookys, protagonizada por el comediante Fred Armisen y con excelentes críticas durante su primera temporada. Es la otra producción audiovisual de Fábula que sufrió los efectos de la cuarentena.
"Esta es una situación muy, muy compleja", sostiene el productor Juan de Dios Larraín, hermano y socio de Pablo Larraín en Fábula. "Probablemente vamos a necesitar mucha ayuda durante estos meses de inactividad, pues esto nos provoca un claro trastorno", añade y precisa que ellos tenían planificado el estreno de la película Nadie sabe que estoy aquí para el 30 de abril.
"Lo más probable es que se modifique, pero debemos decidirlo cuando tengamos más antecedentes", puntualiza sobre este largometraje con el actor estadounidense de origen chileno Jorge García (Lost), Luis Gnecco y Gastón Pauls. La película es producida junto a Netflix y había sido seleccionada para participar en el Festival de Tribeca en mayo, pero la muestra de Robert De Niro fue una de las primeras en salirse del calendario tras el temporal viral.
Plataformas y butacas
Lanzada hace dos años en el país con un catálogo aún menguante, la plataforma de cine chileno OndaMedia vive por estos días sus horas de gloria. Tras la progresiva reclusión de los chilenos entre las cuatro paredes liberó toda su colección y aumentó el tráfico.
"Pasamos de tener tres mil descargas a 30 mil cada 24 horas. Es decir se multiplicó por 10", explica Ian Goldschmied, director de la OndaMedia, plataforma dependiente del Ministerio de las Culturas. Los protagonistas del streaming audiovisual son tal vez los únicos beneficiados del actual panorama. En el extremo opuesto, los exhibidores son los pacientes con peor pronóstico: no hay función.
"Es clave poder mantener la red de salas de cine que se ha ido creando en todo Chile en los últimos años", enfatiza Paola Castillo, directora de la Corporación Chilena Documental (CCDoc), quien a través de su programa Miradoc estrena 7 u 8 documentales al año. "Sus administradores se mantienen a través de la exhibición, que ya no existe. No pueden pagar entonces arriendos y sueldos", analiza Castillo, que añade que Miradoc desplazó todos sus estrenos del primer al segundo semestre. Varios de ellos se daban precisamente en este circuito que va de Arica a Punta Arenas.
A la larga quizás haya que replantearse todo. Castillo deja la puerta abierta: "Algo va a cambiar en este período de encierro, tal vez encontremos cambios de hábitos y dinámicas en el público. Quizás haya que cambiar la forma de difundir y promocionar el cine".
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