One of Us
Probablemente, la más parecida a Poco Ortodoxa en cuanto a nudo dramático. Pero, a diferencia de esta, se trata de un documental en que conocemos las historias de tres personas -Etty, Ari y Luzer- que huyen de la comunidad de Williamsburg, en Nueva York, desde su propia voz. No solo presenta un detalle pormenorizado de las costumbres de una comunidad cerrada, que evita cualquier contacto con el exterior -matrimonios concertados, estudio del talmud, prohibición de internet, entre otras-, sino que ante todo, es una lucha por encajar en una sociedad para la cual no fueron preparados, y tendrán que descubrir por su cuenta. Una historia en que los caminos cruzan hacia la drogadicción, la depresión y el encuentro con la propia sexualidad. Y hay muchas sorpresas en el trayecto.
Shtisel
Si un tema tiende a repetirse a la hora de construir series, son los problemas familiares cotidianos, con el aderezo de una situación particular. Por ejemplo, fue la premisa que articuló Los 80′ (especialmente en sus primeras temporadas). Un eje similar es el que presenta la aclamada serie israelí Shtisel, la que en sus dos temporadas se introduce en la vida de una comunidad judía ortodoxa. Sin una trama en particular, la historia discurre sobre como los personajes -definidos por el marco religioso que les rodea-, enfrentan diferentes problemas que son más bien universales: amor, la fidelidad, la soledad, el desempleo, la insatisfacción. Una vez más, es la condición humana puesta a prueba, pero con un piso de creencias, tradiciones y costumbres de viejo cuño, que por cierto, no tarden en verse desafiadas.
Menashe
Este filme de factura independiente (2017) aborda la arista de la presión social, aunque en este caso, acotada hacia un hombre. Se trata de la lucha de un viudo -Menashe- por mantener la custodia de su hijo, pese a que las estrictas reglas de la comunidad de Brooklyn en la que vive le exige volver a casarse, porque para ellos la crianza es una tarea reservada solo a las mujeres. Al fin, es una suerte de “viaje del héroe”, en que este hombre poco pulcro, deslenguado y bebedor de cerveza, deberá poner a pruebas sus límites y la posibilidad de una segunda oportunidad en la vida, frente a una estructura rígida que más bien, se sostiene en el status quo.
El despertar de Motti Wolkenbruch
Por supuesto, las historias sobre familias jasídicas también alcanzan para llenar el formato comedia. En este caso, la producción suiza El despertar de Motti Wolkenbruch (2018), relata la clásica historia en que un chico ingenuo y casto, de familia judía ortodoxa, se enfrenta al paso a la Universidad, y la consiguiente búsqueda de esposa por parte de una dominante y entrometida madre. A diferencia de las chicas más tradicionales que prefiere la matriarca, Motti se enamora de una compañera de clases, Laura, que nada tiene que ver con él ni su familia. Con los clásicos tópicos asociados a la familia judía y sus tradiciones, a ratos funciona como una comedia ligera en que el héroe se superpone a los obstáculos. Aunque con no pocos guiños al estilo de Woody Allen en Annie Hall.