En 1939, el productor David O. Selznick le envió un telegrama al cineasta más exitoso de Gran Bretaña con la promesa de que en Hollywood podría hacer una película sobre la tragedia del Titanic. Alfred Hitchcock viajó al otro continente y aunque el proyecto naufragó con la misma espectacularidad que el transatlántico inglés, su llegada a Hollywood fue lo mejor que le pudo pasar al mundo del cine: en poco tiempo hizo Rebecca, su primera cinta en Hollywood, y durante los siguientes 23 años se mantendría a sueldo fijo a razón de una o dos películas al año.
Varios de aquellos largometrajes están en el canon de las obras maestras del cine, muchos fueron de los más taquilleros y siempre hubo premios de reconocimiento para todos, menos para Hitchcock. Fue definitivamente el signo de su carrera y ya desde Rebecca se puede apreciar: logró once nominaciones al Oscar y se llevó dos, uno de ellos para su productor David O. Selznick. Este 29 de abril se cumplen los 40 años de la muerte del llamado “maestro del suspenso”, ocurrida en 1980 su casa de Los Angeles a los 80 años y tras una falla renal, corolario de una salud que lo había abandonado hace un año.
El desdén de la Academia de Hollywood hacia el talento narrativo de Hitchcock en beneficio de directores que hablaron de “grandes temas” (el John Ford de la depresión económica en Las uvas de la ira o el William Wyler de la inserción laboral tras la Segunda Guerra en Los mejores años de nuestras vidas triunfaron sobre él en los Oscar) se tradujo en que nunca pudiera obtener la estatuilla en la categoría Mejor director. Lo nominaron cinco veces y se tuvo que contentar con un reconocimiento honorario en 1968.
Hoy sus películas, en cualquier caso, están más vivas que varias de sus contemporáneas multipremiadas y es posible hallar huellas, pistas e influencias en todo el cine contemporáneo, empezado por las obras de sus admiradores franceses Francois Truffaut y Claude Chabrol. Es más: en el cine, el adjetivo “hitchcockiano” es el equivalente al “kafkiano” de la literatura en términos de popularidad.
Sus historias de suspenso esconden subtramas que incluyen la culpa, la sexualidad y el voyeurismo. Su influencia es patente en Martin Scorsese (De Taxi Driver a La isla siniestra), en David Lynch (Mulholland Drive), David Fincher (La habitación del pánico) y Brian De Palma (toda su filmografía).
Después de todo, los cineastas son sus primeros admiradores y en la última encuesta de la revista británica Sight and Sound entre directores (del 2012), Vértigo fue elegida como la mejor película de todos los tiempos, desplazando a Ciudadano Kane(1941) la habitual preferida en décadas anteriores.
A continuación, 10 películas imprescindibles de HItchcock y dónde verlas.
Vértigo (1958)
La última de las cuatro películas que Hitchcock realizó con el actor James Stewart, Vértigo luce a la distancia como la más ambiciosa y romántica de sus obras. Quizás su deliberada lentitud narrativa le jugó en contra al momento de su estreno y fue históricamente una de las cintas menos taquilleras del cineasta. La historia es la de Scottie Ferguson (James Stewart), un policía retirado de San Francisco que decide ir en una última misión y se obsesiona con la mujer que investiga (Kim Novak) Disponible en Qubit TV.
La ventana indiscreta (1954)
Esta es la segunda de sus cintas con James Stewart y una de las tres en que dirigió a Grace Kelly. El realizador británico echa otra vez mano a su recurso de la locación única, tal como lo hizo en Ocho a la deriva (1944) y en La soga (1948), Acá, casi la totalidad de la trama ocurre en el departamento neoyorquino de Jeff (James Stewart), un fotógrafo que debe hacer reposo con la pierna enyesada y que presencia con sus prismáticos un asesinato en el apartamento de enfrente. Perfección formal. Disponible en Qubit TV.
Psicosis (1960)
Después de sus relucientes y costosos filmes en technicolor Vértigo (1958) e Intriga internacional (1959), Hitchcock quiso hacer una película “barata”. Fue así como adaptó la novela de Robert Bloch y rodó Psicosis, probablemente su obra más popular. Ninguno de los actores era una estrella, se optó por el blanco y negro y Hitchcock le pidió a su compositor Bernard Herrmann que creara una banda sonora adhoc: el resultado fue la célebre música con sólo orquesta de cuerdas. La trama es ya un mito moderno: Norman Bates (Anthony Perkins) vive obsesionado por el recuerdo de su madre y su psicopatía tendrá consecuencias tarde o temprano. Disponible en Qubit TV.
Los Pájaros (1963)
Otra de las obras más populares de Hitchcock, quien esta vez experimentó nuevamente con la formalidad: si en Psicosis prefirió el blanco y negro, acá prescindió de la música. Todo el sonido de la película es ambiente y en ese universo los graznidos de los pájaros son protagonistas. La historia es muy simple y colinda con el terror: Melanie (Tippi Hedren) le sigue los pasos a Mitch (Rod Taylor), un cliente de su tienda de mascotas, hasta el pueblo de Bodega Bay y ahí les espera el ataque definitivo de un grupo de aves mortíferas. Disponible en Qubit TV.
La soga (1948)
Esta película es un prodigio de forma y fondo. Transcurre en aparentemente una sola toma (aunque fueron diez, lo que tampoco es tanto) y en un sofisticado apartamento frente al Empire State de Nueva York. Los estudiantes universitarios Brandon (John Dall) y Phillip (Farley Granger) se proponen cometer el “crimen perfecto” y asesinan a un compañero de clase. Luego realizan una cena en el mismo sitio de suceso y están convencidos de que nadie los podrá descubrir, incluyendo al sagaz profesor Rupert Cadell (James Stewart). Disponible en Qubit TV.
Intriga internacional (1959)
La última de las cuatro películas en que Hitchcock dirigió a Cary Grant, su alter ego en la pantalla grande. También fue una de las más caras junto a Para atrapar al ladrón (1955), también con Cary Grant. Sin alcanzar las interpretaciones y significados alternativos que se pueden extraer de Vértigo, Psicosis o La ventana indiscreta, Intriga internacional es entretención en el mejor sentido de la palabra. Roger Thornhill (Cary Grant) es un ejecutivo de publicidad que es confundido como agente gubernamental por una organización internacional de espionaje y corre la suerte equivocada. Las escenas del avión fumigador persiguiendo a Cary Grant son antológicas. Disponible en Qubit TV.
Rebecca (1940)
La primera de las cintas que Hitchcock hizo en Hollywood, producida por David O. Selznick y ganadora del Oscar a mejor película. Irónicamente, la trama se ambienta en Gran Bretaña y tiene un tono gótico bastante europeo: una mujer a la que sólo se identifica como señora De Winter (Joan Fontaine) se casa con el aristócrata Maxim De Winter (Laurence Olivier) y sufre las penurias de vivir en un hogar donde el recuerdo de la fallecida anterior esposa nunca se ha ido del todo. La antagonista es la señora Danvers (Judith Anderson), una ama de llaves ominosa y maldita, guardián del recuerdo y celosa de los desconocidos. La cinta en blanco y negro reconstruye los paisajes y mansiones del suroeste de Inglaterra. Disponible en Qubit TV.
Tuyo es mi corazón (1946)
Una de las tres producciones en que Hitch dirigió a Ingrid Bergman junto a Recuerda (1945) con Gregory Peck y Bajo el signo de Capricornio (1949), con Joseph Cotten. Esta película, una de las mejores que el realizador hizo en los años 40, nos introduce en una trama con ribetes políticos y patenta ese esquema de hombres y mujeres en acción, cuyos ejemplos recientes fueron El señor y la señora Smith (2005) o, en animación, Los increíbles (2004). Acá la acción se traslada a Río de Janeiro, donde los agentes T. R. Devlin (Cary Grant) y Alicia Huberman (Ingrid Bergman) investigan una red de ex nazis. Para los estudiosos de la obra de Hitchcock, el filme es el gran salto en su madurez creativa.
La dama desaparece (1938)
Fue por esta obra que Alfred HItchcock llegó a Hollywood. Fue su penúltimo largometraje en Gran Bretaña, le significó un rotundo éxito en boleterías y el productor David O. Selznick pensó que era necesario traerse al británico a Estados Unidos para asegurar el futuro del cine. No se equivocó. La historia transcurre entre un tren y un hotel, dos locaciones siempre hambrientas de intriga, crímenes y pistas falsas y verdaderas. Después de que un pasajero desaparece del tren al llegar al país ficticio de Bandrika (en Europa oriental), sus compañeros se transforman en sospechosos de lo peor. Disponible en Amazon Prime Video.
Recuerda (1946)
Dos genios en acción. Alfred Hitchcock dirigió esta curiosa cinta donde una de las secuencias de sueños fue creada totalmente por Salvador Dalí. La trama de Recuerda sucede en gran parte en un hospital psiquiátrico, donde el viejo médico jefe es reemplazado por el joven doctor Anthony Edwards (Gregory Peck). La psiquiatra Constance Petersen (Ingrid Bergman) no tarde en darse cuenta que en realidad Edwards no es quien dice ser y que probablemente se trate de un impostor. Justamente uno de sus sueños es la secuencia que contó con animaciones de Buñuel. En la película hay entonces surrealismo, amor y medicina, una mezcla explosiva en manos de cualquiera, pero definitivamente milagrosa para Hitchcock. Disponible en Youtube.