Hace 10 días, Consuelo Valdés se conectó con 140 colegas de todo el mundo. Convocados por la Unesco, ministros de Cultura de los cinco continentes compartieron por videoconferencia las medidas que están adoptando para apoyar al mundo de las artes, gravemente afectado por la crisis sanitaria. En ese encuentro la ministra se enteró de que hay países que entregan subvenciones directas a los artistas y trabajadores del sector. “Nuestro ministerio no tiene esas facultades”, dice. Pero la emergencia la ha llevado a replantearse las atribuciones de la cartera que dirige desde agosto de 2018.
“Esta situación me ha hecho reflexionar respecto a las atribuciones del ministerio y me he preguntado si en nuestro país cuando hay situaciones de crisis, sequías, terremotos, aluviones, hay carteras que pueden inyectarle recursos directamente al pequeño agricultor o al criador, por qué no pensar a futuro en algún proyecto de ley para que nuestro ministerio, en casos excepcionales, tenga facultades para otorgar bonos sociales que vayan directamente al trabajador cultural que está sufriendo”, comenta a través de Zoom.
En casi dos años a cargo del ministerio, Consuelo Valdés ha enfrentado crisis sucesivas. Llegó en medio de la controversia política en torno a su antecesor, Mauricio Rojas, y desde octubre del año pasado tuvo que hacer frente a las secuelas derivadas del estallido social, desde la suspensión de actividades a los daños al patrimonio. Ahora afronta 0acaso la emergencia más aguda, que tiene al medio en una “crisis brutal”, de acuerdo con sus propias palabras.
A mediados de marzo, cuando el país entraba en estado de catástrofe, el ministerio anunció que destinaría $ 15 mil millones para apoyar al sector. Tras una consulta con artistas y trabajadores, así como reuniones con gremios y asociaciones, Cultura diseñó un plan de emergencia con cinco ejes, que busca apoyar a personas e instituciones.
El plan contempla un fondo de apoyo a espacios culturales (teatros, librerías, salas de cine, arte y conciertos) de $ 6.700 millones y un programa de mejoramiento de museos de $ 930 millones. Además, se destinan $ 985 millones para adquisición de contenidos (compra de libros, derechos de exhibición de filmes en Onda Media, licencias musicales, registros visuales y escénicos) y $ 2.833 millones para creación y circulación digital de producciones artísticas.
A ellos se añaden $ 585 millones para formación (talleres, clases magistrales, laboratorios) y para la generación de contenidos de mediación. La postulación será mediante concursos, lo que ha levantado críticas. “Es un tema cuestionado en todo el mundo. Pero ofrece igualdad de oportunidades y permite que los propios pares califiquen la calidad de la propuesta”, dice.
La ministra precisa que los fondos provienen de la reasignación de recursos, de convocatorias o programas suspendidos por la emergencia. “No son recursos nuevos”, dice.
-¿No fue posible conseguir más recursos?
-Era muy difícil. Esta crisis es inédita e inesperada, y con toda razón el bolsillo fiscal está concentrado en salvar vidas, en insumos médicos y en proteger el empleo, además de asegurar el abastecimiento. Todas las carteras tenemos que adaptarnos.
-Se ha criticado que el plan no es una respuesta inmediata, no soluciona el problema de la empleabilidad.
-En algunos casos se comprometen obras y trabajos. Algunas de esas acciones no son ejecutables en este momento, pero sí a futuro. Quisiéramos que fuera más directo. No podemos entregar bonos sociales. Sé que hay artistas y trabajadores que están pasando hambre y me duele profundamente. En el ministerio hemos creado una unidad de intermediación legal para orientar a nuestro sector sobre cómo acceder a las ayudas del gobierno.
-¿Cuándo estarán disponibles los recursos?
-Depende de los programas, pero en junio ya podrían estar contando con ese apoyo. El ministerio administra recursos públicos, tenemos que ser muy cuidadosos. Este segundo semestre estaremos bastante avanzados en la implementación de los planes.
-¿Las instituciones que reciben asignaciones directas quedan excluidas?
-Así es. En ese caso, nuestros esfuerzos están en asegurarles su financiamiento para el próximo año. Son instituciones indispensables, no solo por su rol en la cultura, sino porque son espacios de empleabilidad.
-¿Ellas no tendrán apoyo extra?
-No lo sabemos, yo quisiera que se les mantenga su presupuesto porque están en una crisis brutal. Si se disminuye el aporte del Estado, algunas de ellas tendrían que cerrar, y eso sería algo muy duro y lamentable, porque todas cumplen un rol crucial. Estamos frente a un escenario tan frágil e incierto, pero la voluntad es seguir dándoles el apoyo que ameritan. También hay formas de buscar otro tipo de ayuda: gestiones con empresas para que los gastos corrientes disminuyan o aportes anticipados por ley de donaciones.
-El medio pedía una línea de emergencia a través de Hacienda...
-He tomado contacto con el ministro de Hacienda, con Dipres, el ministro de Desarrollo Social y a todos les he planteado la misma inquietud. Pero la demanda en salud hoy es muy grande.
-El presidente de la Unión Nacional de Artistas, Mario Rojas, acusó que Ud. no ha estado muy presente...
-He estado al pie del cañón desde que comenzó la emergencia. A mí no me gusta figurar, pero he estado dándoles las instrucciones a mis subsecretarios, he estado en contacto con los ministros. En algunas circunstancias no he podido asistir a alguna reunión por un tema de tiempo. La crítica de Mario Rojas es injusta, infundada e inoportuna. Yo no trabajo para figurar, sino para dar los lineamientos a mis subsecretarios, que se han sacado la mugre, fijar el rumbo y buscar respuestas, como las que he venido solicitando a distintas autoridades, y cumplir con el cargo que me dio el Presidente. Siempre fui perfil bajo, yo le sirvo a la cultura, pero no me sirvo de la cultura.
Pese al escenario, Consuelo Valdés es optimista: “Creo en mis funcionarios y creo en la capacidad de resurgimiento del sector”.